Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

lunes, 13 de febrero de 2017

La Sierra de Guerrero. Quinta parte.


Cría de venado cola blanca, especie en peligro de extinción. Aún se encuentran algunos ejemplares en la Sierra de Guerrero.
Son cazados en la noches cuando los cazadores salen a "linternear", nada más que a veces los venados ya están lampareados y son difíciles de cazar, como dice el corrido "se les peló Baltazar".

La imagen de este "cachorrito" es tomada de http://enciclopediagro.org/index.php/indices/indice-flora-y-fauna/1598-venado-cola-blanca



Esta fotografía la tomé en Julio de 2015 en el cerro de "la pandura", ejido de El Paraíso, Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.







La sierra de Guerrero

Parte quinta


Esteban Hernández Ortiz.

  

1.- Primero el té de toronjil, mucho después el café.

Bajo el título “Toronjil en fuga” se publicó un texto en la siguiente página electrónica[1] http://www.solochilpo.com/chilpancingo-ayer-y-hoy-publisher/241-el-toronjil-en-fuga.html El texto dice que “si es verdad que Chilpancingo puede ser traducido del náhuatl como el toronjilar, pronto perderemos el derechos a seguir llamándonos chilpancingueños. Y es que el toronjil, refiere la nota se ha venido dejando de tomar en Chilpancingo (fin de la cita).

El toronjil es un té muy usado en la sierra de Guerrero. Es una planta de hasta ochenta centímetros de altura, usada también en la medicina tradicional; se cultiva en huertos y patios por considerarse una planta ornamental de agradable aroma.

A un lado de la catedral, en el centro de Chilpancingo existe un restaurante llamado “El toronjil”, ahí suele citarse la clase política de la Universidad Autónoma de Guerrero para dar conferencias de prensa en tiempos de campañas políticas al seno de esa casa de estudios. El toronjil se empezó a tomar muchos años antes de que el café llegara a la sierra de Atoyac, para luego expandirse su consumo en la sierra de Guerrero. También es conocido como melisa, cedrón o limonera y pertenece a la familia de las labiadas.

Muchos aseguran que el café fue llevado a la Sierra de Atoyac por Claudio Blanco, quien sembró su primer parcela en El Porvenir, la cual fue bautizada como finca “el gamito”. Esta finca fue vendida años después a don Gabino G. Pino. Don Gabino tenía visión empresarial y viajó hasta el Estado de Chiapas allá por 1891 conocer más sobre la caficultura[2].

La película “Chiapas: el corazón del café” ilustra bien cómo fue que el café llegó a México. Sin embargo existen otras fuentes, Juan Ramón Pérez Pérez y Salvador Díaz Cárdenas comentan en su libro “El Café, bebida que conquistó al mundo (página 43, edición del año 2000, Universidad de Chapingo) que “el italiano Jerónimo de Manchinelli en 1847 obtiene 1500 plantas de san Pablo, Guatemala, para sembrarlas en su finca La Chácara en Tuxtla Chico, Chiapas, y más tarde, los misioneros españoles promueven su cultivo en la región del Soconusco”.



Hoy día, la “caficultura o cafeticultura comprende una serie de actividades estrechamente relacionadas con el café, desde la preparación de semilleros, preparación de viveros, siembra de los cafetos, podas –por recepa, de agobio y corte de los brotes o retoños-. También se practican labores de mantenimiento de suelos por medio de barreras vivas, como son la siembra de piñas, o barreras muertas como son “montones” ramas o leña a medio surco para que la lluvia no erosione el suelo.

El tratado de la cosecha es amplio, puede lavarse el café, a través del despulpe y su fermentación. Otro sistema para aprovechar la cosecha es el de secar los granos maduros de café recién cortados y extenderlos en un asoleadero. En los últimos años las instancias de gobierno recomiendan usar mayas para no tirar el café en patios de tierra o de concreto. En los años ochenta del siglo pasado, el ejido El Paraíso, sierra de Atoyac ocupó el primer lugar en producción de este grano, Ernestino Brito, ex trabajador del Instituto Mexicano del Café dice que las instalaciones del INMECAFE-Paraíso llegaron a recaudar hasta 250 toneladas de café maduro por día, al grado que la capacidad de la maquinaria para el despulpe y lavado del grano no era suficiente y había necesidad de llevar el café al INMECAFÉ en la comunidad de Río Santiago, municipio de Atoyac.

La película “Chiapas el corazón del café” nos ubica en un arco geográfico-temporal en un tiempo en que la capitanía de Chiapas pertenecía al país centroamericano de Guatemala en el correr de la mitad del siglo XIX. La historia va pasando en medio de un romance en el que Isabel es pretendida por Jerónimo, de origen italiano, y por Julián, al mismo tiempo.

También se dice que el café llegó al actual Veracruz, procedente de Cuba y una versión más es que el general mariano Michelena, nacido en Valladolid –hoy Morelia- viajó a Roma y a Palestina y que trajo semillas de café, las cuales plantó cerca de Ario de Rosales, Michoacán en 1838.

Algunos aseguran que el café fue descubierto en el siglo XVII en el país árabe de Yemen. De ahí que una variedad de café sea llamada “árabe”.  Otros dicen que el café fue descubierto en las mesetas altas de Etiopía.

Existe también una leyenda narrada por Fausto Naironi en 1671, diciendo que un día, un joven pastor de nombre Kaldi, llevaba su rebaño por la región de Kaffa y que agotados por el fuerte sol llegaron a un pequeño valle, donde las cabras empezaron a comer hojas de un arbusto de color verde fuerte. El pastor las observaba a distancia cuando de pronto miró como empezaron a retozar con bastante euforia. Entonces Kaldi tomó un puñado de frutos rojos de ese arbusto y los llevó al anciano del pueblo ante lo cual él le comentó: “seguramente Alá ha querido compensarnos la prohibición de beber vino, pues el hombre no puede cargar siempre con sus penas y necesita alivio”.

Otra anécdota parecida a la anterior dice que en los montes de Djebel, en Abisinia, África, la comunidad religiosa de Chéhodet, tenían grandes rebaños de cabras, de las cuales utilizaban su piel para escribir los versos del Corán. Estos pastores se dieron cuenta una noche de que sus cabras no dormían  y que corrían por todos lados. Entonces las espiaron y descubrieron que las cabras comían frutos rojos de un arbusto –hoy sabemos que eran plantas de café-.

A todo esto viene una conjetura de sentido común. Nuestra Sierra de Guerrero ofrece como alternativas de vida a sus habitantes estas dos prácticas de producción: el pastoreo de cabras y el cultivo del café. ¡¿Quién lo diría?! Que de los relatos y leyendas de Arabia y África, entre cabras y café hoy se de una réplica en la Sierra de Guerrero, pues las dos actividades económicas agropecuarias se practican como un modo de vida.



2.- Los comienzos de la ganadería.
 

La ganadería caprina y porcina da buenas utilidades a la gente de la sierra. En su libro Toro Muerto. Paraíso Desconocido (página 17), Ramiro Reyna Aguilar dice que don Modesto Sandoval Castro les compartió que  él sembraba maíz, papa y trigo, además de criar ganado porcino y vacuno, del que llegó a tener hasta 700 cabezas. El ganado mayor se vendía en Tlacotepec. Los marranos Jersey (DurocJersey) se llevaban caminando hasta esa población o a Verde Rico, al igual que el ganado vacuno Brahman, de más de 300 cabezas. En aquel entonces los “tigres” (jaguares) y “leones” (pumas) abundaban. Al tigre lo cazaban por los estragos que causaba entre el ganado, pues de treinta becerros dejaba diez vivos. Otros felinos menores que había en la región eran el champolillo y el gato montés, en cambio había pocos coyotes.

Ramiro Reyna Aguilar nació es licenciado en ciencias de la comunicación, egresado de la Universidad Autónoma de Guerrero. Nació en un pueblo de la sierra de Tlacotepec. Es autor de otras obras bibliográficas como “Tlacotepec Guerrero” y “Zitlala, antiguo centro comercial”. Desde 2004 ha sido miembro de la sociedad mexicana de fotógrafos profesionales A.C.



3.-  “Para todo mal mezcal y para todo bien, también”.

Fuente de consulta el día lunes dos de febrero de 2015: http://www.lajornadaguerrero.com.mx/2013/04/19/index.php?section=opinion&article=002a1soc (artículo de Raúl Sendic García Estrada).


El mezcal es una bebida que se obtiene de la cocción y fermento de maguey, que pertenece a la familia de las asparagales, a partir de la cocción de su tallo y de sus pencas. Se estima que se produce en 24 entidades de nuestra nación.

El concepto “mezcal” viene del náhuatl mexcalli, que significa pencas de maguey cocidas. Fue en 1994 cuando se otorgó la protección en denominación de origen del mezcal guerrerense, protegiendo a nivel mundial a este producto a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, con residencia en Ginebra, Suiza.

Se cree que en Guerrero la producción de mezcal alcanza un millón 400 mil litros de al año, con un padrón de 775 productores registrados de maguey y 450 productores de mezcal.

El mezcal encierra un enigma con muchas creencias y misterios acumulados con el transcurso de cientos de años. “Para todo mal mezcal y para todo bien también” dice un dicho popular. Es común que antes de comer un pozole, la gente tome una copa de mezcal.

El productor debe esperar hasta siete años para que las plantas estén en edad óptima para ser procesadas y obtener un delicioso y competitivo mezcal ante las rigurosas normas de comercialización.

Mezcal de Zihuaquio, sierra de Coyuca de Catalán, Guerrero. Imagen tomada de


El sabor característico del mezcal tiene que ver con un complejo proceso de separación de tallos y de las raíces que lo rodean, para obtener las piñas, que se cuecen y luego de muelen. En Guerrero se acostumbra reposar el mezcal con damiana, jumilines,  y nanches, acompañado de un buen queso de sincho.

En Guerrero existen 15 marcas certificadas de mezcal y se exporta a 22 países, como Japón, Australia, Rusia, Francia y China, entre otros. La producción del mezcal ha venido evolucionando en su procesamiento, pasando de las prácticas rudimentarias de destilación en ollas de barro hasta la utilización de  laboratorios con tecnología avanzada con materiales de cobre o acero inoxidable, entre otros materiales.

Esta industria, que se encuentra en amplio repunte, emplea hoy a unos cinco mil trabajadores y 108 mil hectáreas de producción de maguey. Se estima que hay 150 especies de maguey en México.

En la sierra de Guerrero se produce mezcal en Coatepec de la Escalera y Yextla, pueblos pertenecientes a la municipalidad de Leonardo Bravo, con cabecera en Chichihualco, Guerrero. También en Zihuaquio, municipio de Coyuca de Catalán, Guerrero.

La obra “Guerrero. Monografía estatal”, publicada por la Secretaría de Educación Pública en 1997, dice en su página 71 que en el año 1850 los Purépechas tenían dos capitales, ambas en el actual Estado de Michoacán, entonces conquistaron Coyucan –hoy Coyuca de Catalán-, llegando hasta Zacatula y prosiguiendo a Coahuayutla, por la cordillera, antes de llegar a Mexiquito, en el actual municipio de Zirándaro. Allí el gobernante del lugar regaló a Hirepan una jícara con diamantes  pulidos y sirvió de guía a su gente por el camino del río Xhiguaquio, que significa “lugar rayado de varios colores”, hacia Coyuca. En el camino se percataron de que el río destellaba brillos por el polvo de oro  que se notaba en sus arenas[3].

Dice Raúl Sendic García que “Antes de que el mezcal se industrializara –me contaba mi abuelo Feliciano Estrada Ayala, fabricante en el centro de La Montaña–, los inspectores de alcohol y el Ejército perseguían a los productores y destruían sus instalaciones, acosados y señalados por las grandes empresas productoras de tequila”.

a).- Mezcal de Zihuaquio, sierra de Coyuca de Catalán.

Con base en una nota periodística publicada el 25 de agosto de 2014 y consultada el día lunes dos de febrero de 2015 en: http://guerrero.quadratin.com.mx/Ejercito-siembra-el-terror-en-la-tierra-del-mezcal/

El ejido de Zihuaquio, Guerrero, se compone por 14 comunidades y cuenta con 72 vinatas productoras de maguey.

Desde hace más de 200 años, la siembra de agave para la producción y venta de mezcal es la principal rama productiva para los pobladores de Zihuaquio, esta tierra que tiene fama de buenas carnitas y buen mezcal. Las manos experimentadas de hombres y mujeres transforman el maguey en mezcal, siguiendo un proceso artesanal aprendido durante cientos de años. Durante la temporada de lluvias, cuando la producción de mezcal se detiene, se encargan del cultivo de maíz.

El diario La jornada Guerrero, publicó el lunes 5 de agosto de 2013 una nota de Hercilia Castro con el título “Galardonan en Durango al mezcal Guache de Azueta[4]”. La nota refiere que el productor y promotor mezcalero Adán Coria Farfán dijo que ganaron el primer lugar con el mezcal Guache en ese encuentro nacional. Coria Farfán añadió que  la temporada pasada produjeron seis mil litros en Zihuaquio y que a nivel sierra, produjeron entre 10 y 12 mil litros de mezcal.







[1]Consultado el martes, tres de febrero de 2015.

[2]Algunos expertos suelen utilizar el vocablo “cafeticultura” en vez de “caficultura” para referirse al cultivo de este grano aromático.
[3] Es por el rumbo de Placeres del Oro en Tierra Caliente.
[4] La marca de mezcal “Guache” es de Zihuaquio, municipio de Coyuca de Catalán y no es de Zihuatanejo.