Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Día de tianguis.


Día de tianguis.

ESTEBAN HERNANDEZ ORTIZ.

 

Es jueves y es día de tianguis. La tradición data de casi medio siglo a que todos los jueves se instala el tianguis donde se vende de todo, desde ropa, trastos, zapatos, huaraches, botas, sandalias, hasta semillas criollas, pues todavía hay gente que se resiste a usar las llamadas semillas mejoradas y quieren seguir con lo nativo.

Para comer, la gente pide unas quesadillas de flor de calabaza y queso Oaxaca, pero antes toman un atole de garbanzo. Hay personas que piden su pozole con chicharrón y tostadas, además de aguacate y cebolla morada bien rebanada. Quienes confían en su capacidad de dominio sobre sí mismo, piden una o dos copas de mezcal antes de empezar a disfrutar su pozole de marrano o de pollo. La gente de los pueblos vecinos acude este día para comprar y el bullicio empieza a aumentar conforme van llegando más y más contingentes de las comunidades aledañas.

Hay vendedores que remontan sus prácticas a los inicios del comercio y realizan el famoso trueque, que no es otra cosa más que intercambiar un producto por otro.

Estos días de compras y ventas son de alegría para la gente. En una esquina del mercado dos músicos con instrumentos de aire entonan las canciones el sauce y la palma; luego cantan el sinaloense. En otra parte del mercado están dos jóvenes de pelo largo, enchinado y bien amarrado; pero que además portan unos tatuajes en los muslos del brazo. Ellos tocan unos instrumentos de tambora y cantan: “estaba el orangután y la oraguntana...”.  La gente pasa y deposita unas monedas en un sombrero que los chavos han puesto a sus pies mientras cantan.

Un taxi porta el siguiente letrero: “Esta unidad es monitoreada las 24 horas por mi esposa y por mi suegra”.

Un vendedor de semillas doradas ha resultado ser el mayor vendedor de semillas de calabaza bien doraditas por todo este rumbo. Algunos las llevan para vender, acompañando a los tacos de canasta, otros para vender con sopes y unos más para comer como un antojo. Aquel vendedor se ha ganado el calificativo de “el rey de la pepita”.

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