LAS MIELES DE LA SIBERIA, EN LA
SIERRA DE ATOYAC.
Esteban Hernández Ortiz.
Ya casi para llegar a El Paraíso se encuentra el ramal por donde inicia el camino hacia la población de Río Verde. Existe una nueva colonia que se llama La Siberia, cerca del cerro de La Peineta y al Sur de El Paraíso. Realmente este lugar ha sido habitado desde los primeros tiempos en que llegó la cafeticultura a las sierra atoyaquense, pero con el paso de los años se ha ido formando un pequeño centro poblacional que ya agrupa a unos cincuenta habitantes y que por tales razones, la municipalidad de Atoyac le ha dado el rango de "Delegación Municipal".
Don Manuel Bello abandonó su fábrica
de hilados y tejidos “La Perseverancia”, secundando a Salvador Gálvez e instaló
una finca de café “La Siberia” cuando corría el año de 1980. Con posterioridad
“La Siberia” pasó a ser propiedad de don Severiano Magaña, quien vivía en San
Vicente de Jesús. Actualmente “La Siberia”
es un punto intermedio entre El Paraíso y Río Verde, actualmente vive ahí don
Magaña y atiende sus cultivos de café y maíz de riego. Otro de los habitantes
de La Siberia se llama Margarito, él tiene familiares en La Vainilla, en la
zona costera que pertenece al municipio de Atoyac. Margarito se dedica desde
hace más de veinte años a la apicultura, esta actividad agropecuaria cuyo
producto en mayores cantidades es la miel; pues además de miel, las colmenas
también producen polen, jalea y propóleos.
Durante muchos años las única mieles que por aquí abundaban eran las mieles que escurren de las costaleras de café maduro, esa sustancia líquida que emana de los frutos de café maduro y que cuando los asnos van bien cargados de café, se mira como escurren esos líquidos de los granos producidos en las parcelas. Realmente ha habido una clase de mieles que aquí y en todo Mesoamérica han existido por lo menos desde antes de La Conquista, se trata de las mieles que producen las abejas sin aguijón. En la sierra de Atoyac se conocen varios tipos de abejas sin aguijón: Abeja real, abeja bermeja y abeja zayola. Esta clase de mieles ya existían desde tiempos remotos y cuando los españoles llegaron, junto con los ingleses a Norteamérica, fueron ellos quienes trajeron la abeja de aguijón conocida por su nombre científico Apis Mellifera.
Otros habitantes de La Siberia,
tienen familiares en san Vicente de Jesús y también se dedican a la apicultura.
En esta zona como en casi todas las demás de la sierra de Atoyac, se producen
mieles de la abeja cuyo nombre científico es Apis Mellifera, que no es otro
insecto que las abejas que suelen mirarse a las orillas de las carreteras en
cajones de madera, fabricados en carpintería. En La Siberia también se produce
miel de abejas meliponas y trigonas, las abejas meliponas son las abejas
conocidas como “abejas reales”, son corpulentas y de color café dorado, muy
hermoso, no tienen aguijón, de tal suerte que no te pican. Las abejas trigonas
son aquellas abejas de tamaño más pequeño, tienen un cuerpo parecido a una
mosca y tampoco pican, porque no poseen aguijón. Las mieles que producen las
abejas trigonas y meliponas son conocidas como “mieles de palo”, aunque a la
miel que producen las meliponas también se le conoce como “miel virgen”. En sí,
los especialistas aseguran que no son muchas las diferencias nutritivas y
medicinales entre ambas mieles.
La “miel virgen” o “de palo” no es
espesa como sí lo es la miel de “cajón” –la
Apis Mellífera-. Otra diferencia estriba en que la miel de “Cajón es 100 %
dulce, en tanto que la miel de abejas sin aguijón es agridulce. También podemos
distinguir a una de otras por que la miel de paló o miel virgen es
generalmente de color amarillo claro, en
tanto que la miel de cajón suele ser de un color que va del amarillo claro al
amarillo obscuro.
Así son las maravillas de la
naturaleza en La Siberia, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.
Siendo don Manuel Bello un hombre de
negocios que conoció distintos lugares de la república mexicana, es muy
probable que entre sus lecturas y/o conversaciones que tuvo con sus amistades,
se halla enterado de que en la ex tinta
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas existía una región llamada Siberia.
Un gélido y muy apartado lugar que era una zona de encarcelamiento para los que
discrepaban del zarismo, sobre todo de las políticas del Zar Nicolás II.
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