Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

sábado, 16 de mayo de 2020

Recuerdos de Atoyac.

Recuerdos de Atoyac.
Esteban Hernández Ortiz.

Alrededor de 1985 íbamos a comer al mercado municipal de la ciudad de Atoyac de Álvarez, Guerrero. En el segundo piso estaba el área de cocinas o fondas. Yo iba acompañando a mi padre. Recuerdo que los comenzales se sentaban en unas bancas de madera, donde cabían unas cuatro personas. A veces había bancos individuales, de unos ochenta centímetros de altura. En lugar de mesa, se usaba una barra, a veces decorada con azulejos. Por aquellos tiempos, en mi pueblo natal todavía no se usaba el agua en garrafón, pero en Atoyac ya se usaba ese embasamiento. Algunos años despues, don Silvino Lucena Saldaña comenzó a vender agua embasada de esa forma en El Paraíso, pues instaló su almacén en la colonia La Quebradora.

Volviendo a mis recuerdos de la ciudad de Atoyac, le cuento que la comida del mercado era muy deliciosa. Las cocineras tenían excelente dominio en la gastronomía regional; era muy sabrosa la carne de puerco -de cuche, se acostumbra decir también- acompañada de frijoles. Al centro siempre había un vaso de vidrio con pipisa o papatla, verduras que se acompañan, dando un buen paladar al almuerzo o la comida. Los pescados, fritos o en caldo, eran otros alimentos muy nutritivos y muy sabrosos. La cecina era otro platillo, que acompañado de verduras, se disfrutaba bastante en aquellas fondas. El queso fresco siempre estaba presente y se podían agregar alguna rebanadas al platillo, desde luego que se agregaba una cantidad extra al momento de pagar.
Las tortillas eran hechas en la máquina tortilladora que había dentro del mercado. Ya hace varios lustros, don Leopoldo Cadena, de Atoyac, habia instalado la primera tortillería en El Paraíso. Las aguas de frutas no hacían falta, para "bajarse" la comida. Un día, al subir por las escaleras miré una admirable pintura mural que iba haciendo forma por las paredes de aquel edificio.

No tengo por ahora datos temporales precisos, pero me acuerdo de la tienda de abarrotes, de la SEDENA, que estaba detrás del Ayuntamiento. La fábrica de hielo, frente a donde ahora está la terminal de autobuses, mantenía buen ritmo de trabajo. Ahí iban a comprar las barras de hielo para las fiestas. Un poco hacia abajo, siguiendo la avenida Juan Álvarez, estaba el legendario árbol de tamarindo, un punto muy popular en la ciudad. La Estrella de Oro estaba en la contraesquina de la farmacia del ISSSTE, y a escasos metros también abría la tienda de abarrotes del ISSSTE.

En la calle que cruza por atras de la iglesia había otras pequeñas fondas, junto a la "Superior".

En la década de los ochentas los habitantes de El Paraíso compraban en Atoyac gran parte del material para construir sus viviendas: arena, graba y tabique. Muy poco se usaba el tabicón. Los herreros de Atoyac también hacían las ventanas, puertas y cortinas.

La familia Maya mantenía buena relación de comerciantes en El Paraíso. Cada ciertos días llevaban los productos a los tenderos de El Paraíso.

La última "corrida" de la "flecha" salía de Atoyac a las seis de la tarde, con rumbo a aquel pueblo, y ese autobús "bajaría" de la Sierra a las cinco o seis de la mañana, pues varió el rol de salidas durante los años en que existió ese servicio.

sábado, 2 de mayo de 2020

¿Cuánto depende económicamente El Paraíso de sus migrantes?

¿Cuánto depende económicamente El Paraíso de sus migrantes?
Esteban Hernández Ortiz.

Desde hace unos quince años -más o menos- han migrado jóvenes de la Colonia Vista Hermosa, perteneciente a El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, hacia la Ciudad de Guadalajara, Jalisco, y su zona conurbada, la demarcación que demográficamente ocupa la segunda posición en nuestro país. Otro tanto de personas de diversas familias y colonias del pueblo han migrado a Baja California Sur y a Manzanillo, Colima. Por ser zona fronteriza, Tijuana, Baja California, también es lugar de recepción de migrantes paraiseños desde tiempos mas lejanos a los casos anteriormente citados. En menor data han migrado personas a la Ciudad de Puebla.

Bueno, desde hace mucho tiempo han migrado algunos jóvenes con el anhelo de estudiar a distintas ciudades como Cuernavaca, Morelos, y la Ciudad de México. Una menor cantidad de jóvenes han ingresado a trabajar en las Fuerzas Armadas, ya sea en el Ejército o en la Marina, y por la naturaleza de sus funciones, van viviendo transitoriamente en distintas partes de la República. De todo ese total de migrantes hasta ahora comentados, un porcentaje desconocido para mí, constantemente manda recursos económicos a sus padres y/o demas familiares, y a algunas amistades, en caso de cierta emergencia. Quienes se "fueron" con su familia, y luego de probar suerte, se han establecido en los lugares referidos en este breve texto, mandan algún dinero a sus queridos padres, acorde a sus posibilidades.

Seguramente la mayor cantidad de personas que han salido de éste, su pueblo querido, con el propósito de trabajar, han intentado ingresar a los Estados Unidos. Muchas de esas personas han logrado su aspiración de trabajar en el vecino país del norte. Tal vez algunas de ellas hoy se encuentran en proceso para obtener su Green Card (Tarjeta Verde). Hay quienes desde hace algún tiempo cuentan con su permiso de trabajo, residencia o ciudadania. Uno que otro migrante acaricia la idea de tener su Visa "U", pues en alguna Corte se lleva un juicio que versa a cerca de circunstancias donde estuvo en riesgo su vida en los Estados Unidos.

Ante la pandemia del COVID-19 muchos de nuestros migrantes han visto bastantes disminuidos sus ingresos económicos, y por ende, en el caso de quienes se encuentran en Estados Unidos, las remesas hacia sus familiares también han mermado en forma drástica. Ojalá que pronto se reanuden las actividades económicas, aunque sea gradualmente en aquella nación, pues así se retomará el nivel de depósitos hacia la ciudad de Atoyac de Álvarez, Guerrero, qué es a donde van las personas que viven en El Paraíso, para retirar el dinero que a puro sudor les han enviado sus seres queridos. Si las deportaciones de nuestros paisanos aumentaran, a la par se elevaría la crisis económica en nuestros pueblos, y con ello, también irían a la alza distintas causas delictivas. Ojalá que las cosas no sucedan de esta última manera.

viernes, 1 de mayo de 2020

COVID-19: pros y contras.s

COVID-19: pros y contras.
Esteban Hernández Ortiz.

Hoy comienza el mes cinco del calendario que rige nuestra era, pues antiguas civilizaciones marcaban su tiempo en base a otras unidades temporales, sin desconocer los ires y venires del sol y de la luna.
En filosofía se habla de la unidad de los opuestos, pues todo tiene su "contra"o contraparte, existen el dia y la noche, lo alto y lo"bajo", lo frio y lo caliente, y otras cosas controversiales u opuestas. La pandemia que actualmente mantiene en vilo al mundo está dejando diversas sapiencias. La prensa internacional da cuenta de como, aprovechando el confinamiento de mujeres y hombres, la fauna tiende a "asomarse" en sitios usualmente "reservados"  para la especie humana, la cual, gracias a su "civilización" y "modernidad", destruye bosques y extingue animales.
Otro aprendizage es el concerniente al papel del profesorado en estos tiempos del COVID-19, específicamente en su labor de impartición de clases. Las videoclases exigen su mejor entrega a la maestra o al maestro, pues la sesión es grabada y en la mayoría de los casos se entregará como comprobacion del trabajo realizado al área respectiva en su escuela. El maestro debe ser ahora mas paciente y cuidarse mucho para no caer en descalificaciones a nadie. En los hogares del estudiante, sin el afán de vigilar al alumno, los padres constatan esa interacción del proceso enseñanza-aprendizage. En México, el Secretario de Educación ha dicho que el año escolar es rescatable, reduciendo algunos días al periodo vacacional de verano. Los gastos económicos en utiles, calzado, uniformes, colegiaturas, transporte, "recesos" y demás, no serán en vano. El alumno tampoco "perderá" un año de su bendita vida. La pandemia es causa de fuerza mayor y aunque las clases virtuales tal vez no ofrezcan el mismo rendimiento para el alumnado, que bueno que la tecnología de este segundo decenio del siglo XXI permita trabajar de esta manera. Claro que hay lugares donde la comunicación por estos medios es bastante difícil o de plano, no es posible, por falta de internet y equipo de cómputo en el hogar del estudiante. Esa es otra arista del gigantesco fenómeno de este Coronavirus.
Las cascadas de desempleo son otro aspecto muy contundente para la reflexión, precisamente en este dia del trabajo.



jueves, 30 de abril de 2020

El día del niño.

El dia del niño.
El dia del niño llevábamos, dentro de una bolsa naila, un plato, una cuchara y un vaso para tomar los alimentos que nuestras maestras y nuestros maestros de primaria nos habían preparado, con la colaboración de un comité de madres. Nuestro salon era adornado con serpentinas u otros materiales, cuya compra estaba al alcance del bolsillo de quienes con todo su corazón nos celebraban el dia.
Generalmente era un delicioso mole con arroz y agua fresca de jamaica. Si bien me acuerdo, a veces nos daban una rebanada de pastel. De perdida, nos daban unos sandwiches de pollo o de atún, con chicaros, papa y/o zanahoria.Ya en quinto y sexto año, se llevaba una grabadora y se hacía un pequeño baile dentro del salón, pues cada grupo recibía su fiesta en su aula. Ese dia se "pasaban por alto" los merecidos reportes que continuamente me hacían mis profesores a la Dirección de la escuela, y yo d isfrutaba mi dia.
En mis años de primaria, hacíamos un ahorro. Al momento de pasar la lista, o posteriormente de registrar la asistencia las niñas y los niños entregabamos unas monedas de ahorro. Cada quien entregaba lo que podía y cuando podía. Ya muy cerca del diez de mayo, ese "guardado" se nos entregaba y nosotros comprabamos un regalo para nuestras madres o tutoras. Casi siempre, ese obsequio iba envuelto en papel celofán. Podía ser una jarra, unos platos, unos vasos u otro utensilio para la cocina. En realidad, el regalo era mas para uso de todos quienes vivíamos en "X" hogar, que para nuestras amadas madres.
Ahora se pugna porque se celebre el dia como "Dia de la niña y del niño".
Después vino la etapa secundariana, ya la fiesta no era el 30 de abril, sino el 23 de mayo, pero de eso, escribire algunas breves anécdotas cuando llegue la fecha; bueno si respetamos las indicaciones sanitarias ante esta pandemia del VOVID-19.
Les mando un fuerte abrazo.

miércoles, 27 de noviembre de 2019

El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, México, en 1952.

Transcurría el año de 1952 cuando la cámara fotográfica del profesor Salvador Morlet Mejía captó esta imagen del pueblo de El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, México.

No se conocen el día y el mes exactos en que se realizó la toma fotográfica, pero fue en 1952, cuando el profesor Morlet Mejía llegó a El Paraíso, procedente de Tlacotepec, Guerrero, donde había fundado una escuela primaria llamada "Cuauhtémoc", y donde editaba un periódico llamado "Eco de la Sierra". Al llegar al Paraíso, el periódico se llamaba "Eco del Cafetal" y la escuela también fue registrada con el nombre de "Cuauhtémoc", pues nuestro maestro admiraba mucho al último emperador azteca.

La fotografía me fue proporcionada por Mario Alberto Morlet Valdez, nieto del profesor Salvador.

lunes, 18 de noviembre de 2019

Historias del basquetbol en El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.




Historias del basquetbol en El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.

Esteban Hernández Ortiz.


Muchos de los pobladores de El Paraíso, señores que ya tienen de 70 años en adelante –y tal vez otros de menor edad también- cuentan que en 1958 se hizo una cancha de basquetbol en el lugar que ahora ocupa el zócalo. Algunos años después también había una cancha de del mismo deporte en lo que ahora es la colonia Guadalupana, a la que yo doy en llamarle “el barrio fundador de El Paraíso”. Se ubicaba donde ahora es el Kínder Ignacio Zaragoza.

El señor Emilio Reyna Morales, nació en Tejamanil, y desde niño ha vivido en El Paraíso. Él cuenta que por esos años iban a jugar de Las Trincheras. Recuerda los sobrenombres de los jugadores: El Chaneque, la changa y la coyunda, éste último era muy bueno para colar. De Tepetixtla iba un jugador conocido como la cáscara, y de Los Piloncillos iba Trinidad Sánchez, alias la pachayota. De Los Valle iba un jugador de apellido Galindo y de sobrenombre El faisán. De Atoyac iban dos hermanos, uno conocido como El Pupo y al otro le llamaban El Zurdo, se apellidaban Reyes. De Atoyac también iba Macario, era más alto y robusto.

Don Emilio cuenta que él y su hermano Leonardo, junto a los hermanos Alberto y Santos Catalán, además de José Bautista, Genaro Ciprés Corona y Nicolás Araujo Oláis, formaron el equipo de “Los Cometas”.

También hubo otros basquetbolistas del Paraíso como Irene Ávila, Vicente Adame, Gregorio Castro Martínez y Alberto Sotelo Lucena. Ellos formaron el equipo “Los Satélites”, y algunos años después pasaron a llamarse “los cafeticultores”.  Con este equipo jugaron los profesores Simón Bello Espíritu y Alberto Morlet Andrew, el primero era tixtleco de nacimiento y el segundo nació en Chilpancingo. En una ocasión se reforzó bien un equipo de El Gallo y entonces  se formó lo que podemos llamar la primera selección de basquetbol del Paraíso, fueron sus directivos el profesor Alberto y el profesor Simón.

La cancha del actual zócalo era de tierra y tenía sus tableros de madera, y la cancha de la actual colonia Guadalupana se “emparejó” con una máquina que trajo una empresa que tenía un nombre parecido a OCS, cuenta don Emilio Reyna. Además, venían equipos de El Gallo, de este pueblo venía un profesor de nombre Gregorio, amigo del maestro Simón.

Al finalizar los partidos se solicitaba a las señoritas del pueblo que por favor tuvieran la amabilidad de bailar con los deportistas visitantes, pues cuando los basquetbolistas de El Paraíso iban a jugar a las otras comunidades la actitud era recíproca. Para esos tiempos ya doña Josefina Pérez, de El Paraíso, tenía un tocadiscos. Tal vez otra persona halla tenido algún equipo de esa índole para hacer fiestas. Cuenta el señor Emilio Reyna que por aquellos años se hacían pequeños torneos en tres ocasiones: El 20 de noviembre, en diciembre y en Semana Santa. Él dice que en 1962 se definió dejar el torneo sólo para el fin de semana más próximo al 20 de noviembre y así quedó la tradición.

Dice don Emilio Reyna Morales:

“Entre todos los jugadores hicimos la cancha de la escuela. Yo tenía 17 años de edad. Algunos también hacíamos nuestro servicio militar. Después hicimos la cancha del cuartel, pues los soldados querían tener una cancha muy cerca de ellos, ya que empezaba a circularse el terreno de la escuela primaria y entonces la cancha quedaba encerrada. Nosotros acarreábamos la piedra, la graba y la arena. Fuimos peones de los albañiles”.

Por su parte, el profesor Alberto Morlet Andrew cuenta que también iban jugadores de El Edén. También comenta que cuando él llegó a El Paraíso en 1953, ya había jugadores como Cecilio Martínez Adame, Ramón Lucena Saldaña, Juan Hernández Rivera y Lorenzo Araujo Oláis. Dice el maestro Alberto que el papa del profesor Simón se llamaba Daniel y que era albañil. Fue quien guio los trabajos para construir las canchas y las primeras aulas de la Primaria Cuauhtémoc.

Por último, ¿Quién no recuerda el sabroso pan que elaboraba “doña Biela”, la mamá del profesor Simón? Bueno, en lo particular sí me acuerdo de esto último, de los demás datos no doy fe, pues nací en 1974. Cuando ya estaba en mi adolescencia (hace algunas décadas), yo y mi padre fuimos a los festejos de la Virgen de Natividad en Tixtla, allá encontramos a doña Biela, ella con mucho gusto nos saludó, y nosotros también.

Comentario final: Pueden leer el libro de mi autoría titulado “El Paraíso, Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero”, en su primera edición. Espero pronto publicar la segunda edición ampliada y corregida.

Gracias por haber leído este texto.


domingo, 17 de noviembre de 2019

De Asia hacia la Sierra de Guerrero. El devenir del cultivo de amapola.



Este texto es parte de mi tesis que realicé para titularme como maestro en humanidades.


De Asia hacia la Sierra de Guerrero. El devenir del cultivo de amapola.


Se cree que las comunidades de cazadores-recolectores de la antigua Europa extraían goma de opio desde 4 milenios antes de Cristo. En el año 3400 A.C., al sur de Mesopotamia, donde actualmente se ubica Irak, los primeros agricultores dibujaban plantas de adormidera en tablillas de arcilla, llamándole Hul gil, “planta de alegría”. Veinte siglos después los egipcios describieron a la adormidera en el Papiro Ebers, uno de los escritos más antiguos de la medicina, señalando que la adormidera es un remedio que evita el excesivo llanto de las niñas y los niños (Grillo 2012, 47).

Wordreference define a la adormidera como: “planta herbácea anual de la familia de las papaveráceas, originaria de Oriente y propia de climas templados, de hojas anchas, flores grandes y terminales y fruto en forma de cápsula. De la adormidera se extrae el opio” (Diccionario, s.v. “adormidera” s.f.).

El consumo de opio se expandió desde Constantinopla hasta Londres, cuando se fue construyendo la civilización europea, pero fue en China donde se volvió más popular, pues sus poetas decían que la goma de opio era digna de Buda. No obstante, a finales del siglo XVIII surgieron en el gigante asiático inconformidades por el opio. En 1810, la dinastía Quing firmó un decreto que prohibía la goma, condenando a muerte a los vendedores de ese producto. El decreto decía que “el opio es un veneno que mina las buenas costumbres y la moralidad”. Era la primera ley de la modernidad que prohibía los narcóticos (Grillo 2012, 47). Eran también los tiempos en que se iniciaba la Guerra de Independencia en México.

Miles de toneladas de opio se trasladaron de la India a China, a manos de los comerciantes británicos de la Compañía de las Indias Orientales, pues en China se castigaba con pena de muerte al tráfico de drogas y aquella población oriental tenía ya lo que más tarde se conocería en México como el vicio asiático. Luego de las dos guerras del opio, la compañía se adjudicó el derecho a traficar en 1860 y los chinos siguieron fumando y diseminaron la amapola cuando ellos también emigraron a distintas partes del mundo. A partir de 1860 los chinos viajaron en embarcaciones de vapor con destino a Sinaloa, México, para trabajar en las industrias ferrocarrilera y minera. Traían consigo goma y semillas de adormidera en su largo viaje por aguas del Pacífico. Pronto los periódicos dieron cuenta de fumaderos de opio en Culiacán y en Mazatlán. Con el correr de algunos años se fundó el barrio chino de Manila (Grillo 2012, 48).

Osorno refiere que de acuerdo a Luís Astorga, un investigador mexicano nacido en Sinaloa, hay evidencias de que en 1886 entre las especies vegetales de Sinaloa ya se contaba con la adormidera blanca, lo mismo que el cáñamo indio o marihuana (Osorno, El siglo de las drogas. El narcotráfico del porfiriato al nuevo milenio. Quinta reimpresión 2014, 60-61).

En 1924 se integró el Comité Antichino de Sinaloa, el cual pedía que los chinos habitaran en barrios alejados del resto de la Ciudad (Osorno, El siglo de las drogas. El narcotráfico del porfiriato al nuevo milenio. Quinta reimpresión 2014, 57-58). Los chinos fueron expulsados, primero a Nayarit, y después hasta Chiapas, en los ferrocarriles, pues dadas sus habilidades en los negocios empezaban a desplazar a los nativos de Sinaloa.



No se tiene precisión del año en que llegó el cultivo de amapola a la Sierra guerrerense. Algunos señores como don Feliciano aseguran que la amapola llegó por el año de 1965, y que la marihuana se cultivó desde 1955 ((seudónimo) 2018). Aún más, don Leonardo dice por el año de 1958, cuando él tenía diez años de edad, “salí a venadear, acompañando a un señor nativo del estado de Morelos, en las cercanías de Pueblo Viejo, municipio de General Heliodoro Castillo, cuando vimos un hermoso plantío de flores. Después nos dijo el señor de Morelos que esa planta era la amapola” (Leonardo 2018). Humberto Padget dice que el cultivo de amapola llegó en 1973 (Padgett 2015, 15).

A lo largo de su historia, la sierra ha tenido diversas actividades económicas. A principios del siglo XX fue el pastoreo la principal actividad de la Sierra, después llegó el café, en 1882 y poco a poco se fue extendiendo su cultivo en la Sierra de Atoyac (Galindo 2010, 34). Por los años cincuenta y sesenta hubo empleos de la industria maderera. Por 1955 llegó el cultivo de marihuana y más o menos, diez años después llegó el cultivo de amapola. De Sinaloa vinieron algunas personas a distintos pueblos y empezaron a promover el cultivo con fines de comerciar con el producto extraído de los bulbos, una sustancia resinosa de color café, que pareciera pulpa de zapote. Otras voces, como don Emigdio, dicen que la amapola fue traída por michoacanos que trabajaban en las extracciones de madera en la Sierra de Guerrero, cuando transcurrían la década de 1960 (Señor Emigdio 2018).[1] Así se fue culturizando el dicho de sembrar maíz bola.



(seudónimo), Emiliano, entrevista de Esteban Hernández Ortiz. Sierra de Atoyac de Álvarez, Guerrero, (11 de mayo de 2018).

Diccionario, s.v. “adormidera”. s.f. http://www.wordreference.com/definicion/adormidera (último acceso: 10 de noviembre de 2016).

Galindo, Víctor Cardona. Entre palmera y cafetal. Atoyac, historia cultura y tradición Guerrero. Chilpancingo, Guerrero, México: Editorial garrobo, 2010.

Grillo, Ioan. El narco En el corazón de la insurgencia criminal mexicana . México: Ediciones Urano, 2012.

Leonardo, entrevista de Esteban Hernández Ortiz. Sierra de Atoyac de Álvarez, Guerrero, (sábado 15 de diciembre de 2018).

Osorno, Diego Enrique. El Cártel de Sinaloa. Una historia de uso político del narco. México: Best Seller, 2014.

—. El siglo de las drogas. El narcotráfico del porfiriato al nuevo milenio. Quinta reimpresión. México: México: Plaza & Janés, 2014, 2014.

Padgett, Humberto. Guerrero. Los hombres de verde y la dama de rojo. Crónica de la nación gomera. México: Ediciones Urano, 2015.

Señor Emigdio, seudónimo. Sierra del municipio de General Heliodoro Castillo, Guerrero, (12 de junio de 2018).





[1] Entrevista que hice en la comunidad de Puerto del Gallo, municipio de General Heliodoro Castillo, Guerrero, el día 12 de junio de 2018.