Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

lunes, 4 de abril de 2016

Las palomas de la paz vuelan en Colombia.
(Tercera de tres partes)
Esteban Hernández Ortiz.

La gota de agua rompe la piedra no por su dureza,
 Sino por su constancia.
Anónimo.

El devenir de las FARC-EP.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) se fundaron el 27 de mayo de 1964 en la región de Marquetalia, Colombia, con un código de valores marxistas; de ahí que en su página electrónica, las FARC-EP manejen un logotipo con la leyenda: “De Marquetalia a la victoria”.

El 27 de mayo de 2013, al cumplir su 49 aniversario, este movimiento guerrillero decía en su página electrónica[3]:

“Nacimos como un puñado de mujeres y hombres del pueblo de Colombia, obligados por la brutal violencia ejercida en beneficio de minorías privilegiadas por el poder del Estado, a alzarse en armas en defensa de su vida, su dignidad y sus sueños. Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, Hernando González Acosta y el resto de los 46 campesinos y 2 campesinas que suscribieron el Programa Agrario de los Guerrilleros en 1964, encarnaron con legendaria bravura la erupción de un sentimiento nacional de resistencia y denuncia contra el crimen, la impunidad y la intolerancia.

Las FARC-EP somos producto del crisol en que al calor del fuego y el filo de otras armas, la oligarquía colombiana pretendió entronizarse hasta la eternidad en la dirección del Estado. Viejos partidos compuestos por terratenientes y burgueses de distintas esferas, inspirados en la doctrina fascista de seguridad nacional, ensoberbecidos por el apoyo incondicional del gobierno de los Estados Unidos en su afán de dominio continental, se encargaron de hundir a Colombia en la horrible noche de muerte, persecución y terror que por desgracia aún no termina.

La guerra, la violencia y el miedo generalizado han sido siempre, a lo largo de la historia universal, instrumentos favoritos de los poderosos. Colombia no es una excepción.
La tranquilidad del hogar, la concordia, los sentimientos de paz, han sido en cambio el más valioso patrimonio de las mujeres y los hombres que viven con sencillez del trabajo de sus manos. La guerra, toda guerra, consiste en un enfrentamiento desatado por los ricos en contra de los pobres. Las mejores tierras, los grandes proyectos de explotación de hidrocarburos, las concesiones mineras, las áreas urbanizables, todo cuanto representa un importante negocio, desata de inmediato las fieras hambrientas, con disimulo o sin él, contra los más pacíficos habitantes condenados a vender, marcharse o morir. La guerra incluye entonces el silencio y la mentira.

Las FARC-EP somos pueblo que enfrenta con armas las armas del poder y la riqueza. Sentimos por tanto el más inmenso aprecio por la paz que nos robaron, la paz que le robaron a Colombia los negociantes y politiqueros. Nunca hemos querido la guerra. Desde antes del ataque a Marquetalia, nuestros fundadores reclamaron ante el Estado, la Iglesia y la comunidad internacional por un diálogo… Durante estos 49 años siempre hemos luchado por una solución política al conflicto. Nuestro sueño más querido es que termine definitivamente esta guerra que desangra la patria.

Lo cual no equivale a arrojar los fierros al suelo y volver sumisos al redil, hay que atacar las causas del conflicto. Las clases dominantes en Colombia, los dueños tradicionales del poder y la fortuna, deben cesar para siempre sus conductas violentas, poner fin a sus prácticas intolerantes, desmontar sus aparatos de muerte y terror, permitir que en Colombia se instaure la democracia verdadera, que se proscriban la estigmatización y la amenaza, la persecución y el destierro, el crimen que garantiza con su impunidad la dominación por el miedo”.


Desde 2013, las FARC-EP se pronunciaban por la paz.

Respecto a su apuesta por la paz, el secretariado del estado mayor central de las FARC-EP se expresó así aquel mismo día 27 de mayo de 2013 en su página electrónica con motivo de su 49 aniversario:

“La guerra tiene que ser terminada…

El no a la guerra tiene que ser un sí a la reforma agraria integral, un sí rotundo al freno de la locomotora minera, un sí rotundo a una Asamblea Nacional Constituyente que consagre efectivas garantías democráticas, un sí a la desmilitarización del territorio nacional, un sí a la prohibición de los garrotes del ESMAD, un sí a la justicia contra los responsables ocultos y visibles de los grandes crímenes contra el pueblo colombiano.

Las FARC-EP no íbamos a desechar de ningún modo los ofrecimientos del Presidente Santos en el sentido de intentar la vía de una solución civilizada y dialogada al conflicto colombiano. Cuando comenzó este gobierno, llevábamos 46 años combatiendo por ello. Sabíamos y sabemos, como recién ratificó en la prensa el Alto Comisionado de Paz, que las intenciones del régimen no eran otras que las de conseguir nuestro humillante sometimiento al precio de un aplastante encarnizamiento mediático. Pero un Ejército del Pueblo como el nuestro, que conoce el auténtico sentir de los colombianos, sabía que no había razones para temer. Poco a poco, lenta pero firmemente, se iría levantando un clamor muy distinto por la paz.

Hoy ya comienza a sentirse la fuerza de ese poderoso eco por todos los rincones del país. Ya Colombia entera expresa que la paz es el nombre de la justicia social. Ya la nación comprende que la fórmula santista de oponer un no rotundo a cuanto se le plantea en la Mesa, es un cebo hábilmente concebido para validar su entrega definitiva a los intereses del capital extranjero. La Agenda pactada en La Habana no servirá jamás, por parte de las FARC-EP, para endosar el imperio del neoliberalismo y santificar la dictadura civil en nuestras instituciones. No existen ningún tipo de acuerdos secretos como afirman algunos politiqueros con perversos propósitos.

Las FARC-EP creemos sincera y apasionadamente que la paz es posible, y que las circunstancias son abiertamente propicias para conseguirla. No tenemos la menor duda acerca de la importancia de la existencia de la Mesa de Conversaciones en Cuba. Se encarga de confirmárnoslo el plebiscito nacional e internacional de respaldo que recibimos a diario. Confiamos en que el pueblo colombiano avanzará sin parar hacia esa Mesa, para hacerse oír, y en que tanto él como la comunidad internacional se encargarán de blindar los diálogos para impedir que se rompan por parte del gobierno, una vez vea claro que las cosas no se van a dar como las planeó. Esta vez no podrán proceder como lo hicieron doblemente en Casa Verde, Tlaxcala o el Caguán.
¡Hemos jurado vencer!… ¡Y venceremos!

SECRETARIADO DEL ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP

Montañas de Colombia, 27 de mayo de 2013.



Los polos opuestos en la negociación entre las FARC-EP y el gobierno nacional de Colombia. 

El dos de abril de 2016, varios sectores de la derecha colombiana se manifestaron en 25 ciudades de su país en contra de los diálogos de paz que han entablado el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP. Las protestas fueron principalmente convocadas por el senador y ex presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez. Las consignas de los manifestantes fueron:
“No más Santos. No más FARC, no queremos terroristas en el poder. No más corrupción. Santos traidor. Santos, renuncie ya”.[1].
Las marchas fueron capitaneadas por líderes del partido Centro Democrático, que aglutina a las principales fracciones de la derecha y extrema derecha en Colombia. Ese partido fue fundado por el ahora Senador Álvaro Uribe Vélez después que terminó su mandato presidencial en el año de 2010. También se hicieron partícipes agrupaciones del gremio sindical, identificados con la derecha y ex militares y ex policías que manifestaron su repudio a los diálogos, pues en distintas ocasiones murieron a tiros varios de su compañeros en enfrentamientos con la guerrilla.
No obstante estas negativas hacia los diálogos de paz, hoy se han reunido en Bogotá un grupo de abogado de las FARC-EP y representantes del gobierno de Juan Manuel Santos.
El día lunes, 4 de abril de 2016 la siguiente página electrónica   http://www.radiosantafe.com/2016/04/04/equipo-de-paz-gubernamental-se-reune-en-bogota-con-abogados-de-las-farc-para-avanzar-en-puntos-del-fin-del-conflicto/ publicó una nota con el siguiente encabezado: “Equipo de paz gubernamental se reune en Bogotá con abogados de las Farc para avanzar en puntos del fin del conflicto”
En esa nota se informa la disposición del gobierno que encabeza el presidente Juan Manuel Santos para seguir el dialogo con las FARC-EP.
“Vamos por el mejor acuerdo para Colombia. No aceptaremos nada diferente. Queremos la paz, pero no cualquier paz. De esto no debe haber ninguna duda
añorar la guerra es hundirse en el doloroso pasado…“vivir sin guerra es posible”.
A las 05:23 horas del día lunes, 04 de abril de 2016, la radio Santa Fe –en la página electrónica referida en líneas precedentes- informaba también que:
“El martes el @EquipoPazGob vuelve a Cuba a reanudar negociaciones en busca de un acuerdo que nos lleve a una paz estable y duradera. Vamos por el mejor acuerdo de paz para Colombia”, escribió, además, el presidente Santos en su cuenta en Twitter.

“Los colores de la montaña”.
Existen varias películas que la industria fílmica ha llevado a la pantalla para mostrar la violencia que se ha vivido en Colombia, durante más de cincuenta años. El Movimiento 19 de Abril, un grupo guerrillero, tomó la embajada de República Dominicana en Bogotá, y durante más de sesenta días la noticia dio vuelta al mundo, hasta que el gobierno colombiano y aquel movimiento insurgente negociaron en La Habana.

Los colores de la montaña es una película que retrata la vida cotidiana bajo el ambiente de la guerrilla en Colombia. El historial que aborda esta cinta se centra en la amistad que media entre Manuel y Julián, dos cercanos amigos de la escuela. Un día, mientras jugaban un partido de fútbol, su balón fue a parar a un campo minado. Los niños tratan de recuperar su balón con la ayuda de otro amigo, un niño albino, quien tiene problemas visuales.

Cuando el niño pierde sus lentes, entonces dan por perdido su caso y no volverán a recuperar su preciado esférico, sino hasta varios días después, siempre conscientes del peligro en que puede hacer explosión la mina que alguien colocó en el área donde cayó el balón[2]. Aquella mina de la película los colores de la montaña tal vez  fue instalada por los guerrilleros o tal vez el ejército colombiano.
En este largometraje los niños van desertando poco a poco de la escuela.



[1] Consultado a las 17:47 horas del día domingo, 3 de abril de 2016 en


Consulta realizada a las 20:43 horas del día Miércoles, 30 de marzo de 2016, en el comunicado que titularon “De Marquetalia a La Habana: 49 años luchando por la paz ”. Comunicado subido a su página electrónica el día 27 de mayo de 2013.