Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

jueves, 29 de agosto de 2019

Semblanza de la novela “Guerra en El Paraíso”



Semblanza de la novela “Guerra en El Paraíso”.

Esteban Hernández Ortiz.


En ocasión del curso de “Novela Histórica”, que me impartió el Doctor Jaime Salazar Adame en mis estudios de maestría en humanidades, asumí como una tarea el realizar la presente semblanza de la novela “Guerra en El Paraíso”.


Se trata de una novela de 583 páginas distribuidas en nueve capítulos, cuyo autor, Carlos Montemayor, nació el 13 de junio de 1947 en Parral, Chihuahua, y murió el 28 de febrero de 2010. Cuatro meses antes de su muerte pidió que sus cenizas se esparcieran en su natal Chihuahua y en la Sierra de Atoyac de Álvarez, Guerrero, por los pueblos donde él hizo esta novela.[1]

“Guerra en El Paraíso” es una obra que en su mayor parte se avoca a la guerrilla dirigida por Lucio Cabañas Barrientos, y en menor medida también se refiere a la guerrilla que dirige Genaro Vázquez Rojas, pues ambas coexistieron por algún tiempo en la Sierra de Guerrero. También se refiere al contexto nacional, tocando sucesos subversivos de Guadalajara, Monterrey, Distrito Federal y otras ciudades.

La novela es un recorrido histórico en un periodo que comprende del 9 de abril de 1963 al 7 de septiembre de 1976, pero no tiene secuencia cronológica y se narra en forma anacrónica, donde se aborda un pasaje hacia adelante, luego otro hacia atrás. Se trata del género conocido como “novela histórica”.

Por primera vez se publicó en 1991, pero la edición que he leído es del año 2017, editorial Debolsillo (círculo de lectura), Ciudad de México.

Cabañas Barrientos había estudiado en la Normal de Ayotzinapa, donde además de su profesión, recibió instrucción de oposición al régimen; Genaro, en cambio estudió en la Escuela Nacional de Maestros y se formó políticamente en el PRI. Ambos profesores son oriundos de Guerrero, Lucio de Atoyac y Genaro de San Luís Acatlán.

La novela comienza refiriéndose al ex carcelamiento de prisioneros de Chilpancingo, que habían participado en varios secuestros, como el del rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, Jaime Castrejón Díez. Estos hechos se atribuyen a la guerrilla que dirige Genaro Vázquez Rojas. También se trata de la libertad de guerrilleros de otras partes del país, quienes en conjunto serían enviados a Cuba, en avión, a cambio de la libertad del Rector Castrejón Díez. Parte del terrorismo está en que de 15 campesinos detenidos sólo seis están localizados.

En Guerrero, en algún intervalo coexisten dos guerrillas, ambas dirigidas por profesores. Carlos Montemayor recupera las voces de muchos personajes y los plasma en esta obra, en armoniosa combinación con su narrativa literaria, incitando a la persona lectora a trasladarse en el tiempo y en el espacio, desde su silla o lugar de estudio hasta la sierra de Guerrero, en ese viaje imaginario en que podrá presenciar tantos y tantos sucesos de aquella época tenebrosa.

Decía Rubén Figueroa Figueroa que no se lamentaría lo que pasaba con la guerrilla si el gobernador Raymundo Abarca Alarcón “hubiera puesto a Genaro de este lado del mostrador”. El “tigre de Huitzuco” buscaba reflectores pues quería ser Gobernador y se ofreció a dialogar con Cabañas Barrientos para que depusiera las armas a cambio de una amnistía y su consecuente participación en el andamiaje político guerrerense. “El Partido de los Pobres puede tener diputados”, decía Figueroa.

El pasaje que sigue en las páginas de la novela es el de la masacre del 18 de mayo de 1967 en la plaza de Atoyac, donde mueren dos policías estatales y siete civiles, entre ellos una señora embarazada. Aquel día, el alcalde, siendo primo de Lucio, le mandó un mensaje con un muchacho, justo instantes previos a que Lucio hablara en el micrófono. “Dice Manuel García que se cuide, profesor, porque la judicial nomás espera a que Usted empiece a hablar para perjudicarlo”. Aquel día era uno más en la lucha de padres de familia de la escuela primaria Juan Álvarez en contra del desempeño de la directora del plantel. Las campanas suenan y un grupo “saca” a Lucio del tumulto. Días después la policía municipal se pone a las órdenes de Lucio y mucha gente propone matar a los judiciales. Lucio responde: “Si ahorita los matamos ¿crees que ya te vas a tu casa?, debemos preparar una batalla más larga”.

Ya desde el 8 de diciembre de 1965 Lucio y su compañero profesor Serafín Núñez habían sido cambiados al municipio de Tuitán, Durango, pues el gobierno los consideraba agitadores comunistas. Atrás dejaban Atoyac de Álvarez, Guerrero, pues el gobierno los consideraba “unos agitadores comunistas”.

Las anécdotas vuelven a la guerrilla de Genaro, concretamente al accidente automovilístico en las cercanías de Morelia, en Atopanco. Huye Bracho, el brazo derecho de Genaro, pero dos días después es aprehendido. Luego, Genaro es sepultado en su natal San Luís Acatlán, sepultan a un hombre a quien tal vez no comprendieron. Lucio piensa y piensa en el monte respecto al deceso de su colega profesor: “La muerte no espera a que uno acabe de hacer. Hay que adelantarse a ella. No morir así nomás por nomás”, “Hermano, nos veremos en la eternidad”, decía el profesor nacido en El Porvenir. Lucio pensaba que no era momento de juzgar a Genaro, ni a Rubén Jaramillo, ni a Gamiz.

La novela sigue con la emboscada de Arroyo Oscuro, sitio al que el novelista no denomina así. Era junio de 1972. Dos militares se salvan, los aprehenden y los dejan libres. Los guerrilleros recogen armas y parque. Aparecen titulares en tres periódicos de Guerrero y el ejército demanda a un periodista por delitos federales, pues con sus “falsas noticias” causan más daño a la sociedad que los mismos guerrilleros y las mismas guerrilleras. Al final el jefe militar Solano Chagoya se desiste y el Ministerio Público rompe el papeleo a la vista de todos.

Entre julio y noviembre de 1972 hay otra emboscada cerca del Rincón de Las Parotas. “El doc”, gente de Lucio, visita a Bracho en el reclusorio de Chilpancingo.

Se reforma la Ley de Armas de Fuego y Explosivos, ahora sólo se permiten pistolas no superiores a 9 mm y revólveres 38. Empiezan a catear casas.

Lucio mantiene conversaciones con gente de Partido Comunista, pero este partido le pide que abandone la lucha armada. Empieza a haber deserciones en la guerrilla.

Luego hay otra emboscada cerca de El Quemado: 18 militares muertos y 9 heridos. Un guerrillero toma fotos con una cámara Polarid. Hay dos militares sobrevivientes, uno es de Hidalgo y el otro es oaxaqueño.

Luego, El Quemado es arrasado, más de 800 personas son detenidas. Matan también a personas de La Montaña que trabajaban en el corte de café.

Hay tres momentos relacionados con la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG): 1.- El secuestro de su rector Jaime Castrejón Díez. 2.- La detención del estudiante de Tepetixtla Nicomedes Fuentes García, y 3.- El allanamiento de la policía estatal a la Universidad. Probablemente los estudiantes que iban a cortar café a El Quemado eran también de la UAG.

Empieza a haber carreteras asfaltadas, brechas y teléfonos, también brigadas médicas y tiendas CONASUPO, estas últimas para vigilar los alimentos de los pueblos y poder identificar si había consumo “demás”. Si así ocurría, entonces los alimentos eran para la guerrilla. Llegaron a ser 70 casetas telefónicas en toda la sierra de Atoyac.

Un jefe militar pide otro batallón de infantería y más apoyo de la fuerza aérea, pero su superior le contesta que todo depende de la decisión política. “Nosotros sabemos lo que se debe hacer, los confundidos son otros”. El militar agrega: “Gobernación quiere mantener su posición de fuerza en Guadalajara, Monterrey y Distrito Federal, con el Plan Cóndor y piensan que Guerrero puede solucionarse a largo plazo, sin medidas radicales. Se requiere acondicionar helipuertos e impedir la expansión de la guerrilla a Estado de México, Morelos, Bajío y Michoacán”.

El narcotráfico va a la alza, pero de acuerdo a la novela, el gobierno deja de lado este fenómeno y prioriza su ataque a la guerrilla.

El gobernador Nogueda Otero vitoreaba al gobierno federal y decía que “en Guerrero, en 1971 el gobierno federal invirtió 468 millones de pesos y en 1972 se están invirtiendo 1200 millones y en 1973 se incrementarán esas cifras”.

Enero a julio de 1973.

Hay un conflicto de cañeros en Veracruz. En Atoyac, ahora el gobierno abre carreteras y las pavimenta, sobre todo, para el mejor desplazamiento de sus tropas, instala casetas telefónicas, lleva brigadas médicas y abrió el INMECAFÉ.

La falta de acuerdos en las clases de teoría marxista que recibían las guerrilleras y los guerrilleros en la sierra de Atoyac es un punto que enriquece a la novela, las discusiones y los debates que sostienen en las asambleas del Partido De Los pobres (PDLP), como cuando analizan la expulsión o el fusilamiento de cinco integrantes de la Liga Comunista 23 de septiembre, por no acatar el reglamento del PDLP. Muchas de las personas de la guerrilla apenas sabían leer, otros ni siquiera deletreaban, mientras “los marxistas” cargados de libros y teorías”, lo más que sabían era leer en sus cuartos de estudio, pero de litigiar con los moscos y zancudos en el monte no sabían nada, nomás no “encajaba” el asunto.

Los de la Liga dicen que Lucio es caudillo y que los manipula. “Ha habido compañeros que desertan y nos denuncian por voluntad o porque los golpean. Ha habido guerrilleros de dos o tres meses y regresan a casa”.

Lucio expresaba: “No todos los marxistas piensan en la lucha armada, otros dicen que falta un estudio exhaustivo. Están en las universidades o en sus casas viendo la televisión, sin desvelarse por los moscos, por el frío o por la lluvia. El gobierno acaba matando a la gente, como a Rubén Jaramillo,  a quien el presidente López Mateos lo mandó traer y le dio un abrazo, pero luego lo asesinaron junto a su familia y su esposa embarazada. Se coincide en luchar por la justicia, pero no todos coinciden en la lucha armada. Y en la lucha armada no logramos una coordinación nacional. Nosotros no pedimos a otras organizaciones que actúen como nosotros. Cuando nuestra gente llegue a otras organizaciones debe disciplinarse. Se valen de palabras que nadie entiende aquí. Dicen que somos pequeñoburgueses y que estamos jodidos. Nosotros hemos luchado por seis años en la Sierra, el ejército nos teme y las organizaciones hermanas quieren tener contacto con nosotros. Ellos dicen que estamos haciendo un movimiento popular y no revolucionario. Soy un caudillo populista, pero todo lo traigo a asamblea. Quieren apoderarse de la dirección de nuestro partido. Se sienten dueños del marxismo y de la revolución en México, pero gente del Partido Comunista (PC) han delatado a compañeros que se prepararon en otros países”.

Por su parte los de la Liga Comunista dicen: “El marxismo es pensamiento, análisis. Para ser guerrillero también hay que estudiar. No solo estudian los doctores. El proletariado destruirá al Estado Burgués. Se necesita conciencia proletaria de obreros en todas las ciudades. Es falso que la revolución socialista sea una batalla de pobres contra ricos”.

Luego Lucio revira y dice: “el Estado tiene ejército y a ese ejército atacamos”.

Renato, de la Liga Comunista -No del PC-, dice: “el gobierno sólo puede cambiar de partido, pero el sistema sigue. Debemos derribar al Estado Burgués. Eso no puede hacerse con elecciones como el Partido Comunista quiere hacernos creer, debe haber lucha armada y proletaria. La lucha por la revolución exige que uno se integre para siempre y no por meses. Cada vez que entran guerrilleros temporales o de vacaciones se pone en riesgo nuestra seguridad”.

_Lucio: ¿Dónde está la dirección del Estado Burgués para ir a atacarlo? Ese estado permite el hambre y contra eso estamos.

_Quirino dice: Que nos digan cuantas células de obreros han formado en las ciudades.

_Lucio: No los fusilemos, pero si hay que expulsarlos.

Muchas comunidades de la sierra atoyaquense fueron violentadas, pero sin duda que El Quemado es un caso muy particular, pues detuvieron a toda su población, incluyendo a los jornaleros de La Montaña, que trabajaban en la cosecha del café.

Por algún o algunos lapsos, Lucio abandona la sierra y va a Durango, a Veracruz, al D.F. y a Chihuahua, aunque al parecer también lo hace para atender su salud. Otros guerrilleros son enviados hasta Francia para recibir adiestramiento.

En Los Piloncillos, el ejército fusila a cinco personas y detienen a dos más. Luego dijeron que pasarían a San Vicente de Benítez y a El Paraíso para llevarse a otras personas más.



CAPÍTULO V.  Agosto a diciembre de 1973.

Diez guerrilleros, entre ellos Martha, ponen una emboscada entre Zacualpan y Las palmeras. El ejército los busca hacia Tepetixtla.

Soldados fingen ser campesinos y piden comida en Tres Pasos, pero la señora no sale. El PDLP los identifica y los persigue. Al parecer se matan entre soldados cerca de este pueblo, pero no es claro si esto pasó.

Hay 20 soldados muertos en Tepetixtla. A Lucio le daban fuertes dolores de cabeza. Se menciona una balsa para pasar el río de Coyuca. Lucio ve, en su imaginación, pasar los ataúdes de Genaro, de Jaramillo, de Gaytán… Recuerda a Serafín, el esposo de su mamá. Hilda se aventó y Quirino la rescata. Desde la selva, Lucio oye la radio y dice que el Presidente chileno, Salvador Allende, caerá porque no tiene un ejército.

Es secuestrado el empresario regiomontano Eugenio Garza Sada. El suceso se imputa al grupo que un año antes había secuestrado un avión de Mexicana de Aviación, también en Monterrey. El acompañamiento del presidente de la república disipa dudas de un distanciamiento del gobierno federal con el empresariado, aunque un representante del sector empresarial y banquero refiere que el gobierno federal no mantiene el orden público y que favorecen al marxismo.

Regaña un militar a gente de San Jerónimo porque “andan diciendo” que de la mar salen huaraches, ropa y huesos de personas hacia la orilla.

CAPÍTULO VI

En Chapultepec, Rubén Figueroa Figueroa pide a Pascual Cabañas que le ayude a conseguir un diálogo con su pariente Lucio Cabañas. Decía Figueroa: “El gobernador es muy pendejo y no ha sabido solucionar el problema. Yo conocí a Genaro, era un buen muchacho. Quiero que tú estés conmigo en esa entrevista, también mi sobrino Febronio, él es comunista y se entenderán bien. Todo hombre por más ideas que tenga sigue siendo hombre y yo conozco a los hombres. Llevarás dos salvoconductos, uno de Cuenca Díaz y otro de Fernando Gutiérrez Barrios, aunque confío más en don Fernando, pues Cuenca ya se siente Presidente. Te entregaré a tu hermano Luís y dinero para que vayas a la sierra”.



Página 279. Enero a mayo de 1974.

En San Vicente de Benítez asaltan a INMECAFÉ y reúnen a los campesinos. Eran más de cien guerrilleros.

“Lucio no quiere platicar con nadie que sea del gobierno, ingeniero. Le dice Pascual Cabañas”.

El ejército usa tecnología usada en Vietnam. Detectan campamentos y depósitos de víveres. Los alimentos llevan sello de CONASUPO para saber de qué pueblo son.  

Hay una importante reunión de la Brigada. 81 mil pesos quitaron al Banco Ejidal[2] y lo gastan en borracheras. Asaltaron al pagador. Ramón sólo entrega 41 mil. “Pura chingada que así haremos la revolución”.

313. Lucio acepta dialogar con Figueroa y le manda una carta a Luis Cabañas. La carta la lleva el profesor Inocencio Castro. 316. El ejército incrementa violaciones, torturas y recorre pueblos y ejidos.

Página 317. Lucio dice: “Aquí todavía hay zapatistas, los carrancistas los traicionaron. Ahora los carrancistas son Nogueda Otero, Cuenca Díaz, Moya Palencia, Luís Echeverría. 318. En Chihuahua, un Capitán traicionó a los hermanos Gamiz y aquí traicionaron a los hermanos Vidales”.

En una ocasión tienen una comida en la cancha de un pueblo, Lucio pide la palabra y se expresa así: “Vamos a llegar al socialismo. Enviamos comunicados a la prensa, radio, televisión y revistas. Nuestra revolución no es quitarle cosas a alguien y ya. Es devolver a los pobres lo que no les dejan tener. Que los ricos vivan con lo que necesiten, pero que los pobres vivan con lo que merecen tener. Nosotros queremos que toda la gente viva. Sólo matamos a ricos que matan a gente pobre. Nuestra vida es más pequeña que la revolución”.

La novela retrocede cronológicamente y habla de un resorteraso que un niño pegó a Lucio en la escuela de Mexcaltepec. Luego (Páginas 330-332), la novela lleva a una asamblea de la Brigada donde se discute si se fusila a unos miembros de la guerrilla.

341. Figueroa dice a Cuenca Díaz que Lucio pide que retiren al ejército una semana de la sierra, mientras se da el diálogo con él. El Secretario de la Defensa Nacional dice: “No vamos a quitar las banderas de un regimiento a petición de un bandido”.

Armando contesta a Lucio: “El ejército da comida, medicinas y abre caminos para que el pueblo vea que tiene más con el gobierno que contigo. No te quedes aquí, el ejército nos acabará a todos. Hay que salir del cerco y vayamos a otras zonas”. Lucio revira y dice: “La lucha cambiará pero con el mismo pueblo. Si huimos nos van a preguntar por qué dejamos las cosas por acá. No podemos atacar tan seguido porque el ejército quiere enfrentamientos. El Partido Comunista me ha pedido muchas veces que dejemos las armas y hasta con Carmelo salimos mal”.

Página 351. Figueroa dice a Cuenca Díaz: “Como decía López Mateos, los huevos son buen plato para los políticos, pero deben cocinarse con sesos”. Voy a joder a Nogueda.

Página 352. Dice Figueroa: “Mira Febronio, dile a Lucio que el ejército va a acabar con él, dile que le conviene más estar de mi lado y así juntos vamos a beneficiar a Guerrero, que deje las armas. Tú háblale de teoría, dile que yo creo en él, que yo era amigo de Genaro. De lo otro me encargo yo. Acompáñame para que Lucio vea que yo también me junto con marxistas y que las palabras me van a hacer lo que el viento a Juárez”.



CAPÍTULO VII.

Página 355. 30 de mayo a julio de 1974.

El diálogo se pacta. Febronio, Pascual, Lucio y Figueroa; este se acompaña además de su secretaria Gloria Brito. Es el 30 de mayo de 1974. Pasan por un camino que se obstaculiza con un candado a los madereros de Alcibiados Sánchez. Figueroa entrega una 380 y Luís Cabañas una 45. A las ocho de la noche llegan doce guerrilleros más, entre ellos va Lucio Cabañas. Éste le dice a Figueroa que le han apartado una buena hamaca para que descanse, y al día siguiente Lucio dice a Figueroa que ha quedado detenido, pero no secuestrado, hasta que el gobierno libera a guerrilleros presos. También le dice que Cuenca Díaz debió haber retirado sus tropas, pero que ellos no pueden actuar al margen de la Brigada ante asamblea. La Brigada era un comité que se renovaba con cierta frecuencia. Figueroa se resiste y le dice a Lucio, a manera de reclamo: “No te saqué a tus primos Bertoldo y Luís? Y sé que tienes a un primo llamado Manuel y otro tío. ¡¡Fusílame ahora mismo!! El Presidente no tiene facultad para liberar presos así me fusiles”. Lucio dice: “Haremos la prueba”, pero Figueroa parece no doblegarse y responde: “hazlo”. Mire ingeniero -le dice Lucio-, nosotros no torturamos, como si lo hace el ejército; Usted está platicando libremente con nosotros y puede mirarnos”.

Lucio le dice a Figueroa: “Hace dos años Usted nos buscó para dialogar”.

Página 380. Un sacerdote de Veracruz se ofrece para mediar el conflicto. El gobernador Nogueda dio orden de retirar a la policía estatal de la sierra. Un jefe militar dice que “tienen marcada la ubicación de los secuestradores, pero desconocen cuantos son”.

El coronel Emilio Salgado, jefe de la policía estatal, encabezó el asalto a la Universidad Autónoma de Guerrero. Al rector Rosalío Wences Reza le apoyan 26 universidades y 22 institutos tecnológicos.

Página 394, Manuel, el chupachencas, dice que no está bien pedir la libertad de comunistas o defender obreros de Monterrey.

Página 401. EL helicóptero en que viaja el General Eliseo Jiménez Ruíz, cae cerca de Zumpango. El ejército recorre Filo de Caballos y Hitziltepec. Luego escapa Figueroa a las cuatro de la mañana con una bolsa de galletas.

Página 409. El sacerdote Bonilla Machorro se entrevista con guerrilleros cerca de Tecpan y de Zihuatanejo. Lucio está sitiado en las inmediaciones de Corrales de Río Chiquito. El ejército identifica a un enlace guerrillero, un profesor apodado “Ranmel”. El helicóptero del General Eliseo Jiménez aterrizó de emergencia en Jaleaca.

Capítulo VIII . Agosto a noviembre de 1974.

Mencionan a Solín, en otros capítulos a Kalimán. Se nombran a pueblos con nombres falsos como San Juanito y Plan de los Metates.

Página 487. Desde un helicóptero rafaguean el campamento donde está Figueroa. Hieren a Luís Cabañas. Hay heridos y muertos. P. 493. Ya habían liberado en Guadalajara a Guadalupe Ozuna y ahora sitiaban cerca de El Quemado. Un periódico de París dice que el ejército mexicano tiene 50 mil soldados y que 20 mil están en la sierra de Atoyac. “Es mentira, solo hay tres batallones”, dice un jefe militar. Es por El Posquelite (494). Es el 8 de septiembre.

494. La policía militar desaparece a hermanos Menéndez, de la revista ¿Por qué?

Página 498. Figueroa declara que fue secuestrado por un extraviado mental, sediento de publicidad, envenenador de jóvenes, ligado a traficantes de droga. Fue objeto de crueldad física y moral. Agrega Figueroa: “No alcancé mi objetivo”.

El día 17 cruzan por El Achotal y por El Cucuyachi. Comieron elotes y un señor fue a avisar al ejército. P. 510. Se escapan con ramas por el monte. Cerca de 200 soldados van por la carretera. Llega un helicóptero. Están cerca de Alcholoa. Los soldados catean las casas. Después vigilan casas en la ciudad de Atoyac. Hay Bombas en Guadalajara y en Oaxaca; también hay bombas en centros comerciales y volantes del terrorismo en D.F.

En un “comelitón” se empieza un diálogo de Generales. Escárcega dice que Lucio puede ser una lucha del pueblo. Otro dice que la Liga Comunista no es enemigo para el ejército, pero Lucio sí.

Página 540. Las guerrillas zapatistas se fortalecieron en la región de Lucio y las fuerzas huertistas arrasaban poblaciones”.

El General Hernández dice: “Según Rafael, Lucio es un héroe, un Zapata redivivo”.



CAPÍTULO IX.

2 de diciembre de 1974.

Este día Lucio cae muerto en combate, en El Otatal, sierra de Tecpan. Dos días antes hubo otro enfrentamiento. Hacía 4 ó 5 años les tocó el eclipse en la sierra.



Fuente de consulta:

Novela "Guerra en El Paraíso", del autor Carlos Montemayor. 2017, editorial Debolsillo (círculo de lectura), Ciudad de México.



[2] Con el paso del tiempo, al Banco Ejidal le fueron llamando el “bandidal”.






[2] Con el paso del tiempo, al Banco Ejidal le fueron llamando el “bandidal”.