Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Guerrero guerrillero. a) Guerra en El Paraíso. Otro extracto del ensayo "La Sierra de Guerrero".



Guerrero guerrillero.

a) Guerra en El Paraíso.

Esteban Hernández Ortiz.

En su momento casi nadie se enteró de que  el escritor Carlos Montemayor, nacido en Parral Chihuahua[1], se internó en la sierra de Atoyac y llegó a El Paraíso para hacer su trabajo, recabando datos hasta publicar su novela “Guerra en El Paraíso”. Tal vez se haya presentado personalmente en Los Piloncillos, pues en el auge de aquel movimiento que dejó mucho dolor, en ese pueblo fueron fusilados varios lugareños a manos del ejército.

Por el colorido que Montemayor puso en “Guerra en El Paraíso”, el Gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez, le llamó “el Homero de la Sierra de Guerrero”. Así lo expresó el Gobernador cuando firmó el decreto de creación de la Octava Región geoeconómica “Sierra de Guerrero” el día viernes 16 de enero de 2015 en El Paraíso, Municipio de Atoyac de Álvarez. En un momento de su intervención ante el público, el Gobernador “se quitó el sombrero” al mencionar a Lucio Cabañas Barrientos y su guerrilla.

Me cuentan mis padres que ellos vivieron el atroz contexto de la guerrilla de Cabañas, pues el ejército ponía retenes a las afueras de Atoyac y revisaba palmo a palmo a los campesinos al salir de la Ciudad de Atoyac con dirección a la sierra. Únicamente les permitían llevar consigo pocos alimentos como arroz, azúcar, etc. Los uniformados insinuaban que la gente llevaba víveres a los cabañistas.

Mi madre vivió su embarazo del primogénito que ahora escribe en los tenebrosos tiempos de aquella época, en la que según algunas cifras, desde las altas esferas del gobierno mexicano dieron órdenes para enviar a varios miles de efectivos del ejército para capturar a Lucio Cabañas, fuese vivo o muerto[2]. Finalmente el profesor nacido en El Porvenir, de la municipalidad de Atoyac, Guerrero, fue capturado muerto el dos de diciembre de 1974, según señalan muchas fuentes históricas.

Un día del año dos mil doce tuve el gusto de saludar a su esposa en el auditorio municipal de Atoyac en un evento, al final del cual varios nos acercamos a saludarla y alguien, señalándome, le dijo: Él es de El Paraíso, entonces ella nos comentó que el escritor chihuahuense guardaba con aprecio en el escritorio de su estudio muchos granos de café llevados desde la sierra de Atoyac. 

Las cenizas del escritor fueron esparcidas en su Ciudad natal, Parral Chihuahua, y otra parte se esparció en los pueblos donde se desarrollaron algunas de sus novelas en la Sierra de Guerrero[3].



[1] Nació el 13 de junio de 1947, y murió en la Ciudad de México, Distrito Federal el día 27 de febrero de 2010.Se le considera como un activista defensor de comunidades indígenas y de los grupos más vulnerables en México.
[2] Hay fuentes que indican que fueron más de diez mil efectivos los que peinaban la Sierra de Atoyac de Álvarez, Guerrero.

[3] Consultado el día jueves 12 de febrero de 2015 en http://unionhispanoamericana.ning.com/forum/topics/emotiva-despedida-a-carlos

Cerca de Arroyo Grande de El Paraíso.





En Plan del Cuche.








miércoles, 9 de septiembre de 2015

El trovador Joel Cortés Varona. Otro extracto del ensayo "La Sierra de Guerrero".




El trovador Joel Cortés Varona.
Esteban Hernández Ortiz.
 
El trovador Joel Cortés Varona[1], quien llegó a colaborar con intérpretes como Oscar Chávez, falleció el jueves 10 de diciembre de 2009 en el fronterizo Estado de Tamaulipas en un accidente automovilístico, pero fue hasta el día sábado 12 por la noche cuando las autoridades informaron del deceso a sus familiares. Así declaró a diversos medios de comunicación su hija Lilit Cortés Gallardo.  El ataúd con sus restos fue llevado para recibir honores en el auditorio del edifico de Rectoría de la Universidad Autónoma de Guerrero[2].

Joel Cortés Varona nació en el Cerro del Baúl, municipio de San Miguel Totolapan, muy cerca de Toro Muerto, el 23 de diciembre de 1946. Realizó estudios de literatura, etnología y antropología en diferentes Universidades como la Autónoma de Guerrero, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Patricio Lumumba de la ex Unión Soviética. Es hijo de los señores Otilio Cortés Bernardino y Paulina Varona Catalán, quienes se dedicaban principalmente a la crianza de chivos[3].Un domingo de septiembre de 1993 yo lo escuché por primera y única ocasión en mi vida en el zócalo de Atoyac, cuando en un acto de cierre de campaña política por la alcaldía de ese municipio le oí hacer uso de sus dones cantando canciones  y corridos. Recuerdo que en uno de sus descansos dijo: “y ahora les voy a cantar el corrido del año mil. Hubo un tiempo en que ya casi todo Chilpancingo se lo sabía”. Y empezó a cantar. En aquella ocasión usaba lentes y sombrero.

Cortés Varona se dedicó a recolectar corridos que ya poco se interpretaban en la sierra guerrerense y en otras entidades del país, desde finales de los años sesentas del siglo pasado. También colaboró con artistas como Eugenio León, Gabino palomares y Guillermo Velázquez. Fue miembro del Partido Comunista Mexicano. Es hermano de don Pablo Cortés Varona, uno de los primeros organizadores para la creación de la región Sierra de Guerrero. Cuando contaba con siete años de edad, sus padres lo mandaron a estudiar en un internado de Coyuca de Catalán en la Tierra Caliente de Guerrero. En 2007 grabó un disco con corridos muy antiguos, material discográfico al que llamó “el árabe”[4]. En 2009 preparaba otro material de corridos y uno de poemas de su autoría.

Habla Joel Cortés Varona[5]: "Mi tío vivió mucho tiempo en casa de mi mamá, yo recuerdo que cuando salía yo de la primaria y se oía el canto de a dos voces con las guitarras, yo corría con mi mochila y me gustaba escucharlos. Compartía el gusto por la guitarra por los corridos. Juan Reynoso, José solano, Sebastián y otros trovadores. Podemos cantar horas y horas. Voy a cantarles un corrido de Norberto Quintanilla del estado de Tamaulipas".


[1] Joel Cortés Varona era investigador del departamento de Difusión Cultural en la Universidad Autónoma de Guerrero. Estudió la licenciatura en Literatura Iberoamericana en la misma Universidad.

[2]Consultado el día domingo uno de febrero de 2015 en: http://www.jornada.unam.mx/2009/12/14/espectaculos/a15n2esp La Jornada. Lunes 14 de diciembre de 2009. Sergio Ocampo Arista. Página 31.


[3] Este último y otros datos fueron consultados en la siguiente página electrónica: http://www.enciclopediagro.org/index.php/indices/indice-de-biografias/350-cortes-varona-joel el día domingo uno de febrero de 2015.

[4]Fuente de consulta: “La Crónica de Hoy” en su edición del día 2007/07/07. Consulta realizada el día Domingo uno de febrero de 2015: http://www.cronica.com.mx/notas/2007/310820.html

[5]Consultado el día martes, tres de febrero de 2015 en: https://www.youtube.com/watch?v=DiJGiaYGvnY&index=1&list=PL8ED879A396DC5110

Viejos los cerros. Una parte del ensayo "La Sierra de Guerrero", que elaboré en febrero del año en curso.



a    “Viejos los cerros”. 
      Esteban Hernández Ortiz
Cuando a alguna persona le aseveran que ya tiene buena cantidad de años de edad suele contestar alegremente que “viejos son los cerros”. Y es que en efecto, muchos científicos han sostenido que la tierra se formó hace unos 50 millones de años y que los cerros son producto de una época de erupciones en que los volcanes arrojaron grandes cantidades de lava para dar origen a la formación que hoy tienen los cerros, desde El Himalaya, el punto más elevado del planeta que tiene más de 8 mil metros sobre el nivel del mar (msnm), así como el punto más elevado de la república mexicana, que es el Pico de Orizaba en el Estado de Veracruz y el Teotepec, el cerro de mayor altura en Guerrero y que hoy queda dentro de la demarcación territorial de la Sierra, con 3705 msnm.
El Teotepec nevó en el año de 1992. Desde El Paraíso se veía hermoso el copete de nieve en la cima del cerro. El sacerdote Joel Salazar, párroco de El Paraíso, organizaba veladas en el cerro del Teotepec en el mes de diciembre. Visto desde El Paraíso, en un atardecer esplendoroso, cuando el sol tiende a perderse de nuestra vista en el poniente, el cerro de Tlacatepec[1] parece un espejo. Los rayos del astro rey se funden en las rocas y en las arboledas que dan forma al segundo cerro más alto en Guerrero y que actualmente sirve de límite entre los municipios de Atoyac de Álvarez y Heliodoro Castillo.
Partiendo del Cerro Tlacatepec hacia la sierra de Atoyac el cultivo agrícola que predomina es el café, y aunque la producción del grano aromático ha decaído enormemente en la zona, las arboledas aún se conservan en su mayoría, pues los cafetales se cultivan bajo sombra. Muchas parcelas de café se han convertido en potreros para criar ganado vacuno, aun cuando los suelos no sean los más propicios para esta actividad económica.
Cerca del Tlacatepec se encuentra el “cerro de las tres tetas”, que en tiempos de la Colonia servía como punto de guía para los capitanes de la Nao de China y otras embarcaciones que tenían como destino final al puerto de Acapulco.
Existen los llamados ojos de agua. El agua de un ojo de agua puede ser de una temperatura diferente al de otro, si el agua está a una temperatura mayor a 30 grados centígrados (º C) se les denomina termales[2].
La población de la Sierra de Guerrero se cuantifica por su población absoluta y por su población relativa, también conocida como densidad de población. La población absoluta se refiere al número total de habitantes de la región, desde los recién nacidos hasta los más longevos[3]. En cambio, la población relativa o densidad de población es el número de habitantes que habitan en un kilómetro cuadrado[4].
En las risquerías de los cerros se encuentran árboles como el chipilillo y el moreno que se usan para construir casas de “horcones”[5]. Llegan a durar hasta cuarenta años enterrados directos a la tierra, máxime si no se mojan. En la construcción de casas también se usa madera de pino a manera de polines, soleras, fajillas, tablas y tablones.

El tejamanil es un árbol del cual se extrae una especie de menudas tabletas de unos quince centímetros de ancho por unos cincuenta o sesenta centímetros de largo. Las tejas que se colocan en el techo de las casas tienen un grosor aproximado de un centímetro.

En la Sierra existe un pueblo llamado Tejamanil, actualmente pertenece al municipio de Heliodoro Castillo, Tiene 366 habitantes y se ubica a 1500 msnm. En México existen otros pueblos que llevan el mismo nombre, como “El Tejamanil”, un pueblo ubicado en el Municipio de Romita, Estado de Guanajuato, con 722 habitantes y a 1730 metros de altitud sobre el nivel del mar[6]. El Tejamanil se usa como material para techar las casas, muchos acostumbran colocar láminas de cartón sobre el tejamanil para proteger más los techos.




[1] El cerro de Tlacatepec tiene una altura sobre el nivel del mar de 3495 metros, guardando una altura de 210 metros por debajo del cerro más alto en la sierra de Guerrero, que es el Teotepec con 3705 msnm.

[2] Página 20 de Guerrero. Monografía estatal, editada en mayo de 1997. Para ese año en el estado de Guerrero se consideraban seis regiones geoculturales, pues a Acapulco se le incluía en la región Costa Chica. Así lo precisa la Monografía de referencia en su página 28. A la Sierra de Guerrero se le ha considerado como una región geoeconómica, sin embargo es propicio puntualizar que las regiones se caracterizan por sus aspectos culturales, geográficos y económicos.

[3] Desde luego que incluye a personas con alguna incapacidad mental, sea permanente o sea que la persona tenga algunos intervalos temporales de lucidez.

[4] Se divide el número de habitantes de la región entre la cantidad de kilómetros cuadrados que corresponden a la región y así se obtiene la “densidad de población” o “población relativa”.

[5]El horcón es un palo generalmente de unos dos y medio metros de largo, de los cuales unos sesenta centímetros quedan enterrados. Se colocan en las esquinas y en las partes medias de la casa.

lunes, 7 de septiembre de 2015

El Puente del Rey, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.


El Puente del Rey, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.
Esteban Hernández Ortiz.

El Puente del Rey se ubica en las siguientes coordenadas 100°  15’ 46’’y 17° 20’ 56’’ y a 860 Metros Sobre el Nivel del Mar. Para el año 2010, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática registró que este pueblo contaba con una población total de 148 habitantes; de los cuales 66 eran mujeres y 82 hombres.       De acuerdo a la Ley Orgánica del Municipio Libre del Estado de Guerrero y al Bando Municipal de Policía y Buen Gobierno, Puente del Rey se considera como un centro poblacional que cuenta con una comisaría municipal, autoridad que representa a esta población.

Respecto a la tenencia de la tierra, Puente del Rey pertenece al ejido de San Vicente de Benítez, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.

Actualmente cuesta 45 pesos el pasaje de Puente del Rey hacia la Cabecera municipal y a la inversa. Un taxi de El Paraíso hacia Puente del Rey cobra entre 250 y 300 pesos, dependiendo de lo que decida el chofer. Al mes de julio de 2015 funcionan dos números telefónicos en Puente del Rey, el 742 103 49 41 se encuentra en casa de la señora María Ramírez Serrano y el número 742 113 64 02 se ubica en casa del señor Enrique Sánchez, comisario municipal de Puente del Rey durante el periodo Julio 2015-junio 2016.


La fundación del pueblo.

Recién había iniciado la Revolución convocada por Don Francisco I. Madero, cuando en el año de 1911 don José Isabel Peralta llegó a una zona llena de vegetación y con abundante fauna, donde actualmente se ubica el pueblo de Puente del Rey, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero. No había ni una sola vivienda y don José Isabel Peralta chaponó un espacio donde ahora vive la señora Margarita Valadez y ahí hizo su casa para vivir con su esposa y sus hijos de nombres Pablo, Julián, Donaciano, Ambrosio, Sotero y la mayor de todos sus hijos, la señora Martha.

Don José Isabel Peralta llegó a fundar el pueblo de Puente del Rey, procedente de la comunidad de Los Valles, perteneciente a este mismo municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Platicaba don José Isabel Peralta que cuando él llegó aún no había ni una sola mata de café sembrada en los montes y que cuando él llegó por el rumbo de El Venado venía marcando con su machete en algunos árboles para que le sirvieran como marcaciones cuando tuviera que regresar en aquellos espesos montes. 

También decía don José Isabel que se impresionó bastante cuando encontró el puente de piedra que se encuentra cerca de Puente de los Lugardo, al ver la forma tan maravillosa que tiene ese puente de unos ocho metros de longitud por unos setenta centímetros de ancho, mismo que se ubica sobre el arroyo que baja del actual pueblo de Puente de los Lugardo. Decía que él se quedó admirando por un buen rato aquel puente y dijo: “seguramente este puente fue hecho para que pasara un rey” y tan pronto como llegaron más habitantes se empezó a manejar la idea de que ese puente era un “Puente del Rey”.

No faltan algunos vecinos del pueblo que cuentan que hubo algunos señores que observaron volar a un zopilote rey y que, junto a la inquietud del puente de piedra, decidieron llamarle Puente del Rey, pero la idea que más prevalece respecto al porqué del nombre del pueblo es la que contaba el señor José Isabel Peralta, el primer jefe de familia que llego al lugar, cuando sólo era monte.

Dado que ya estaba en curso la Revolución Mexicana y como don José Isabel Peralta no quería participar en aquel movimiento armado, trató de estar más seguro en algún lugar lejano y por eso se dispuso a andar hasta llegar al área que ahora ocupa el pueblo de Puente del Rey.

Para 1930 llegó el señor Ricardo Ramírez Escudero, procedente de la región de la Costa Chica de Guerrero. Don Ricardo Ramírez es papá de los señores Ernesto y María Ramírez Serrano.

Don Ambrosio Peralta y su esposa Juana Fierro Nambo tuvieron varios hijos, entre ellos Manuel, Berna y Julián. Un hermano de doña Juana Fierro, llamado Valentín, anduvo en la Revolución en las filas de Amadeo Vidales.

Por esos años llegó a Puente del Rey don Adolfo Valle, procedente de Huetamo, Michoacán.

Con la intención de trabajar en la cosecha del café llegó a Puente del Rey don Julián Valdez  en el año de 1947, procedente de su comunidad natal, Los Capires, municipio de Cutzamala de Pinzón, en la Tierra Caliente de Guerrero. De ahí que a don Julio Valdez se le empezó a conocer en Puente del Rey como “El Capire”. Ese mismo año de 1947 llegó el señor José Guadalupe García, también para trabajar en el corte de café. 

El señor Guadalupe Ortiz Luviano, quien nació el día 13 de diciembre de 1932 en la comunidad de Los Capires, municipio de Cutzamala de Pinzón, región de la Tierra Caliente del Estado de Guerrero, llegó a trabajar en la cosecha de café el día dos de enero de 1950.

Recuerda el señor Guadalupe Ortiz Luviano que salió de su pueblo natal el día 24 de diciembre de 1949 y que pasó la noche buena en el poblado de Poliutla, municipio de Arcelia. Ya la noche de año nuevo le tocó pasarla en el poblado de Campo Morado, municipio de San Miguel Totolapan.

En marzo de ese mismo 1950, Guadalupe Ortiz regresó a su pueblo para invitar a sus padres y hermanos a que se trasladaran a este pueblo para vivir aquí y en mayo del mismo año, llegaron sus padres Primitivo Ortiz Martínez y María de Jesús Luviano Gómez, además de sus hermanos Braulio, Virginio, Gonzalo, Hilda y María Eleazar. También les acompañaba la esposa del señor Braulio Ortiz Luviano, Sofía Gómez. Las mujeres viajaron por la ruta de Acapulco y los hombres cruzaron la sierra. Ya en Puente del Rey nacieron los hermanos Ángela, Jacinto y Yolanda de apellidos Ortiz Luviano. El señor Braulio Ortiz sabía hacer pantalones y se empezó a conocer como “el sastre”.

Cuentan que venían varios trabajadores de la Tierra Caliente, pues aún no venían a trabajar los jornaleros de la región de La Montaña. También se dice que venía gente de la Tierra Caliente a vender panocha, también vendían mezcal en castañas; otros traían bestias mulares y caballos para vender. Con el paso de algunos años empezó a venir gente de Otatlán, un pueblo ubicado en plena Sierra. Otros viajeros venían de Tlacotepec hacia Atoyac y otros puntos de la Costa Grande para llevar sal y bocadillos de coco hacia sus lugares de origen y así fue que por aquellos años viajaba gente de la Tierra Caliente y de la Sierra hacia la Costa Grande en función de comercio, llevando y trayendo las mercancías ya comentadas. Otros calentanos traían a vender ganado equino como son caballos y bestias mulares, además, algunos se alquilaban para acarrear costales de café a lomo de sus bestias, de Puente del Rey hacia la cabecera municipal de Atoyac.

En 1953 llegó a Puente del Rey el señor Pedro León, conocido con el apodo de “El baile”. Don Pedro León fue tío de doña Justiniana León, la esposa de don Antonio Bravo. Don Pedro León y familiares, así como don Antonio Bravo, también venían del municipio calentano de Cutzamala de Pinzón, Guerrero.

Para 1946 llega a Puente del Rey otra familia, procedente de la Tierra Caliente; eran los hermanos Manuel, Leonides y Celerino de apelativo Alanís.

Los señores Elenis y Elías Bernal también vivieron en Puente del Rey. Don Elenis es papá del señor Eulalio Bernal, conocido como “el chocolate”. Antes de llegar a Puente del Rey, don Elias Bernal vivió varios años en El Plan del Cuche, un pequeño pueblo situado delante de Arroyo Grande, con rumbo a Los Piloncillos. En Plan del Cuche, don Elias tenía una tiendita de abarrotes.


La familia Bravo León.
El señor Antonio Bravo, esposa e hijos llegaron a Puente del Rey en 1958. Don Antonio Bravo fue originario del pueblo de Chucumpun, municipio de Cutzamala de Pinzón, Guerrero. Chucumpun es un árbol que abunda en aquella zona calentana, al igual que los árboles de Capire, razón por la que así se llama el pueblo de donde son nativos la familia Ortiz y la familia de don Julián Valdez, alias “el capire”.

Don Antonio Bravo y su esposa señora Justiniana León Juárez procrearon 16 hijos, de los cuales se nombran doce a continuación, en el orden de nacimiento: Teresa, María Dolores, Bernardino, Eloísa, Hilarino, Roberto, Bertín, Josefina, José Guadalupe, Alberto, Aquilino y Justina. Doña Justiniana León Juárez fue nativa de Los Capires, municipio de Cutzamala de Pinzón, Guerrero.

Los hermanos Roberto, Bertín y Josefina nacieron en el pueblo de Las Valladas, municipio de Ajuchitlán del progreso, Guerrero. La familia Bravo León vivió un año en “El Rincón”, un pueblo vecino de Las Valladas y de El Rincón se trasladó a vivir a Puente del Rey. De El Rincón bajaron al pueblo llamado Camaloteras, cerca de Papanoa, lugar hasta donde llegaba la carretera, y de ahí se trasladaron a Puente del Rey cuando transcurría el año de 1958 y vivieron un año en una casita de bajareque propiedad de don Ambrosio Peralta.

Doña Cayetana y su esposo Juvencio Benítez vivieron por varios años en Puente del Rey, pero después se trasladaron a vivir a la Ciudad de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Ellos tenían una huerta de café cerca del Puente de los Lugardo y fueron padres de un señor conocido con el sobrenombre de “el alacrán” y que trabajó como policía municipal.

Roberto Bravo León es hijo de los señores Antonio Bravo y Justiniana León.

Antonio Parra vivió en Puente del Rey, pero algunos años después se trasladó a “Arroyo Grande de El Paraíso”, pueblo del cual fue su fundador, al igual que los hermanos Darío y José García. Después don Darío García se fue a vivir a El Bálsamo.


También vivieron en Puente del Rey los señores Darío García, quien es papá del señor Daniel García, quien actualmente vive en El Paraíso. También vivió en Puente del Rey el señor José García, hermano de don Darío.