Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

martes, 20 de marzo de 2018

Recuerdos de mi infancia.


Recuerdos de mi infancia.

Esteban Hernández Ortiz

En Septiembre de 1980 comenzó sus labores el primer jardín de niños en mi pueblo natal (el kínder General Ignacio Zaragoza). Entonces yo ya andaba por cumplir los seis años de edad, pues nací en noviembre de 1974 y entré a la primaria sin haber cursado el nivel preescolar.

Ahora no recuerdo bien si ese año inició también la Escuela Primaria General Francisco Villa, pero ya desde varios lustros antes habían llegado para quedarse a vivir ahí por muchos años el profesor Salvador Morlet Mejía y su esposa Isabel Andrew León, cuya sangre familiar estaba en Olinalá Guerrero.  El matrimonio Morlet-Andrew había dado solidez a la primera Escuela Primaria, llamada Cuauhtémoc, pues el profesor Morlet admiraba mucho al último emperador azteca y ya había fundado en Tlacotepec, Guerrero (o en algún pueblo cercano) otra escuela primaria a la que también le puso el nombre de Cuauhtémoc. Aunque ya habían llegado algunos profesores al pueblo, ninguno le “había hecho frente” a la escuela y el alumnado quedaba sin clases en cualquier mes del año escolar. Hubo diversos factores por los que la escuela primaria no se establecía bien.

Bien, retomo mis vivencias propias. Ya la “Cuauhtémoc” tenía buena cantidad de alumnos y se justificaba una nueva escuela primaria, que aunque ocupara el mismo edificio, trabajara por el turno vespertino. Entonces la segunda primaria en El Paraíso fue la “General Francisco Villa”, y ahí ingresé yo a estudiar. Ya desde luego el “Director encargado” fue mi profesor Adán Catalán Altamirano, otro educador con relaciones familiares en Tlacotepec, quien había llegado a El Paraíso.

Recuerdo que frente a  la casa de mis padres yo siempre miraba pasar a la hora de la entrada a alumnos y alumnas, ellos siempre con mochila a la espalda y las alumnas con sus libros y útiles en sus bolsos. Muchos y muchas apenas si podían usar una bolsa de nailo y dentro llevaban sus materiales, ni siquiera había dinero para comprar una mochila y ni quien pensara en un portafolio. A esa clase de alumnos pertenecí yo.

En una de esas pasó en friega Modesto Rayo Trujillo. Yo, que aún no tenía la edad para ir a la primaria me fui caminando tras de él y me metí entre los niños y las niñas, pero ya en el patio nomás no sabía para donde darle. Claro que respetuosamente me retiraron de la escuela, pero ya que tuve la edad pues sí logré quedarme, acumulando varios reportes y algunas buenas acciones.

Hice algunas travesuras aún antes de entrar a primer año, pues un día conseguí un pedazo de fierro que se parecía a un pedazo de riel y lo colgué en una rama del ciruelo que tenían nuestro vecino Mateo Jiménez Altamirano y su esposa Cira, luego comencé a pegarle con una varilla y se ocasionaban unos ruidos muy parecidos a los que hacía una pequeña campana que sonaba en la primaria, marcando la hora de la entrada. Bien recuerdo como algunas alumnas y algunos alumnos pasaron “hechos la mocha” para llegar a tiempo a la escuela, pero para su sorpresa aún no era hora de entrar. ¡¡Qué bonitos recuerdos!!

La hazaña que si no fue nada bonita fue cuando, jugando a las “escondidas”, un día varios niños fuimos a dar con un ataúd que se había comprado don Eliseo Araujo. Todos nos asustamos cuando vimos la caja, pero en medio de aquel miedo nos causó curiosidad que no había ningún velorio. La realidad fue que don “Cheo” como le decía la gente, se había comprado un féretro para cuando Dios lo mandara traer, pues él deseaba no dejar muchos gastos a su familia. Así fui entendiendo después, pero mientras, don “Cheo” sí que nos metió en severos aprietos. Recuerdo cuando él pasaba de “mañanita” por la calle con sus calcetines y huaraches, así como su abrigo, un suéter de color cafecito. Ya para entonces tenía sus manos “pecositas”, pues hoy sé que los años no pasan en balde.

Otro día, fui con mi papá a casa de mis abuelos maternos, quienes vivían en El Puente del Rey. Entonces mi papá me preguntó que si quería quedarme ese día y que al día siguiente mi abuelo iría a El Paraíso y que con él yo regresaría a El Paraíso, pues mi abuelo tenía un Jeep. Me la di de valiente y dije que sí, pero ya cuando había pasado un rato a que mi papá se regresó a nuestro pueblo, me arrepentí y sin decir nada me salí rápidamente y me regresé yo solo caminando. Por ese tiempo funcionaban las casetas telefónicas que a raíz de la guerrilla dirigida por el profesor Lucio Cabañas Barrientos, el gobierno había llevado a varias comunidades por medio de cables que pendían de unos postes tubulares colocados a la orilla de las carreteras. Mis abuelos hablaron de El Puente del Rey a la caseta de El Paraíso, que para entonces estaba en casa de doña Justina, la mamá del finado Mario Hernández, frente a la casa de don Dustano Ocampo.  Mis padres fueron a contestar la llamada y dijeron que sí, que ya había llegado el chamaco.

miércoles, 14 de marzo de 2018

GUITARRAS DE EL PARAÍSO: LA HISTORIA DE AXEL SOTELO SALGADO.


Guitarras de El Paraíso: La historia de Axel Sotelo Salgado.

Esteban Hernández Ortiz.




Hoy quiero compartirle la historia de un joven artista nativo de El Paraíso, Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, pero antes pasaré a citar algunos pasajes de la historia de la música en esta comunidad. Cuenta mi progenitor, el señor Francisco Hernández Morales que siendo él muy joven se acercaba a unos señores cuando ellos tocaban sus guitarras, dice haberse “grabado” unas partes de un corrido dedicado a nuestro pueblo. Este corrido lo compuso don Andrés Oliveros, aunque mi papá lo escuchó por 1965. La composición dice:




Pueblito de El Paraíso,

Pueblo de bella ilusión,

luego tuvo carretera y

antes campo de aviación…




Se sabe que un día fueron los Cadetes de Linares a El Paraíso y Gumercindo Bautista Oliveros (QEPD), nieto de don Andrés Oliveros, dio la letra al famoso grupo norteño para que lo integraran en un disco. Don Andrés Oliveros y don Gilberto Jiménez Alcaraz eran buenos compañeros de guitarras y buenos compositores. Don Betito, como se le decía a don Gilberto, fue reconocido en la SEDENA como veterano de la revolución mexicana. Según mi padre, el profesor de los señores músicos y compositores fue don Cruz Salas, el papa de don Daniel y de doña Rufina Salas.




Bien, ahora damos paso a las anécdotas de nuestro joven paisano. Luís Axel Sotelo Salgado nació en El Paraíso, Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, el 11 de diciembre de 1991. Es hijo de los señores Aurelio Sotelo y de Dora Luz Salgado, ambos paisanos nacidos también en el mismo pueblo.

Quien esto escribe fue compañero de estudios de primaria de Dora Luz, la mamá de Axel y también es amigo de Aurelio, así como de sus tíos, quienes son varios por sus dos líneas consanguíneas y me abstendré de mencionarlos ahora.




Cuenta Axel que a los cinco años de edad le surgió la pasión por la música, pues como todo buen niño solicito a los Reyes Magos que le donaran un piano, el cual tenía varias sintonías que se asemejaban a animales como caballos y vacas. Resultó ser un maravilloso juguete para él. Ya en primaria se manifestó más su preferencia por la música y participó en dos eventos, en los cuales logró conseguir un cuarto lugar. En nuestra comunidad es costumbre desde hace muchos años, al menos desde que el finado Adalid Araujo Ávila era el principal organizador de los festejos septembrinos. Entonces, Axel participó en estos concursos que se hacían en el pueblo, con motivo de las fiestas patrias. En el año 2000 fue la primera vez que participó con su teclado en el zócalo y él seguía su pasión por la música, aunque no lograra el primer lugar.




Cuando ingresa a la secundaria Axel tenía ya doce años de edad y durante sus estudios de Secundaria concursó los tres años en canto en los eventos regionales que se realizan cada mes de marzo o abril, donde participan las secundarias de la Sierra de Atoyac y de la Costa Grande. Para entonces la suerte ya le empezaba a acompañar y obtuvo el segundo lugar en música instrumental.




En 2007, a la edad de 16 años, Axel emigra a la llamada ciudad de la eterna primavera donde tuvo que trabajar como ayudante de albañil, pintando casas y ofreciendo productos de papelería.




En términos generales puede decirse que Axel se separó de la música, aunque no del todo, pues en la lucha por la vida, tuvo que cantar en camiones. Para 2009 retornó a su pueblo de origen y con unos amigos integraron una agrupación con música ranchera o sierreña. Utilizaban instrumentos como el requinto, bajo eléctrico y una guitarra docerola. En 2010 decidió viajar a Comitán de Domínguez, Chiapas, donde se integró a la agrupación de música “Jerónimo y su sentimiento norteño”.

Dice Axel “Yo tocaba el bajo eléctrico y cantaba, pero en el grupo me preguntaron que si podía tocar el bajo sexto, entonces me armé de valor y les dije que si sabía tocar ese instrumento, pues yo necesitaba trabajar y ganar un dinero. Me entregué con todas mis fuerzas a tocar el bajo sexto y en un mes estaba a la altura de lo que ellos necesitaban. Con ese grupo estuve dos años”.




Corría el año 2013 cuando los padres de Axel le brindaron un apoyo económico para que grabara un disco, pero por falta recursos, el proyecto quedó “a medias”. Ya en 2014, Axel decidió regresar a la Tierra de Zapata, el bello estado de Morelos. La suerte comenzó a sonreír mejora Axel y junto a otros camaradas formaron el grupo “Frisón”. Al principio tocaban en bares y restaurantes, pero no tardó en llegar otro poco de suerte y llegaron a formar parte de la agrupación de Gerardo Ortiz. Entonces empezaron a conocer a artistas de otras agrupaciones de mucho prestigio. Durante tres años formó parte de ese grupo, pero para comienzos de este año 2018 ha tomado la decisión de retomar su proyecto personal que tenía desde 2013 y ha comenzado gravando temas como “amor psicópata” y corridos que él ha compuesto; también integró el tema “te extraño tanto”, creación de otro joven paraiseño llamado Fredy Gómez.