Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

martes, 30 de junio de 2015

La pequeña ciudad de El Paraiso.



Encantado, pero no entiendo ni papas.

Encantado, pero no entiendo ni papas.
(16 de abril de 2015)
ESTEBAN HERNÁNDEZ ORTIZ

Desorientado, me fui caminando río abajo, hasta llegar a la cascada donde bien clarito siento como me descansa la memoria con la brisa que se dispersa hacia los lados. Desde que éramos niños, yo y mis cuates acostumbramos visitar a este lugar para descansar y admirar los cantos de las aves. Aquí llegan las parvadas de jilgueros, que siendo de menudo cuerpo, parece que El Creador les dotó de mucha fortaleza para emitir sonidos parecidos a los que ofrecía la lira de Santa Cecilia, la mera patrona de todos los músicos de este mundo y también patrona de los músicos, que según cuentan los señores grandes, tocan bonita música en las cuevas de los encantos que hay por este y otros rumbos.

En esos encantos, dicen que hay bailes y bebidas en abundancia y que si alguien, estando afuera de ese festín, comete la mayor locura de acercarse, puede quedarse a vivir ahí por muchos años. No son pocos los que platican que de lograr salir con bien de semejante empresa unos y unas podrían apoderarse de tesoros con los cuales se podría vivir en grandes palacetes, bien recubiertos de oro y plata, con mucha servidumbre, manjares, vinos, amén de esos lienzos de color rojo que suelen colocar a la entrada principal de los recintos cuando un hombre o una mujer de renombre y muy notable por el mundo, visita a alguna república o ínsula. Con todos esos placeres se puede llegar a vivir en este mundo terrenal por los siglos de los siglos que Dios le tenga encomendados si alguien sale bien librado al ir a jugar los bigotes al tigre y entre a un encanto.

Volviendo a mi real realidad, le diré que en este paradisiaco lugar, entre cascadas y el amplio repertorio de cantos de las aves, los ruidos que se emiten no ofenden para nada al tímpano de mis oídos, pues hasta me imagino al piano de ese artista nacido en Bonn, Alemania en 1770, que se llamó Beethoven, de quien por cierto oí decir al maestro de la escuela, que en 1796 empezó a perder su capacidad auditiva, perdiéndola totalmente en 1815. Por esos años, esta patria mía comenzó su lucha de independencia. Beethoven también componía versos y más versos, missa solemnis es una de sus más elevadas obras, según dijo el profe.

Me pongo a considerar que yo, que tengo re bien abiertos mis dos ojos, me ando queje y queje casi todo el tiempo, porque según mi parecer estoy un poco desdichado en esta vida. Perdonadme Dios santo, por no saber a veces lo que tengo.

Para no extraviarme más de mis sentidos, mejor vuelvo a contarle a usted que estando yo sentando en una roca y contemplando el arcoíris de tantos y tantos colores, surgió como ave del espíritu santo otra pequeña ave, que no se llama Ave María, todavía más chiquita que el jilguero, es de pico extenso, puede que más grande que su abdomen y su cola en una sola pieza. Le llaman chuparrosa y se sumerge en el agua de la poza, pero así como rápido entra al agua, así de rápido vuelve a salir, y parece que nos da un espectáculo con sus alitas, que las mueve velozmente, mientras nos mira, como si nos hablara dedicándonos el momento y sin pagar un cinco partido por la mitad.

Me acuerdo ahora que hace algunos pocos años surgió un película diciendo que cuando nosotros abandonamos este mundo -no sé si pa encaminarnos a otro mejor o pa quedarnos aquí mismo, hechos polvo y muertos de verdad- nuestro cuerpo empieza a deshacerse y de adentro sale el alma, pero no como alma que lleva el diablo, si no como una parte de mi otro yo o no sé bien como decirle, el caso es que esa alma –dice la película- tiene el peso de una chuparrosa, aunque los que estudian le llaman colibrí. A los de la película les entendí que cuando yo estire la pata, mi alma tendrá el peso de un colibrí, o el de un chocolate, vaya Usted a saber si es cierto que así son las cosas cuando se acaba este mundo pa todo aquel y pa toda aquella que le va llegando el turno de emprender ese viaje sin retorno.

Cuenta la historia que al gran poeta Netzahualcóyotl, estando en Texcoco en el siglo XV de nuestra era, la vida le dio la más amarga experiencia de presenciar, escondido tras un árbol, como los enemigos le arrancaron la vida a su progenitor sin miramiento y sin consideración alguna. Los contadores de historias dicen que por aquellos tiempos había pugnas constantes entre las tribus, tratando de hacer suyos a otros territorios. Y expandir sus dominios O sea que según mi entender era algo así como pelearse las plazas pa ampliar su poderío. Entonces, Netzahualcóyotl todavía no era hombre maduro cuando su tata murió, o más bien, cuando lo asesinaron, pero él creció y no sólo fue un gran líder de su pueblo, si no que hasta compuso versos, uno decía más o menos así:
Amo el canto del cenzontle,
Pájaro de cuatrocientas voces;
Amo el color del jade,
Amo el enervante perfume de las flores,
Pero más amo a  mi hermano el hombre.

Me da por pensar que estas palabras pensadas y dichas por Netzahualcóyotl, que en castellano quiere decir “coyote hambriento”, deberían ser citadas por los presidentes y las presidentas, los senadores y las senadoras, los diputados y las diputadas, porque perdóneme Usted por mi lenguaje soez, pues la mayoría de ellos y de ellas, a veces no sabe más que decir solo putadas y eso sí que no está nada de bien, pues como vamos a creer que se les pague de los impuestos nomás pa que se duerman en su asiento de ese pueblo o lugar que le llaman San Lázaro, sin que sepan algunas buenas letras pa eso de reformar o hacer nuevas leyes, como las que prometen bajar el precio de la luz y de las gasolinas o que los niños mejorarán en Matemáticas y otras materias. También ha habido algunos y algunas que estando en pleno asunto del pleno, comen palomitas como si fueran al cine o a la lucha libre, eso sí que me da mucho coraje, no la chiflen que es cantada.

Ahora se platica que hay una guerra encabezada por un grupo que tiene un bonito nombre de mujer, se llama Isis; dicen que Isis fue una Diosa muy alabada y al igual que Cleopatra, entre otras diosas, fue bastante hermosa; tanto como Helena, curo rapto o no rapto dio pie a la Guerra de Troya. Se sabe que a diario mueren hombres, niños y mujeres en esa zona del planeta, donde siembran unos enervantes, pero no como los enervantes perfumes de las flores a que se refería el poeta Netzahualcóyotl. Unos le llaman Opio, y por acá en México, le llaman amapola. También dicen que allá, en esas lejanísimas tierras brota el petróleo por doquier y que los de Isis lo venden dizque pa cubrir sus gastos que día con día les genera la defensa que hacen con su guerra. Uno de tantos buenos conocedores que han pasado por este mundo dijo que la paz no es necesariamente la ausencia de la guerra y uno más enunció que la guerra es la continuación de la política por otros medios.

La verdad, yo le confieso a Usted que mi cerebro no da para más, hay puntos a donde yo he llegado y como dicen los niños, ya no entiendo ni papas, pero Usted búsquele, quizá le encuentre bien como están estas y otras cosas. No más le suplico que ya despuesito tenga Usted la bondad de platicarme cuál es su punto de vista, pues ya me siento un poco atolondrado.


De sol a sol.

DE SOL A SOL
(27 de abril de 2015)
ESTEBAN HERNÁNDEZ ORTIZ

Entre el Tlacatepec y el cerro de las tres tetas se asoma una gigantesca luminaria, que se levanta lentamente sobre las arboledas. Al fondo se muestra un cuerpo circular que irradia luz de color parecido al fuego. Ayer observé ese mismo círculo resplandeciente ocultarse lentamente al poniente, como si de los últimos cerros ubicados en esa dirección se dirigiera a toda prisa para descansar por sus labores de este día en las lejanas aguas del océano pacífico.

Muchos de mis congéneres le llaman “el astro rey” y sus luces incesantes e inacabables alumbran a todos los planetas, según la cercanía o lejanía en que esos cuerpos celestes se encuentren del Sol.

Desde hace varios siglos, cuando la ciencia fue emergiendo, se empezó a decir a la humanidad que la Tierra gira alrededor del sol, sumando 365 días para darle una vuelta completa y que en tanto transcurren esa anualidad, la misma Tierra va girando en su propio eje, durando 24 horas. De este segundo movimiento, es que mientras en Tijuana son la ocho de la mañana, en Acapulco, el Distrito Federal y demás, son la diez antes del mediodía, al tiempo que en Madrid son las cinco de la tarde y en Tokio es un poco más tarde.

¿Alguien puso las horas así porque sí o es que estamos obligados a acatar las leyes del movimiento del Sol? El ni en cuenta, pero nosotros lo necesitamos vitalmente empezando por ese proceso químico-biológico llamado fotosíntesis, el cual permite a los vegetales desarrollar su ciclo de vida; así las cosas esta mañana podremos tomar un jugo de zanahoria, un café o ingerir otros alimentos para iniciar el día. Por cierto, hay que cuidar que no pasen las primeras horas sin que nuestro organismo reciba sus primeros refuerzos, pues dicen los Galenos que podríamos recibir severos daños.
Por tales y tales razones yo observé ayer, cuando eran las 19:50 horas, ocultarse al sol con cierto grado de rapidez, como si se escondiera en las aguas oceánicas, en tanto que esta mañana otra vez nos visita haciendo su arribo por el lado oriente.

Copérnico y Galileo Galilei pensaron que el sol no se mueve y que era la tierra la que andaba vuelta y vuelta, como guiñándole el ojo, ante sus fulminantes rayos, pero había una institución que erigió un tribunal sanguinario, dizque para que los desobedientes entendieran. Ese tribunal se llamó Santa Inquisición y mandó traer un día al ideático Galilei, le rezó la cartilla y le pidió que no anduviera moviendo el tapete, diciendo que la tierra se movía. Galileo dio unos pasos hacia afuera de aquel tribunal y mirando al cielo dijo: “y sin embargo se mueve”.


Un buscador de hongos.

UN BUSCADOR DE HONGOS
ESTEBAN HERNÁNDEZ ORTIZ.
(Escrito el 16 de junio de 2015).

¡Luego regreso, voy a buscar hongos!, dije a mis padres este día alrededor de la una y media de la tarde. Para esa búsqueda la hora ya no es muy recomendable, es preferible ir antes de que los primeros rayos solares lleguen por el oriente. El objetivo es liberarse y tomar respiros para reflexionar y meditar o simplemente despejarse.
Las primeras imágenes interesantes que avizoro es un nido de calandria. La gente cree que si los nidos de estas aves son muy altos es que los vientos de la temporada de lluvias serán moderados o de baja intensidad; en cambio, si se ubican bastante altos, entonces significa que las ventoleras serán de mayor intensidad y por ello, las calandrias toman providencias y ubican sus nidales en una altura moderada o baja, para estar ellas y sus criaturas más a salvo.
La caminata apenas empieza y luego está a mi vista un águila que vuela con relativa calma y bastante libertad, me viene a la mente que mucha gente suele decir que “es libre como el águila”, aunque se estima que las mismas águilas saben de un radio y altura de vuelo que no deben sobrepasar.
Mi recorrido es en una cordillera sureste de El Paraíso. Conforme va uno en ascenso se empiezan a mirar puntos distantes. Para empezar, se observa La Nueva Delhi y las láminas de varias casas del poblado de El Iris lanzan destellos con el reflejo del sol; también se nota la carretera hacia El Gallo, un pueblo en las cercanías de la cúspide del Cerro del Teotepec, el punto más elevado sobre el nivel del mar en Guerrero.
Más adelante se observa la Colonia de reciente creación, donde viven los damnificados de El Paraíso por Manuel e Ingrid, es adjunto a la Colonia La Quebradora. Los pinos tienen un zumbido muy propio cuando el viento hace contacto con sus ramas de mayor altura, el placentero sonido te purifica el alma, más que los mismos pulmones.
Siguiendo con mis pasos encuentro varios árboles de pino que se secaron, lo más probable es que por descargas eléctricas de los rayos en fuertes lluvias, aunque no desconozco que los árboles también enferman. Siempre me vienen a la mente sinonimias o comparativos, más de una vez he oído decir que los árboles mueren de pie y que nosotros los humanos, sobre todo quienes viven en países con regímenes autoritarios, autoritarios prefieren morir de rodillas, pero volvamos a la caminata y los que nuestros órganos sensoriales perciben.
Los hongos destilan un aroma exclusivo, al grado que nuestro olfato ni tardo ni perezoso se da cuenta en un dos por tres que se trata de estas especies vivientes que por acá sólo se dan en estos días por un espacio no mayor de 15 soles con sus respectivas lunas.
A continuación encuentro una plántula de encino en brote reciente. Aún conserva su figura la bellota y está germinando. Es maravillosa la capacidad reproductiva de los seres vivos. Me encuentro maravillado y tomo varias fotos con mi celular a esa plántula, no quepo con mi hallazgo, la coloco de una forma y luego de otra. Al final deposito la bellota germinando en un árbol que conocemos como "palo colorado" y le tomo otras fotos.
Con el desplome en los precios del café, muchos cafetaleros tienen en el abandono a sus parcelas y cuentan que ha aumentado la presencia de especies animales, dado que poco se deshierban las huertas y los montes “están espesos”. Como le había anticipado, hay mucho rastro de botas y se miran machetazos de matones, ramas y pequeñas hierbas, lo mismo que cáscaras de cajeles, limones y plátanos. Muchas personas se encantan buscando hongos, pues es poca la época de estos seres.
A estas alturas nos ubicamos en línea con las instalaciones que hoy ocupan el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario y su vecina escuela Secundaria. Donde ahora es el CBTa estuvo en función el Centro de Estudios Técnicos, dependiente de Huitzuco, Guerrero, entre los años 1989-1995. Ahí estudie y aún conservo un ejemplar del libro de Biología del autor Alvin Nasson; mi profesor José Martínez Serna, lo utilizaba en sus tres cursos de Biología. Los hongos pertenecen al reino Fungi, no se consideran ni vegetales ni animales y la rama del saber que se avoca a su estudio exclusivo es la Micología.
Los hongos desempeñan un rol muy interesante en la medicina, la industria y la gastronomía. Se cree que la era de los antibióticos dio comienzos con el descubrimiento de la penicilina, surgida del hongo Penicillium notatum. Muchas especies de hongos son importantes en el fermento de cervezas y otras etapas de la industria vinícola. Muy exquisitos y variados son los platillos que los grandes chefs preparan si disponen de buenos hongos.
Se ignora con exactitud el número de especies, hasta ahora se han descrito aproximadamente 80.000 en todo el mundo. En Costa Rica se conocen alrededor de unas 2.000 especies, pero se calcula que en su territorio podrían habitar entre 40.000 y 70.000 (consultado el día martes, 16 de junio de 2015 a las 19:58 horas en http://www.inbio.ac.cr/papers/hongos/intro.htm).
Retornemos al recorrido de esta tarde. Siguiendo mi caminar se observa el tramo carretero conocido como “El Retén”, un punto donde el ejército estableció lo que llaman “puesto de revisión” alrededor de 1980. “El Retén” está a escasos metros antes de entrar al camino de terracería que conduce a la Preparatoria 45 de la Universidad Autónoma de Guerrero, autorizada apenas el lunes 15 de diciembre de 2014. En seguida se observa un área de riego ubicada en La Siberia, entre la comunidad de Río Verde y su entronque con la carretera Atoyac-Paraíso.
A estas alturas abunda el encino amarillo y ya se mira Río Verde. Un poco más adelante hay caminos conocidos como “saca cosechas”, pero he decidido no continuar mi caminar, pues ya se nota que el dios Tláloc vendrá con ganas esta tarde, aunque sigo con el gusano de llegar hasta el punto más alto de esta cordillera. Finalmente digo: “machetito estate en un vaina” y media vuelta, vamos para atrás. Fácilmente he llegado a la parte alta de la huerta de café de don Mateo Jiménez (que en paz descanse). Están a mi vista varios olivos, esos vegetales que se acostumbran utilizar olivos en los días de los fieles difuntos, para adornar el altar donde se ofrenda a los muertos.
Desde la primaria yo y mi camarada Isidro veníamos a los olivos para arreglar el altar el día de muertos. Recuerdo que cuando ya íbamos a la Secundaria me corté el pie derecho en esta huerta. La cicatriz quedó bien remarcada para no olvidarse. El Director de la secundaria descubrió que yo falseaba del pie derecho cuando ensayábamos las pirámides para el desfile del 20 de noviembre y me reprendió. Desde chavo, uno “no dice frío, aunque lo acobije el hielo”, pero no siempre es bueno aguantar y aguantar.
Los pinos expulsan una sustancia conocida como resina o trementina, es muy buena para extraer una espina del pie y nada más, porque las espinas del corazón requieren de otro tratamiento.
Cuando el ocote es bien rojo se acostumbra poner una rajita en un vaso de té para calmar una fuerte tos.
La lluvia ha empezado ligeramente cuando ya inicie mi retorno, unos 25 minutos después merma y asoma el sol en el poniente cuando son ya las cuatro y 15 de la tarde. Dicen que cuando llueve, al tiempo que se observa el sol es porque “las venadas están pariendo”, ¡vaya Usted a saber si es verdad! Ya por último, a un lado del camino escucho algo así como un resoplido de asno, pero no es así, fue el aleteo de una paloma morada que emprendió la huida al darse cuenta que este intruso caminaba por ahí.
Aquí termina la experiencia de hoy. Ah, lo de los hongos, fíjese que soló encontré uno y puede usted mirarlo en un conjunto de fotografías que acompañan a este texto. Salí de casa a la una y media de la tarde y regresé a las seis en punto. Gracias por su tiempo.

El antiguo INMECAFÉ de El Paraiso.













Apiario de abejas sin aguijón en El Ranchito. Miel virgen.