La Casa-Escuela de El Paraíso, Guerrero, México.

La Casa - Escuela de El Paraíso. Esteban Hernández Ortiz. Yo cursaba el segundo o el tercer año de Primaria, cuando en mi salón iba una compañera que vivía en la Casa-Escuela. No recuerdo su nombre, su estatura era entre media y baja; su tez era de color. Andábamos en los ocho años de edad y transcurrían los años de 1982-1985. Por un tiempo iban a tomar sus alimentos o a realizar actividad física al espacio que hoy ocupa el Club de la Tercera Edad. También hubo un tiempo en que el alumnado de la Casa-Escuela tomaba sus alimentos cerca de la casa de don Ignacio Sotelo Alarcón. También vivieron en una casa propiedad de don Fernando Camacho. Había un profesor guero, llamado Francisco, quien impartía Educación Física y usaba una motocicleta. Asi lo narra Margarita A. Jiménez. Hubo una ocasión en que tres personas fueron al estado de Chiapas para recibir un curso de preparación de alimentos: Lucino Marcelo Araujo, Eladia Andrés y un señor de nombre Francisco. Asi lo narra Andy Cortez. Hubo un adolescente o niño muy bueno para el volibol, le decían "El Chicurro", quien al parecer era de Cacalutla, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Por aquellos tiempos el gobierno del estado -creo que en coordinación con el gobierno federal- decretaron la creación de dos Casas-Escuelas en Guerrero, una se estableció en El Ocotito y la otra en El Paraíso, según me narró Amadeo Valdez, y de lo cual hago mención en el libro "El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero. No he averiguado más a fondo, pero es de suponerse que la Casa- Escuela utilizaba los espacios anteriormente narrados debido a que aún no estaba totalmente construidas las instalaciones que ahora ocupa el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario en El Paraíso. Ya ahí tenían espacios a sus anchas para practicar deporte y las artes, amen de sus dormitorios y talleres que recibían, así como la cocina. El predio era de doña María Jiménez, pero las autoridades, de alguna manera convinieron con la señora en que ese terreno se usaría para los fines educativos que se le dieron. Hubo jóvenes paraiseñas y paraiseños que prestaron sus servicios en aquella Casa-Escuela. Nada más los recuerdos quedan. En este medio día yo trato de hacer esta narrativa para recordar pasajes de nuestro lindo pueblo. Las mujeres y los hombres que colaboraron en ese proyecto tendrán montón de recuerdos, seguramente. Abrazos fuertes a todas y a todos. Muchas gracias por leer el texto. Las imagenes que acompañan al texto las tomé en una visita que realicé al actual Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario, en El Paraíso., en mayo de 2017.