¿A dónde van los desaparecidos?
Esteban Hernández Ortiz.
En 2018 asistí a una conferencia en la Universidad Autónoma de Guerrero, en el CIPES de San Mateo,
de nuestra capital estatal. Era la Cuarta Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos
en México. De ahí tomo la mayor parte de esta redacción.
En 1982 el cantautor panameño Rubén Blades
compuso la canción “Desaparecidos”, la ha cantado por muchos lugares y la cantó
en el zócalo de la Ciudad de México en junio de 2016, en tanto que el grupo “Maná” también se ha encargado de
hacer muy famosa a esta composición. La canción se refiere a los desaparecidos
en Latinoamérica, entre ellos un estudiante de pre-medicina que se llama
Agustín, un buen muchacho que “a veces es terco cuando opina”.
Dos hermanos de apellidos Trujillo Herrera,
de Atoyac de Álvarez, Guerrero, fueron desparecidos en 2008. Los familiares se organizaron y
empezaron a buscar a sus seres queridos, pero el luto sólo aumentó en la forma
más cruel, pues otros dos hermanos Trujillo Herrera fueron desparecidos en
2010. Hoy, su mamá, doña María Herrera, sigue luchando por encontrar a sus
cuatro hijos en el marco de la “Cuarta Brigada Nacional de Búsqueda de
Desaparecidos”. Este caso ya se encuentra en instancias internacionales, pero
para doña Mary no sólo su caso es paradigmático, muchos casos más deben analizarse
en cortes internacionales. Ella dice que “la puerta que se abra para que pase
una, debe estar abierta para que pasen las demás”.
No existe un “dolorímetro” para medir el
dolor de las y los familiares de las personas desaparecidas. Las mujeres que
buscan a sus desaparecidos tienen un potencial espiritual para luchar que puede
dar varios centenares de vueltas a una persona que se encuentre en una crisis
pasajera de angustia.
Las madres de los desaparecidos admiran a sus
nueras, quienes han estado sacando adelante a sus hijos. ¿Qué va a pasar con
esos miles de niñas y niños que están creciendo con la ausencia de su padre o
de su madre, y a veces con la falta de sus dos progenitores? ¿Cuánto
resentimiento se acumulará en su ser?, ¿Cómo irá a ser su actuación cuando sean
jóvenes? Las madres dicen que seguirán mirando al sol de frente aunque les
quemen los ojos.
El gobierno federal puede, dentro de ese
proceso de cambio al que denomina Cuarta Transformación, abrir los canales
democráticos de no represión, donde el ministerio público coadyuve en la
búsqueda de sus “tesoros”, como les llaman los familiares a sus seres queridos
desaparecidos.
Los familiares de los desaparecidos aún tienen
miedo al ejército y a las policías, así se llamen “policías militares”. Hay un
estigma en la gente golpeada por la desaparición de sus seres queridos en la
década de los setenta, cuando la avioneta Aravá, administrada por el Ejército, realizaba
los “vuelos de la muerte” arrojando a la mar a cuerpos de personas que habían
sido “levantadas” porque según el gobierno, ayudaban a la guerrilla.
“No queremos más engaños, no queremos más
falsedades” dicen las y los familiares de las personas desaparecidas. Ellas y
ellos dicen vivir con la ilusión de encontrar los restos de sus seres queridos
para tener un lugar a donde llevar una flor o una luz, hacer un rezo y platicar
con sus seres queridos. Para las familias de las personas desaparecidas sus
seres queridos son doblemente desaparecidos, se les desaparece físicamente y se
desaparecen los expedientes donde se asientan las investigaciones.
Muchas gracias a las personas que visitan a este blog en diferentes países de Europa como son Irlanda, Francia, Portugal y Alemania, entre otros. También a las personas que ingresan a nuestro blog desde los Estados Unidos de América.
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