Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Unos paraiseños en “El Tenampa” de los años cincuenta.

Unos paraiseños en “El Tenampa” de los años cincuenta.
Esteban Hernández Ortiz.

El señor Benjamín Lucena Adame, originario de El Paraíso cuenta que por el año 1954, cuando él tenía 18 años de edad, le tocó vivir en una "segunda pasada" en la Ciudad de México. 

Entre otras anécdotas cuenta que muy cerca del zócalo de la capital del País había una calle de nombre "María la redonda" donde estaba una piquera en la que vendían un té bien calientito con hojas de naranja, nísperos (una fruta del tamaño de una pequeña guayaba) o limón mezclado con alcohol para que los que habían amanecido bien desvelados y con la "cruda" de las borracheras pudieran ir a ese sitio en el que la señora que atendía, vendía un vaso de ese té por ocho centavos de peso. Según esta información es muy probable que de ahí haya nacido el concepto de “teporocho” para referirse a un hombre que es muy borracho.

La entrada a la piquera era una puerta de madera, muy reducida, de unos noventa centímetros de ancho. La misma dimensión tenía el pasillo que llevaba hacia el fondo de aquella cantina.

“uno caminaba del zócalo con dirección hacia la villa y así llegaba a ese lugar donde vendían el té por ocho centavos”, dice el señor Benjamín.


También relata que, del zócalo, pero caminando hacia otra dirección se encontraba el bar “el tenampa”, un bar muy famoso al que le canta don Cornelio Reyna, uno de los artistas mexicanos muy queridos por el pueblo. Al tenampa -dice don Benjamín- iba los días sábados “el compadre”, nada más y nada menos que uno de los principales ases de la música mexicana, don José Alfredo Jiménez, quien nació en 1926 en Dolores Hidalgo, Guanajuato.

Al tenampa iba don Benjamín acompañado de su hermano Bernardo, un jóven de aquella época, quien años más tarde se tituló como médico general en la Ciudad de México.

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