Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

domingo, 3 de noviembre de 2019

Encantado, pero no entiendo ni papas.





Encantado, pero no entiendo ni papas.

Desorientado, me fui caminando río abajo, hasta llegar a la cascada donde bien clarito siento como me descansa la memoria con la brisa que se dispersa hacia los lados. Desde que éramos niños, yo y mis cuates acostumbramos visitar a este lugar para descansar y admirar los cantos de las aves. Aquí llegan las parvadas de jilgueros, que siendo de menudo cuerpo, parece que El Creador les dotó de mucha fortaleza para emitir sonidos parecidos a los que ofrecía la lira de Santa Cecilia, la mera patrona de todos los músicos de este mundo y también patrona de los músicos, que según cuentan los señores grandes, tocan bonita música en las cuevas de los encantos que hay por este y otros rumbos.

En esos encantos, dicen que hay bailes y bebidas en abundancia y que si alguien, estando afuera de ese festín, comete la mayor locura de acercarse, puede quedarse a vivir ahí por muchos años. No son pocos los que platican que de lograr salir con bien de semejante empresa unos y unas podrían apoderarse de tesoros con los cuales se podría vivir en grandes palacetes, bien recubiertos de oro y plata, con mucha servidumbre, manjares, vinos, amén de esos lienzos de color rojo que suelen colocar a la entrada principal de los recintos cuando un hombre o una mujer de renombre y muy notable por el mundo, visita a alguna república o ínsula. Con todos esos placeres se puede llegar a vivir en este mundo terrenal por los siglos de los siglos que Dios le tenga encomendados si alguien sale bien librado al ir a jugar los bigotes al tigre y entre a un encanto.

Volviendo a mi real realidad, le diré que en este paradisiaco lugar, entre cascadas y el amplio repertorio de cantos de las aves, los ruidos que se emiten no ofenden para nada al tímpano de mis oídos, pues hasta me imagino al piano de ese artista nacido en Bonn, Alemania en 1770, que se llamó Beethoven, de quien por cierto oí decir al maestro de la escuela, que en 1796 empezó a perder su capacidad auditiva, perdiéndola totalmente en 1815. Por esos años, esta patria mía comenzó su lucha de independencia. Beethoven también componía versos y más versos, missa solemnis es una de sus más elevadas obras, según dijo el profe.

Me pongo a considerar que yo, que tengo re bien abiertos mis dos ojos, me ando queje y queje casi todo el tiempo, porque según mi parecer estoy un poco desdichado en esta vida. Perdonadme Dios santo, por no saber a veces lo que tengo.

Para no extraviarme más de mis sentidos, mejor vuelvo a contarle a usted que estando yo sentando en una roca y contemplando el arcoíris de tantos y tantos colores, surgió como ave del espíritu santo otra pequeña ave, que no se llama Ave María, todavía más chiquita que el jilguero, es de pico extenso, puede que más grande que su abdomen y su cola en una sola pieza. Le llaman chuparrosa y se sumerge en el agua de la poza, pero así como rápido entra al agua, así de rápido vuelve a salir, y parece que nos da un espectáculo con sus alitas, que las mueve velozmente, mientras nos mira, como si nos hablara dedicándonos el momento y sin pagar un cinco partido por la mitad.

Me acuerdo ahora que hace algunos pocos años surgió un película diciendo que cuando nosotros abandonamos este mundo -no sé si pa encaminarnos a otro mejor o pa quedarnos aquí mismo, hechos polvo y muertos de verdad- nuestro cuerpo empieza a deshacerse y de adentro sale el alma, pero no como alma que lleva el diablo, si no como una parte de mi otro yo o no sé bien como decirle, el caso es que esa alma –dice la película- tiene el peso de una chuparrosa, aunque los que estudian le llaman colibrí. A los de la película les entendí que cuando yo estire la pata, mi alma tendrá el peso de un colibrí, o el de un chocolate, vaya Usted a saber si es cierto que así son las cosas cuando se acaba este mundo pa todo aquel y pa toda aquella que le va llegando el turno de emprender ese viaje sin retorno.

Cuenta la historia que al gran poeta Netzahualcóyotl, estando en Texcoco en el siglo XV de nuestra era, la vida le dio la más amarga experiencia de presenciar, escondido tras un árbol, como los enemigos le arrancaron la vida a su progenitor sin miramiento y sin consideración alguna. Los contadores de historias dicen que por aquellos tiempos había pugnas constantes entre las tribus, tratando de hacer suyos a otros territorios. Y expandir sus dominios O sea que según mi entender era algo así como pelearse las plazas pa ampliar su poderío. Entonces, Netzahualcóyotl todavía no era hombre maduro cuando su tata murió, o más bien, cuando lo asesinaron, pero él creció y no sólo fue un gran líder de su pueblo, si no que hasta compuso versos, uno decía más o menos así: “Amo el canto del cenzontle/ Pájaro de cuatrocientas voces; /Amo el color del jade/ Amo el enervante perfume de las flores,/pero más amo a  mi hermano el hombre”.

Me da por pensar que estas palabras pensadas y dichas por Netzahualcóyotl, que en castellano quiere decir “coyote hambriento”, deberían ser citadas por los presidentes y las presidentas, los senadores y las senadoras, los diputados y las diputadas, porque perdóneme Usted por mi lenguaje soez, pues la mayoría de ellos y de ellas, a veces no sabe más que decir solo putadas y eso sí que no está nada de bien, pues como vamos a creer que se les pague de los impuestos nomás pa que se duerman en su asiento de ese pueblo o lugar que le llaman San Lázaro, sin que sepan algunas buenas letras pa eso de reformar o hacer nuevas leyes, como las que prometen bajar el precio de la luz y de las gasolinas o que los niños mejorarán en Matemáticas y otras materias. También ha habido algunos y algunas que estando en pleno asunto del pleno, comen palomitas como si fueran al cine o a la lucha libre, eso sí que me da mucho coraje, no la chiflen que es cantada.

Ahora se platica que hay una guerra encabezada por un grupo que tiene un bonito nombre de mujer, se llama Isis; dicen que Isis fue una Diosa muy alabada y al igual que Cleopatra, entre otras diosas, fue bastante hermosa; tanto como Helena, curo rapto o no rapto dio pie a la Guerra de Troya. Se sabe que a diario mueren hombres, niños y mujeres en esa zona del planeta, donde siembran unos enervantes, pero no como los enervantes perfumes de las flores a que se refería el poeta Netzahualcóyotl. Unos le llaman Opio, y por acá en México, le llaman amapola. También dicen que allá, en esas lejanísimas tierras brota el petróleo por doquier y que los de Isis lo venden dizque pa cubrir sus gastos que día con día les genera la defensa que hacen con su guerra. Uno de tantos buenos conocedores que han pasado por este mundo dijo que la paz no es necesariamente la ausencia de la guerra y uno más enunció que la guerra es la continuación de la política por otros medios.

La verdad, yo le confieso a Usted que mi cerebro no da para más, hay puntos a donde yo he llegado y como dicen los niños, ya no entiendo ni papas, pero Usted búsquele, quizá le encuentre bien como están estas y otras cosas. No más le suplico que ya despuesito tenga Usted la bondad de platicarme cuál es su punto de vista, pues ya me siento un poco atolondrado.