Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

martes, 5 de julio de 2016

De la casa escuela al Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario en El Paraíso.

De la casa escuela al Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario en El Paraíso.
Esteban Hernández Ortiz.
Al oriente del pueblo se construyeron unas amplias instalaciones fueron construidas para servicio de la “casa-escuela” que funcionó en El Paraíso a principios de los años ochenta. Había niñas y niños de distintas comunidades del Estado de Guerrero a quienes ahí les brindaban hospedaje, alimentación, deporte y le impartían actividades de algún oficio como electricidad y carpintería.
Por algún tiempo esos chavos recibían sus alimentos frente a la casa de don Adán Aguilar, una vivienda donde años más tarde vivió Javier Ocampo Gómez, en calle Morelos. También ocuparon el espacio donde ahora es la casa del adulto mayor, junto al río, frente a la casa de Benjamín Martínez Enríquez. Las niñas y los niños de la casa escuela recibían clases en las escuelas primarias Cuauhtémoc y Francisco Villa, en El Paraíso.
Como el tiempo no se detiene, algún tiempo después la casa escuela cerró sus actividades y en 1988 fue el gobernador José Francisco Ruiz Massieu para inaugurar el nuevo plantel, que dependería del Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero (CSAEGRO), institución que a su vez dependía de la entonces Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH).
El nuevo plantel educativo se llamaba Centro de Estudios Técnicos (CET), ahí terminaron sus estudios de nivel bachillerato Pedro Araujo Castro y Gabriel Pinzón Marcelo, quienes después se trasladaron a Iguala para poder dar seguimiento a sus estudios profesionales en Cocula, Guerrero, lugar sede del CSAEGRO, donde cursaron sus estudios de ingenieros agrónomos. Otros chavos tomaron distintos caminos y ahora varios de los que estudiaron en aquel CET de El Paraíso cuentan con una cédula profesional debidamente registrado y expedida por la Dirección General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública en el gobierno federal.
El primer director fue Netzahualcóyotl Ruano de la Vega, se le dio vida a esa área, se reverdecieron sus jardineras y se sembraron árboles de naranja. Se dio mantenimiento al bambú que estaba al centro de varias jardineras. Funcionaba una cafetería que atendía la señora Alicia, hija de doña Anita Lucena, quien vivía por el rumbo de la iglesia, cerca de la familia de dos Espiridión Nava, el señor que llevó la danza de los diablitos a El Paraíso.
Uno de los trabajadores que daban mantenimiento a las áreas verdes se llama Ponciano, un señor que vivía frente a la cancha de basquetbol de la colonia oriental, entre el margen del río y la calle. Ese señor ha prestado su servicio por muchos años en los vehículos recolectores de basura de la comunidad. Otro amigo que trabajó en la poda y riego de plantas, falleció en un accidente en los Estados Unidos, no recuerdo su nombre, pero vivía por la calle Morelos, cerca del domicilio de don Pedro Adame Pastor.
al CET Llegó un equipo de ingenieros agrónomos del CSAEGRO, eran cinco profesores: Emilio Bueno Jaques, originario del Estado de Durango; Melitón Valencia, quien entre otras cosas procuraba inculcar los múltiples usos de la soya; y el más recién egresado de agronomía era el profesor Félix Espinoza, quien impartía la asignatura de Métodos y Técnicas de Investigación. Clemente Antonio Otero, de Tecpan de Galeana impartía Dibujo Técnico y José Martínez Serna, nativo de Nuxco, municipio de Tecpan de Galeana, Guerrero, impartía Biología. Aún conservo un ejemplar de un libro de biología, del autor Alvin Nasson, recuerdo que en aquellos ayeres, ese libro nos costó poco más de cincuenta pesos. El ingeniero José Luís Sotelo Aguilar, nativo de El Paraíso, egresó del CSAEGRO y durante algunos semestres también impartió algunas materias en el Centro de Estudios Técnicos.
De la vecina población de Río Verde eran profesores el ingeniero Irdolfo Aguilar, quien hoy trabajo en el CECAFÉ, en Atoyac. Él impartía Fitotecnia del café. Había un químico biólogo, también de Río Verde, que daba algunas materias y un poco después llegó el médico veterinario Wilfrido Javier, también de Río verde.
En 1991-1992 fue presidente del comité de padres de familia el señor Manuel Arzate Rivera y él organizó un viaje de estudios que llevó a varias decenas de estudiantes del CET a la capital de Estado de Puebla, y a Xalapa y el puerto de Veracruz. El autobús del CSAEGRO esperó frente al ministerio público en Atoyac a los jóvenes de El Paraiso Guerrero, quienes se trasladaron de El Paraíso a Atoyac en camionetas, pues el camin0 estaba muy deteriorado; escasamente estaba más o menos en buenas concidiones el pavimento de Río Santiago a Atoyac, pero de Río Santiago a El Paraíso era terracería.
El llamado "Oro verde", que era el café aún no se desplomaba en sus precios y en Puebla disponían de equipos modernizados para la industrialización del café. Las instalaciones de Garnica, en Xalapa aún estaban de pie. Ahora se sabe que ahí está un campo de golf. En Veracruz puerto ingresamos a las áreas de estibación de los sacos de café, listos para exportarse a los Estados Unidos ya Europa.
Esa área que algunos años ocuparon la casa escuela y el CET ahora la ocupa la extensión del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA).

lunes, 4 de julio de 2016

Futbol en El Paraíso.

Futbol en El Paraíso.
Esteban Hernández Ortiz.

La cancha de futbol de El Paraíso siempre ha sido la que hasta 2016 se utiliza. Desde finales de los años setenta del siglo pasado funcionaba también la escuela secundaria con aulas de madera en ese parejo, ubicado junto al beneficio de café del señor Adán Quiñones. Era el director de la secundaria el profesor Serna y se trasladó a vivir al pueblo con su esposa e hijas.

Por esos años llegaron los profesores de la secundaria Abel Balcázar y Miguel Ángel Sandoval Román, entre otros. Después el plantel educativo secundariano se trasladó a su actual sitio, frente a la huerta de café de don Santiago Aguilar, un señor que mucho acostumbraba tener caballos, allá por donde fue aterrizaje y despegue de la avioneta  que trasladaba café a la ciudad de Atoyac.

Había unas piedras enormes que dificultaban el juego del balón pié en ese campo deportivo, al lado izquierdo, cerca del beneficio de café del señor Quiñones, pero después una máquina niveló un poco el terreno y las piedras fueron sacadas del terreno futbolero.

Entre los jugadores de futbol que había a finales de los años setenta y comienzos de los ochenta se pueden nombrar a Arturo Martínez Enriquez, Manuel Castro, Amado Sotelo, Jesús Bautista (hijo de doña Aquilina), el doctor Mario Guillén Fraga, el profesor Evelio González Nava; también eran futbolistas unos hijos de don Mateo Bautista, quienes vivían junto a la familia Galván. El profesor Miguel Ángel Sandoval Román, nativo del municipio de Teloloapan, Guerrero, también jugaba futbol.

Otros jugadores del futbol eran los hermanos Benjamín y Roberto Lucena. Había un camarada al que le decían “pepe”, quien vivía frente al señor Joaquín Cortés; también jugaba Antonio, el sacristán que auxiliaba al párroco Bonifacio.

Casi siempre andaban unos gansos de la familia Galván en el terreno de futbol, obviamente cuando no había alguna cascarita de fut.

Había ocasiones en que se organizaba torneos “cuadrangulares”, en los que participaban los equipos de El Edén, Río Santiago y San Vicente de Benítez.

A mediados de los ochenta surgió otra camada de jóvenes del futbol. Entre esa palomilla se pueden nombrar a Jorge y Agustín Zenteno, hijos de doña Alicia Lucena; también Miguel Ángel Vélez, hijo de don Francisco Vélez. Había un hijo de don Marciano Adame, le decían “el tigre”. También están Marco Aurelio Adame, hijo del señor Vicente Adame y Miguel Fadel Cruz, hijo de don Gabino Fadel. En este equipo portereaba un hijo de don Sabino, un señor que tenía un billar y que vivió frente al señor Ignacio Sotelo.

Varios de estos chavos gustaban de portar una camiseta de la selección de Argentina, campeón del mundo en México 86.

Otro futbolista era Carlos, hijo del profesor Simón Bello.