Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Ya está a la vente el libro de mi autoría "El Paraíso, Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero". Lo publica Ediciones Rosa Ma. Porrúa.


Guerrero guerrillero.


Guerrero guerrillero.

Esteban Hernández Ortiz.



El 18 de mayo de 1967  la plaza de Atoyac fue testigo de una masacre cuando se accionaron las armas de fuego de la Policía del Estado. Cinco manifestantes y dos policías murieron; intervino el ejército y la tragedia no aumentó en número de fallecidos y heridos. Después de aquella concentración, nunca más se volvió a escuchar la oratoria del profesor Lucio Cabañas Barrientos y se internó en la sierra donde nació y creció.

Los abusos perpetrados desde el poder no pararían ahí, la muerte cabalgaba, y para el día 20 de agosto de 1967, en Acapulco serían asesinadas 38 personas a manos de un grupo de gatilleros encabezados por El chante Luna, el animal y el Zanatón, entre otros pistoleros que fueron contratados por funcionarios del gabinete del gobernador Raymundo Abarca Alarcón. Esa práctica de contratar pistoleros sin pudor abundaba en pueblos de Guerrero, como sucedía en la Sierra de Atoyac. Los ricos simulaban como si nada hubiese pasado.

Las personas que se habían congregado aquel 20 de agosto eran campesinos productores de copra. En esa anualidad se eligió la nueva directiva de los copreros. Muchos de ellos se quejaban de que la elección había sido fraudulenta, pues resultó electo un conocido acaparador de ese producto, que respondía al nombre de Jesús Flores Guerrero. Así lo mencionó Roberto Ramírez Bravo en este diario, el 20 de agosto de 2001, con el título “A 40 años, impunes los responsables de la matanza de los copreros” (http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2007/08/20/index.php?section=sociedad&article=012n1soc). Al estilo del porfiriato, que cobraba impuestos por cada ventana que hubiese en los hogares, a los copreros les fueron impuestas cuotas de trece centavos por coco y 7 centavos por cada palmera, con el fin de dificultar la organización de los copreros.

Ya desde los años cincuenta había en Guerrero el acaparamiento y el despojo de tierras; los más pudientes pagaban muy baratas las tierras más fértiles y proveídas de aguas. Se amenazaba a los campesinos, quienes en la mayoría de las veces, habían heredado de sus padres o abuelos esas propiedades. En 1958 ascendió al poder el gobernador Raúl Caballero Aburto y ya desde esos años, en la ciudad de México se reunían algunos profesionistas guerrerenses para analizar la situación de Guerrero, pensando en un cambio político. Entre mayo y junio de 1960 se integró el Comité Cívico Guerrerense y uno de sus integrantes más destacados era un profesor nativo de San Luís Acatlán, de nombre Genaro Vázquez Rojas. Pensaban en solicitar la “desaparición de poderes” y otras formas de expresión dentro del marco legal; después convocaron a la desobediencia civil, donde no se pagaran impuestos.

El 30 de diciembre de 1960, en la alameda de Chilpancingo varios manifestantes perdieron la vida, a manos del ejército. La Universidad de Guerrero, luchaba por ganarse el adjetivo de “Autónoma”, y con ello, su independencia del gobierno estatal. Vázquez Rojas invita al campesinado a levantarse en armas si no se decreta la desaparición de poderes.

Después de un periodo en que el movimiento de izquierda logro algunos avances, vino la división interna, algunos fueron corrompidos. Al comenzar 1962, Vázquez Rojas refunda al movimiento y ahora se llama Asociación Cívica Guerrerense. En Iguala, hay 280 detenidos, 23 heridos y siete muertos. Se gira orden de aprehensión contra Vázquez Rojas y éste huye del Estado, pero el 9 de noviembre de 1966 es detenido en la capital federal.

En Agosto de 1967 fue la matanza de los copreros en Acapulco. Guerrero destilaba sangre, a raíz de la violencia que se orquestaba desde las élites del poder.

Genaro Vázquez pasaba sus días en una celda de Iguala, pero desde su reclusión organizaba ya no un movimiento político a las luces del día, ahora planeaba el movimiento armado. Seguramente confiaba en Atoyac, donde su padre radicaba y era litigante. El 22 de abril de 1968, un equipo de compañeros suyos rescata a Genaro de la cárcel y huyen hacia la Sierra de Atoyac, el ejército los localiza y se registra el primer enfrentamiento.

Ahora el proyecto consiste en derrocar a la oligarquía y a los grandes terratenientes, y establecer un gobierno de coalición popular, entre otros puntos. El movimiento se renueva también en su nombre, ahora se llama Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR). Empezaron a buscar contactos con los campesinos y conocieron caminos y rutas en las escarpadas montañas de Atoyac. Para entonces ya crecía el movimiento estudiantil en la ciudad de México. En 1966 se trasladan hacia la Costa Chica, pero al año siguiente retornan a Atoyac, donde realizan varios secuestros.

El 20 de noviembre de 1971, la ACNR secuestra al rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, Jaime Castrejón Díez; por su rescate piden dos y medio millones de pesos y la puesta en libertad de nueve presos políticos. La suma monetaria la entrega el arzobispo de Cuernavaca, Sergio Méndez Arceo. Al otro día, un avión militar traslada a los presos canjeados a la capital de Cuba. Luego, tropas militares peinan la sierra de Atoyac y el rector de la Universidad fue liberado el uno de diciembre de 1971.

Heberto Castillo y otras voces de la izquierda nacional dijeron que los métodos guerrilleros de Guerrero eran terroristas, que desorganizaba a las fuerzas revolucionarias y que habían desatado una represión indiscriminada.

Había muchas detenciones en distintas partes del País. Genaro se sentía más seguro en la Sierra de Atoyac, pero optó por irse a Michoacán y falleció en un supuesto accidente automovilístico, en las cercanías de Morelia, en tierras purépechas, el día de la Candelaria, dos de febrero de 1972. Le acompañaban dos mujeres: María Aguilar Martínez y Blanca Ledezma Gómez. Aguilar Martínez tenía familiares en Río Verde, según me contó un señor de Puente del Rey, Municipio de Atoyac, a quien le llamo “Ramón”. Los restos de Vázquez Rojas descansan en su natal San Luís Acatlán, en la Costa Chica de Guerrero.

Las represiones no se destierran de Guerrero y el 28 de junio de 1995, 17 campesinos cayeron sin vida, abatidos por las balas de la policía estatal, en el vado de Aguas Blancas. Un video difundido por el periodista Ricardo Rocha, en su programa “detrás de la noticia” dejaría al desnudo las mentiras del gobierno. Nunca hubo el enfrentamiento y la policía estatal disparaba con saña a los campesinos, quienes sólo portaban machetes. Justo al año, se presenta un nuevo movimiento guerrillero y se identifica como el “Ejército Popular Revolucionario”, después se desprende una fracción y se crea el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente”.

Un señor de la comunidad de Puente del Rey, a quien llamaré “Ramón”, me comentó, en julio de 2014, que en El Molote vivía un joven conocido como “el sabinito”. El Ejército lo detuvo y algunos creen que éste fue enseñando algunos lugares por donde podían encontrar a Lucio Cabañas. El Sabinito era hermano de doña Sofía Fraga.

De acuerdo a lo dicho por don “Ramón”, las tropas genaristas anduvieron merodeando varios pueblos y a otros, de plano entraban a efectuar reuniones. Caminaban por las orillas de El Puente del Rey y fue al cerro del Cabeza de Venado antes que Lucio Cabañas. Por varios años Donato Contreras fue la mano derecha de Genaro Vázquez, pero llegaron a tener diferencias entre sí y se separaron.

Se sabe que se anclaban en el cerro de La Peineta, entre las poblaciones de Río Verde y San Vicente de Jesús, pues Genaro Vázquez Rojas, tenía buena amistad con don Juan Javier, el papá de uno de los primeros habitantes de El Río Verde, que se llamó Santos Javier. Inclusive, le acompañaba una joven, hija del señor Juan Javier, el día dos de febrero de 1972, fecha del supuesto accidente automovilístico, acaecido en las cercanías de la Ciudad de Morelia, Michoacán.

En el año de 1973, el ejército detuvo a los señores Delfino Juárez, Julio Vázquez y Santiago Adame, acusándolos de pertenecer a la guerrilla, pero al cabo de algunos días, los pusieron en libertad. Los tres señores vivían en El Paraíso; don Santiago Adame, ejercía el oficio de peluquero y ya en los años ochenta se trasladó a vivir a La Pintada. Don Julio Vázquez fue esposo de la señora Dominga Villa.

Para Jaques Le Golf “La memoria intenta preservar el pasado sólo para que le sea útil al presente y a los tiempos venideros”. También dice: “Procuremos que la memoria colectiva sirva para la liberación de los hombres y no para su sometimiento” (Citado por Tzvetan Todorov en Los abusos de la memoria).


 


Guillermo Bonfil Batalla, en su obra “México profundo” (1989:299) dice que Guerra en El Paraíso ha sido el trabajo que mejor ha logrado reconstruir y dimensionar la historia de esta guerrilla, la subjetividad de su líder, su relación con los actores regionales y con la exuberante naturaleza de la zona; su interacción con el régimen autoritario y el sufrimiento de los pobladores debido al trato cruel e inhumano al que fueron sometidos por el terrorismo de Estado.



El domingo, 22 de abril de 2002, el diario La Jornada publicaba una nota con el encabezado “los piloncillos, otro capítulo negro de la brigada blanca en guerrero”, e informaba que “En una cancha de basquetbol masacraron a seis pobladores, sin causa aparente. El 24 de abril de 1973, al filo de las siete de la mañana, mientras el helicóptero de color azul que era utilizado normalmente por el comandante de la 27 Zona Militar con sede en Acapulco, sobrevolaba Los Piloncillos, un lugar de la sierra de Atoyac de Álvarez, cien militares, entre ellos hombres vestidos de civil –que en realidad eran integrantes de la Brigada Blanca–, masacraron a seis personas en una cancha de basquetbol”.

La Brigada Blanca se constituyó en 1973 para combatir a los grupos guerrilleros que tenían presencia en diversas entidades del país, principalmente, Guerrero. A raíz de la represión en contra de los movimientos estudiantiles de 1960, en Guerrero; luego la de 1968, y con posterioridad, “el halconazo de 1971”, las filas de las guerrillas tuvieron algunos ingresos de jóvenes que sólo recibieron el puño de hierro, por parte de los represores gobiernos.


NOTA: También se consultó en la Revista Proceso, “Lo que empezó con Genaro terminó con Lucio Cabañas”, 06 de julio de 1985.

lunes, 1 de mayo de 2017

El trabajo en América, antes y después de la Conquista.


El trabajo en América, antes y después de la Conquista.

Esteban Hernández Ortiz

Desde 1492 Europa conquistó el Atlántico, océano que ahora se sumaba a la navegación comercial y militar que hasta ese entonces se realizaba en el mar Mediterráneo, el Océano Índico  o mar árabe y el mar de la China, llamado también Océano Pacífico (Santana Hernández. 2011: 32). Todo, gracias a que el genovés Cristóbal Colón surcó esas aguas pensando que se dirigía a las Indias desde que zarpó del puerto de Palos.

Posterior a la conquista militar y espiritual siguió la conquista mercantil y científica a lo largo y ancho de América Latina. Boaventura de Sousa dice que ante la interrogante ¿tienen alma los indios?, en 1537 el papa Pablo III contestó afirmativamente en su bula Sublimis Deus, al precisar “los indios son verdaderamente hombres y […] no sólo son capaces de entender la Fe Católica, según nuestra información ellos desean extremamente recibirla” (De Sousa. 2014: 27).

En el violento sometimiento, mismo que se acompañó de una conquista religiosa, morirían gauchos, que son los vaqueros mexicanos, pero en Uruguay, Argentina y sur de Brasil. Un decreto argentino de 1815 estableció que todo hombre de campo que no tuviera propiedades sería reputado sirviente, con la obligación de presentar tarjeta visada por su patrón trimestralmente. Al norte de Argentina surgió un rebelde de nombre Felipe Varela, quien decía que “ser provinciano es ser méndigo sin patria, sin libertad, sin derechos”. El aguerrido Varela fue el último líder y acabó sus días enfermo de tuberculosis y en la miseria en 1870 (Galeano. 2003: 300). También mueren guaraníes, aztecas y purépechas. El genocidio es bastante. El término Genocidio  fue acuñado en 1944 por primera vez por Raphael Lemkin, un judío polaco. Significa “matar a la familia, tribu o raza.

Con todos los millones de muertos que costó la Conquista América Latina continuó y continúa siendo invadida por medio de la colonialidad. Los textos constitucionales que todas las naciones americanas poseen respecto a la libre determinación de los pueblos contrastan con la realidad.

Para Antonio Elizalde el desarrollo surge vinculado al esfuerzo político por hacer transitar a los países pobres por un camino que les permita superar su pobreza o carencia de desarrollo (subdesarrollo).

            En un absurdo eurocéntrico se denomina “americano” al hombre estadounidense, lo mismo que a la ropa, calzado u otros productos de fabricación o producción hecha en Estados Unidos de América del Norte, conocido también por sus siglas anglosajonas “U.S.A.”. El cantante puertoriqueño “Calle trece” alterna con el grupo mexicano “Los tigres del Norte” en la canción “América”. Es una forma de dar un concepto a nuestra América en forma distinta a la eurocéntrica.  Puede observarse el video en http://www.dailymotion.com/video/x2l3qrl

Para Aníbal Quijano, el desarrollo es un término que desde la Segunda Guerra Mundial ha cambiado muchas veces de nombre y de apellido, tironeado entre un consistente reduccionismo economicista y los reclamos de todas las otras dimensiones de la existencia social”. Fue una de las más movilizadoras propuestas del medio siglo XX.

Estados Unidos de Norteamérica se instauró como la nación más fuerte del orbe posterior a la Segunda Guerra Mundial en términos económicos y armamentísticos, aunque contradictoriamente, para 2015 Estados Unidos fue el país más endeudado del mundo (http://www.datosmacro.com/deuda/usa). Este país norteamericano nació de un conjunto de trece colonias europeas que con su independencia (1774-1783) marcó el primer ejemplo de revolución burguesa y liberal y pasó de ser un conjunto de colonias a país colonizador que en lo que va del siglo XXI sigue manteniendo en la colonialidad a América Latina.

 “América para los americanos”, ¿Así sería de verdad? Aquel enunciado fue proclamado por James Monroe, quien en 1816 pasó a ser el huésped oficial de la Casa Blanca, él era un partidario convencido del expansionismo. En el discurso que Monroe dio el 2 de diciembre de 1823 respecto al estado que guardaba su nación, anunció las bases políticas de su doctrina, la cual se edificaba sobre dos aspectos fundamentales: el postulado de la no colonización por ninguna potencia europea en el continente americano; y el principio que estimaba a toda intervención europea en el hemisferio como una osadía a la paz y la seguridad de Estados Unidos. Esta política exterior de Estados Unidos selló durante más de cien años sus relaciones con América Latina.

En el mismo transcurrir de los primeros años de la década de 1820, exactamente en 1823, el principal ideólogo del imperio británico, George Canning, celebraba sus victorias universales. La edad de la caballería estaba entrando al pasado y ahora surgía una edad de economistas y calculadores. Londres estaba de manteles largos, Napoleón había enfrentado la derrota varios años atrás (Galeano. 2003: 283). Al año siguiente, Canning escribía: “La cosa está hecha; el clavo está puesto, Hispanoamérica es libre; y si nosotros no desgobernamos tristemente nuestros asuntos, es inglesa”.

La revolución industrial estaba en auge e Inglaterra era la mayor economía del momento. Ya desde antes de las emancipaciones de los nuevos países en Latinoamérica, Inglaterra llevaba en buena parte el control del comercio entre España y sus dominios, y no sólo abastecía de sus mercancías a las colonias que había establecido en la costa Este de los Estados Unidos.  Los telares de Manchester, las ferreterías de Sheffield y otros productos inundaron los mercados latinoamericanos.

En la Nueva España el yugo opresor hacia los trabajadores no tenía límite. Cuando nacía el siglo XIX, Alexander Von Humboldt calculó el valor de la producción manufacturera en México en unos siete u ocho millones de pesos. La mayor parte correspondía la industria textilera, la cual crecía a hombros de los indios que trabajaban encarcelados en talleres desde antes del amanecer hasta bien entrada la noche.

Después de la emancipación, Europa seguía presente, no se le había desterrado del todo. José Martí impulsa un contradiscurso eurocéntrico en América Latina. Martí asegura que “el problema de la independencia no era el cambio de formas, sino el cambio de espíritu”, por ello es que “la colonia continúo viviendo en la república”. “Éramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica y la montera de España” (Santos Herceg. 351).

Eduardo Galeano dice que luego de que Vicente Guerrero llegara al poder en 1829, pronto cayó en la indiferencia de los trabajadores, porque no tuvo voluntad o porque no supo poner un dique a la importación de mercancías europeas (Galeano 2003: 295). Lucas Alamán, un político conservador advirtió que las ideas de Smith contenían veneno puro y propició la creación del Banco estatal llamado “banco de avío”, con el propósito de impulsar la industrialización (Galeano 2003: 296). A México lo seguían saqueando.

Luego, Alamán se hizo industrial y creó la mayor fábrica textil mexicana “Cocolapan”. Después organizó a los industriales como grupo de presión ante los sucesivos gobiernos librecambistas. El católico Alamán tampoco planteó la cuestión agraria para beneficiar a los trabajadores del campo que no poseían ni una pizca de tierra. Los campesinos mexicanos esperarían hasta que el ejido se elevara a rango jurídico mediante la Ley agraria impulsada por el General Lázaro Cárdenas.

La colonialidad es el continuum de la colonización en América Latina. Hasta antes de 1870, Paraguay era el estado latinoamericano que no caía en manos del imperialismo europeo y estadunidense. La nación identificada con la canción pájaro chogüi (Galeano. 2003: 295) caía ante el embate de una guerra tripartita conocida como la Triple Alianza, Brasil, Uruguay y Argentina atacaron a sus hermanos latinoamericanos paraguayos. Inglaterra saca una provechosa tajada de esa guerra, pues el banco de Londres otorgó empréstitos a los invasores. Los mercaderes, banqueros e industriales ingleses se ven beneficiados (Galeano. 2003: 309).

El agente norteamericano Hopkins remitía informe a sus jefes diciendo que en Paraguay “no hay niño que no sepa leer y escribir…” (Galeano. 2003: 309). Paraguay no debía ni un centavo al exterior, no obstante su independiente status económico, la nación mantenía el mejor ejército sudamericano. El sistema de gobierno paraguayo determinaba que los campesinos trabajaran la tierra con la obligación de cultivarlas permanentemente, pero sin el derecho a venderlas. Los paraguayos rescataron la tradición autóctona de levantar dos cosechas anuales, medida que había sido relegada por los conquistadores.

Cuando algunos investigadores aseveran que el rol de “héroe malo” que jugó Europa, lo hubiesen desempeñado los chinos, los árabes o los hindúes, si hubieses tenido la misma oportunidad de colonización que los europeos tuvieron, Wallerstein define a dicho argumento como una visión de la historia moderna muy eurocéntrica  en su antieurocentrismo, por que acepta el valor del logro europeo precisamente en los términos en que Europa lo definió, afirmando simplemente que otros también podrían haberlo hecho (Wallerstein. 2002: 203-204).



FUENTES DE CONSULTA.



·         De Sousa Santos, Boaventura. Epistemologías del Sur. Ediciones Akal, 2014.

·         Dussel Enrique, Filosofía, historia de las ideas e ideología en América Latina y el caribe. Una nueva edad en la historia de la filosofía. Universidad Nacional Autónoma de México, México 2011. Santana Hernández, Adalberto, coordinador.

·         Galeano Eduardo, Las venas abiertas de América Latina. Siglo XXI Editores. 2003.

·         Wallerstein Immanuel. Siglo XXI editores, Conocer el mundo, saber el mundo: el fin de lo aprendido.