Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

lunes, 17 de abril de 2017

En el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, año 2000.

Año 2000, Cuarto Congreso Nacional de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional Autónoma de México. En este evento presentaron ponencias personajes como el ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado, la periodista Carmen Aristegui, el jurista -ya fallecido- Ignacio Burgoa Orihuela. También el Doctor en Derecho Diego Valadez, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, y quien se desempeñaba como Procurador General de la República cuando ocurrió el asesinato del candidato del PRI a la presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Recuerdos de mi Escuela Secundaria Técnica 76.

Calle Morelos, frente a la casa de don Guadalupe Mejía. Es el desfile el día veinte de noviembre de 1986. Está borrosa la imagen, pero le daremos mejor resolución para compartirla más legible. Adelante, de izquierda a derecha se encuentran cargando Ederly Adame, José Castro, y Joaquín Adame, hermano de Ederly.
Arriba estamos Leonel García, Humberto Dimas Ríos y el que esto publica. Tras de nosotros están Misael Adame Sotelo y un amigo, cuyo nombre no recuerdo ahora, pero sus padres vivían en El Ranchito. Hasta arriba se ubica un amigo de apellidos Cortez Leyva y abajo está parado José Eleazar Rodríguez Tinoco, hijo de don Cándido Rodríguez.

Foto de clausura, el viernes 30 de junio de 1989. Ya la Secundaria ocupaba este predio que si no mal recuerdo, la sociedad de padres y las autoridades del pueblo convinieron con el señor Santiago Aguilar para que a un precio justo les vendiera esta propiedad que era suya.

Arriba de izquierda a derecha: Ernesto Rivera Hipólito, un amigo hijo de un herrero que por muchos años trabajó en el pueblo, sigue Julio Cesar Ulrico Bautista. Después está en camisa azul, manga larga, nuestro asesor del grupo 3o. "B", el profesor Miguel Ángel Sandoval Román, un profesor que llegó al pueblo cuando la secundaria trabajaba en la cancha de futbol, allá por finales de los años setenta y comienzos de los ochenta. Nuestro profesor Sandoval Román es nativo del municipio de Teloloapan, hoy es director de una secundaria en Arenal del Centro, municipio de Benito Juárez (San Jerónimo), Guerrero. Al final está nuestro profesor Felipe Neri, de Río Santiago, pueblo cercano a El Paraíso.

Mi intervención en la clausura del día viernes 30 de junio de 1989, dando las "palabras de despedida".

domingo, 16 de abril de 2017

Montañas de la Sierra Madre del Sur


Montañas de la Sierra Madre del Sur

Esteban Hernández Ortiz.



En aquel pueblo había una camioneta de servicio público que los días martes y jueves salía a las tres de la madrugada con destino a un poblado de lo más alto de la serranía que se llama Vista Hermosa. Sonaba el claxon de la camioneta tres veces, pero la tercera era la vencida y entonces, el vehículo emprendía su partida con destino a Vista Hermosa. Cuando eran las nueve de la mañana empezaban a gritar al chofer: “bajan”. Ya el conductor de la Chevrolet sabía más o menos donde bajarían los pasajeros, para ocultarse en los espesos montes, que silenciosos aguardaban a que aquellos hombres se internaran en semiocultos caminos que precavidamente no querían remarcar con el pisar de sus huaraches o botas marca crucero de color amarillo.

Muchos hombres viajaban en esa camioneta de redilas, doble rodada, marca Chevrolet, llevaban comestible en morralas, costalillas, costales o cartones; entre los productos iban arroz, atunes, sardinas, aceite de guisar, chiles en vinagre, mayonesa, queso seco, frijol y azúcar. También llevaban  galletas, ya fueran galletas animalitos, mexicanas u ovaladas, las cuales combinaban en un desayuno campirano con café o té de toronjil, un arbusto que por aquellas latitudes de la sierra abundaban. Con enorme cuidado también llevaban casilleros de huevos y no podía faltar la minsa para hacer tortillas durante ese lapso de días en que aquellos hombres permanecerían ocultos en la sierra con ansias de que sus sembradíos dieran buena cosecha.

Desde una de las cúspides más elevadas de la Sierra Madre del Sur, muchos de aquellos hombres podían disfrutar por las noches las iluminaciones de los pueblos de la costa; también podían escuchar los ladridos de los caninos que había en los pueblos adyacentes al cerro de Venado Cola Blanca.

La radio podía escucharse con buena frecuencia y sintonía. Llegada la noche, los campesinos hacían su fogata y calentaban sus alimentos, también se bañaban, pues esas tierras fueron muy bendecidas por Dios y el agua era uno de los recursos que sobraban, aunque ya desde principios del siglo XX varias compañías madereras se habían coludido con los gobiernos corruptos que permitían sin mayores requisitos la explotación a diestra y siniestra de los recursos maderables. “Fue en un pueblo con mar una noche después de un concierto…” cantaba la radio, mientras se disponían a sacudir sus tendidos y camas rudimentarias que habían acondicionado con varas y un petate. La radio seguía complaciendo: “y nos dieron las diez y las once, las doce, la una, las dos y las tres, y desnudos al anochecer nos encontró la luna…”.

Varios de los agricultores eran jóvenes que vivían a la vez sus primeros enamoramientos y andaban caídos de las dos alas, así que cuando escuchaban al grupo Liberación y sus canciones como ese loco soy yo se llenaban de nostalgia en aquellos sitios tan llenos de tranquilidad, donde las ramas de los pinos se mecían con la suavidad del viento. Luego, la radio transmitía canciones del grupo “La Industria del amor” y quien se sentía mal correspondido hasta sentía escurrir en sus rostro las de cocodrilo, sobre todo cuando aparecía la canción tú con él y si lo hubiera sabido. Corría el año de 1992 y del grupo Ladrón estaban en su apogeo canciones como Mi Castigo  y Amor en llamas. Uno de los mejores éxitos del grupo Brindys era Te juro que te amo. Otros grupasos que las ondas hertzianas de la radio podían llevar hasta aquellas montañas eran Los Temerarios y Los Caminantes, puras canciones de amor, que los chavos que se alzaban a trabajar en el monte podían escuchar por las noches, pues durante el día tenían que trabajar de sol a sol.

Gracias al descubrimiento del físico alemán Heinrich Hertz, aquel gran descubridor que sólo vivió 36 años, de 1857 a 1894, los hombres de estas montañas surianas, unos jóvenes y otros no tan jóvenes, podían disfrutar en las gélidas montañas en la temporada invernal, que por estas partes del mundo es entre el 21 de diciembre y el 21 de marzo, pero que en el hemisferio sur, donde se encuentra Argentina y Chile, entre otras naciones, es entre el 21 de junio y el 21 de septiembre. En esta estación del año los días resultan ser más pequeños y las noches más grandes[1].

Así transcurrían los días en aquellos años en que muchos hombres dedicaron varios años de su juventud a buscar un mejor patrimonio para sus familias, pero siempre tenían que cuidarse bastante de que no fueran a ir a parar a prisión si acaso otros hombres con fusil en mano los apresaran. Cuando esto sucedía a algunos campesinos les daban su "calentada" y los hacían cargar en sus espaldas un pesado radio de transmisión que los uniformados utilizaban para estar en constante comunicación con sus superiores; otras veces el jefe de la tropa era retebuena gente y los dejaba libres, no sin antes destrozar sus plantaciones que producían flores de diferentes colores. Este vegetal es nativo de Asia y hace no muchos años había llegado a la Sierra Madre del Sur.

viernes, 14 de abril de 2017

UN HASTA LUEGO A DON MARTÍN ARAUJO NÁJERA.


UN HASTA LUEGO A DON MARTÍN ARAUJO NÁJERA
ESTEBAN HERNÁNDEZ ORTIZ.

Ayer fue sepultado en el panteón de El Paraíso, el señor Martín Araujo Nájera, quien un día llegó procedente de su pueblo natal, Los Hoyos, Municipio de Heliodoro Castillo (Tlacotepec), Guerrero. Fue dos veces comisario municipal en una de las varias rachas de dificultades y hasta de tensión, que El Paraíso ha vivido desde su fundación a principios del siglo XX. Formó parte de un equipo de trabajo que en esta comunidad se mantuvo por algunos años, junto a señores como Eduardo Sotelo, Magdaleno Pino y Silvano Domínguez, entre otros más. Fue fundamental que el profesor Salvador Morlet Mejía se avecindara en El Paraíso para cimentar la escuela primaria Cuauntémoc. El profesor Morlet contó con el respaldo de don Martín Araujo Nájera y varios señores más que siempre apoyaron en las gestiones para beneficio de la comunidad. Don Martín participó en la Comisión que fue a la Ciudad de México para gestionar la "partida militar", pues el pueblo vivía en vilo. Otro señor que participaba en las gestiones se llamó Gregorio Morales Hernández y vivía frente al Jardín de Niños Ignacio Zaragoza, en la colonia Guadalupana.

Don Martín fue uno de los primeros barreteros que hubo en El Paraíso, junto al señor Pedro Bernal, quien por muchos años vivió en la Colonia Guadalupana.

En uno de los periodos en que don Martín fue comisario le tocó hacer frente a una situación de inseguridad que se vivía en el pueblo, en la que hubo un comandante de la policía estatal de apodo "El chato", a quien mucha gente ya no soportaba por su altanera conducta  y por que en sus servicios favorecía siempre a los más pudientes.

domingo, 2 de abril de 2017

Las investigadoras y los investigadores proponen y los gobiernos disponen.


Las investigadoras y los investigadores proponen y los gobiernos disponen.

Esteban Hernández Ortiz

Este sábado uno de abril de 2017 se realizó en la Rectoría de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) el “Primer encuentro de investigadores de la migración guerrerense”.

Inició el evento la Doctora Judith Boruchoff, quien se doctoró en la Universidad de Chicago. Ella da algunas indicaciones de cómo se desarrollará el evento y en su primera intervención termina diciendo: “Las participaciones de Ustedes serán en el orden en que escribieron al correo electrónico, así que cedemos el uso de la palabra al Licenciado Esteban Hernández Ortiz, hasta por diez minutos”. ¡¡Válgame Dios!! lo bueno fue que yo preparé un escrito de cuatro cuartillas y tuve que saltear algunos párrafos. Yo hablé solamente de la migración de los jornaleros de la Montaña, quienes por los años setenta y ochenta iban a trabajar en el cultivo del café a la Sierra de Atoyac; también mencioné brevemente algunos pasajes del comercio que realizaban personas de la Tierra Caliente, viajando a pie y/o en bestia hacia la Costa Grande, atravesando la serranía.

Siempre estos encuentros son reencuentros con profesoras y amistades de antaño. Hace ya varios años que no me veía con mi profesor Alejandro Díaz Garary, hoy Doctor y coordinador de una maestría en la UAGro. Aún conservo un ejemplar del libro “Introducción a las Ciencias Sociales, Tomo I”, del autor Rubén Cobos González, material que mi profesor nos recomendó cuando me dio clases en el semestre Agosto 1997-Enero 1998, en la Escuela Superior de Ciencias Sociales, en Acapulco. Es de portada amarillo bajito.

Uno de los convocantes es el maestro José Betancourt Villa, hoy funcionario de la UAGro, pero que también fue titular de la Oficina de Atención a Migrantes en el Gobierno del Estado de Guerrero.

El último participante se llama Eduardo Cabrero, es Licenciado en Sistemas Computacionales por la Universidad Autónoma de Barcelona. Él dice que ha vivido en siete ciudades distintas, las cuales e ubican en dos continentes y en una isla.

La migración tiene distintas causas que la originan. Algunas personas migran en busca de dominio y poderío, así como la explotación de recursos naturales y la explotación de la fuerza de trabajo; de ahí que distintos historiadores empezaron a hablar de “la explotación del hombre por el hombre”.

Diversas investigaciones antropológicas sostienen la idea de que los primeros homo sapiens existieron en África, aunque por alguna razón que aún no he podido averiguar, a Europa le llaman “el viejo mundo”.

Hay varias teorías respecto a la migración que derivó en la llegada de la especie humana a América, aunque la que más domina es la que explica que “el hombre” llegó por el Estrecho de Bering”, en épocas glaciales, viajando de Asia hacia Alaska, y que de ahí se empezó a distribuir por todo el continente.

Del noroeste de México partió un día Un contingente de la región de Aztlán para situarse en la actual Ciudad de México. Luego, los aztecas fueron migrando hacia distintos lugares pero en el afán de conquistar a nuevos territorios.

Al comenzar el siglo XVI llegaría Colón con sus tropas, para que posteriormente españoles, portugueses, ingleses, holandeses, franceses, etcétera, migraran para dominar a las nuevas tierras.

Al sol de hoy, las mexicanas y los mexicanos estamos preocupados por las políticas instrumentadas por Donald Trump en materia de migrantes indocumentados. La mayoría de mexicanas y mexicanos que salen del país en busca de trabajo, se dirigen hacia los Estados Unidos y en menor rango se trasladan a Canadá. Existen los contratos por cierta temporalidad para que migrantes mexicanas y mexicanos puedan ir a trabajar a Canadá en forma legal. Cuando estaba en curso la Segunda Guerra Mundial, existió el Programa Bracero, mediante el cual fueron muchos jornaleros mexicanos a trabajar a la vecina nación del norte, pues la juventud estadunidense se había enlistado en las fuerzas armadas de su patria y andaban en Europa participando en la Guerra.

Es mínimo el porcentaje de jóvenes que migran para realizar estudios de licenciatura, posgrado o especialidades en naciones de los distintos continentes del mundo. Es mucho más la gente que migra por necesidad de trabajo, que la gente que migra por estudios, relaciones de negocios, investigaciones académicas, los “años sabáticos”, y algunas otras formas de salir de nuestro país sin la necesidad de ir a trabajar.

Ahora bien, la migración no solo es internacional, también es de niveles nacional, estatal y municipal. En Acapulco, por ejemplo existe la “Asociación de Calentanos radicados en Acapulco”, también radican personas de todo el Estado, de distintas partes del País y hasta del extranjero, no le hace que la estancia de las personas sea de algunos meses, pero finalmente también son migrantes.

Chilpancingo, por ser el centro político y geográfico del Estado de Guerrero es un mosaico de culturas de toda la entidad, aquí radican y trabajan personas de todas las regiones guerrerenses, también personas de la Ciudad de México y de otras partes del País.

Desde la década de 1940, empezaron a viajar personas de la Tierra Caliente hacia la Costa Grande de Guerrero, atravesando la sierra. Salían de Tierra Caliente con ganado equino, sobre todo buenas  bestias mulares y caballos bien errados. Llevaban mezcal para vender y de la Costa regresaban con sal y bocadillo de coco. Otros se fueron estableciendo a vivir en algunas comunidades como sucedió en El Paraíso y Puente del Rey, municipio de Atoyac de Álvarez. En El  Paraíso uno de los primeros calentanos en establecerse a vivir fue don Zenón Vargas, quien no dejaba su sombrero de astilla. Después llegó Román Abarca Corona, nativo del municipio de Arcelia, así como también don Esteban Franco.

Puente del Rey es una comunidad que fue fundada por don José Isabel Peralta, quien vivía en Los Valles, un pueblo más cercano a la Costa, en Atoyac. Se trasladó a los espesos montes en busca de un sitio donde estar más seguro, pues ni quería participar en la Revolución Mexicana, fue así que llegó a construir su vivienda en el año de 1911 a lo que ahora es el pueblo de Puente del Rey. Ya para 1930 llegó a esta comunidad don Ricardo Ramírez Escudero, procedente de la Costa Chica de Guerrero. De Chichihualco llegó a Puente del Rey don Filiberto Alarcón, un señor apodado “el hueso” y quien era soldado del General Silvestre Castro “El Ciruelo”.

En 1947 llegó a Puente del Rey don Julián Valdez, procedente de su pueblo natal, Los Capires, municipio de Cutzamala de Pinzón, en la Tierra Caliente de Guerrero; en 1950 llegó el señor Guadalupe Ortiz, también procedente de Los Capires, al año siguiente llegaron sus padres hermanas y hermanos. Luego llegó el señor Guadalupe García, también de Cutzamala.

En las épocas de oro del cultivo del café en la Sierra de Atoyac, en las décadas de 1970 y 1980, muchos jornaleros de la región Montaña, se trasladaban para trabajar, algunos viajaban con todo y familia. Después este cultivo fue decayendo y ahora los trabajadores de La Montaña empezaron a ir a Tierra Caliente, al cultivo del melón; también a Sinaloa y a otras entidades del país.

Mucha gente dice que “no es tu tierra donde naces, sino donde la pases” y tal vez por ello, en efecto, muchas y muchos tengamos que migrar, abandonando nuestros lugares de origen, donde quedó nuestro ombligo, pero la identidad casi siempre se mantiene por donde quiera que uno vaya.

México despilfarra recursos que se van por el caño de la corrupción, con ello dejan de promoverse empleos y no se invierte en las ramas productivas como la agricultura, ganadería, minería, silvicultura, acuacultura y otras. Si se concreta la expulsión masiva de nuestras y nuestros compatriotas que actualmente trabajan en los Estados Unidos, llegarían a la tierra de donde un día se fueron decepcionados y urgidos de trabajo. El país vive estrangulado por una serie de fenómenos como la inseguridad, la pobreza, el desempleo, la corrupción. El envío de recursos mediante las remesas seguramente estará mermando. Disminuirán los apoyos que nuestros paisanos han brindado como sucede con el Programa tres por uno. En El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, por ejemplo, se han realizado varias obras en beneficio de la comunidad, por medio de la ayuda de algunas paisanos y algunos paisanos que trabajan arduamente en los Estados Unidos.

Las investigadoras y los investigadores, en este caso, de la Universidad Autónoma de Guerrero, no tienen a su alcance el implementar medidas públicas que beneficien a la sociedad, pero si tienen el sagrado deber de general propuestas, de indagar y de presentar alternativas que puedan resolver los problemas. Cerraría este escrito diciendo que las investigadoras y los investigadores proponen y los gobiernos disponen”, bajo la idea de que “gobierno” no solo es el Presidente municipal, el gobernador o el presidente de la Republica, también son “gobierno” las legislaturas estatales y la federal, a las cuales pertenece la facultad de aprobar los presupuestos de ingresos y de egresos en que anualmente trabajaran los ejecutivos estatal y federal y los Ayuntamientos. Este posible forzado retorno de compatriotas será cruento, pues separará familias, varios jóvenes, hijos de nuestras paisanas y paisanos, nacieron allá y están realizando estudios. Puede que también algunas cosas buenas en lo que llamaríamos “lo bueno de lo malo”.