Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

lunes, 31 de octubre de 2016

El antigüo INMECAFË, hoy día.







Los restos del extinto INMECAFÉ en El Paraíso, Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero.








La poza verde. Sus aguas bajan de la Siberia y cruzan por la colonia INMECAFÉ, para encontrarse con las aguas de otros dos ríos que corren por el centro de El Paraíso.




Don Martín Araujo Nájera, dos veces comisario municipal de El Paraíso, Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, en una de varias "rachas" tensas, contradictorias y hasta violentas que este pueblo ha vivido a lo largo de sus historia.


Don Raúl Galván Martínez, ex trabajador del INMECAFÉ en El Paraíso, Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, México. Laboró en las instalaciones de compra del café, desde antes a que se estableciera el INMECAFÉ, en los tiempos en que compraba café la familia Avellaneda y después estableció la compra el señor Álvaro Nogueda, hermano del ex gobernador de Guerrero, Israel Nogueda Otero.


jueves, 27 de octubre de 2016

LOS CAMINOS DEL SUR.

LOS CAMINOS DEL SUR.
ESTEBAN HERNÁNDEZ ORTIZ.

Sin menoscabo de los aportes nacionales que en la historia han realizado grandes héroes de las tierras del Sur, quiero por hoy ofrecer algunas reflexiones en torno a nuestro querido estado de Guerrero, mismo que en este día cumple 167 años de haberse fundado, teniendo como primer Capital a Tixtla, luego Iguala y ahora, Chilpancingo.

En julio de 1986, México firmó  en Ginebra, Suiza, su adhesión al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT). Se manejaba la promesa de que México recibiría un trato especial debido a su condición de “país en desarrollo”, y además nuestra nación tendría plena soberanía sobre sus recursos naturales, máxime en el llamado “sector energético” [1]. Había sectores de la población mexicana a los que les parecía que el GATT no rendía los frutos anunciados en favor de México, sobre todo en la agricultura y sus recursos naturales. El uno de enero de 1995, la Organización Mundial del Comercio sustituyó al GATT[2].

Con tales resabios, había Organizaciones que no compartían la idea de que México se adhiriera al Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Canadá, sin embargo desde 1990 los presidentes Bush y Salinas iniciaron las conversaciones a efecto de que en el referido Tratado se anexara a México. Así vendría mucho bienestar para la población mexicana, aseguraban sus promotores.

Para 1988, el gobernador de Guerrero, José Francisco Ruiz Massieu, presentó su Plan Estatal de Desarrollo, incluyendo cuatro súper proyectos: Punta Diamante, de Acapulco y Marina en Ixtapa-Zihuatanejo; la Autopista del Sol, cuyos peajes son de los más caros de México; la reconstrucción del sistema de riego en Tierra Caliente y la Carretera al Filo Mayor, que comunicaría de Casa Verde, Municipio de Eduardo Neri (Zumpango) a Vallecitos de Zaragoza, municipio de Zihuatanejo de Azueta, pasando por Tlacotepec, El Gallo y Toro Muerto, en la alto de esta región. La carretera de la sierra sigue relegada hasta la fecha, pues seguramente en las grandes élites gubernamentales considerarán que dadas las escasas contribuciones que la población serrana hace al Servicio de Administración Tributaria, no se compensa – a su juicio- una inversión de tal magnitud para efectuar esa obra carretera.

En los tiempos de las guerrillas encabezadas por Genaro Vázquez Rojas y por Lucio Cabañas Barrientos, el gobierno se apresuró a construir carreteras y a llevar las tiendas del Consejo Nacional de Subsistencia Popular (CONASUPO), pero de ahí para acá, las prioridades para esa región son menores.

El doce de julio de 1991 dieron principio las conversaciones entre los Presidentes George Bush y Carlos Salinas a efecto de que México se adhiriera al Tratado del Libre Comercio De América del Norte. Las negociaciones concluyeron en agosto de 1992. Varios sectores, incluyendo a campesinos, académicos y sindicatos, entre otros, protestaban y aseguraban que las negociaciones excluían temas nodales como la protección ambiental, asuntos migratorios, derechos humanos y la seguridad alimentaria.

Laura Carlsen (2003. P.8) refiere que desde que México ingresó al GATTT, todos los gobiernos mexicanos han facilitado la inversión extranjera, al reducir la intervención reguladora del Estado, acatando con puntualidad los lineamientos de ajustes diseñados desde el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

El TLCAN abrió las puertas para industrias mineras canadienses llegaran a México a explotar los recursos, pues en México existen menos exigencias para la conservación del ambiente, que en Canadá y en Estados Unidos. Así las circunstancias las ganancias que obtienen en México son mucho mayores que las obtenidas en su País, en virtud de las mayores inversiones que allá deben realizar por mandato legal para proteger al ambiente. Por ello, las empresas canadienses prefieren invertir en Guerrero para explotar los recursos minerales.

De acuerdo a información publicada por la Organización de Derechos Humanos de la Montaña de Guerrero “TLALCHINOLLAN”, la empresa canadiense CAMSIM recibió una concesión minera conocida como “La Diana”, cuya superficie a explotar es de 15 mil hectáreas situadas en Zitlaltepec, Iliatenco, Paraje Montero y Malinaltepec, en la región Montaña de Guerrero[3]. Tlalchinollan también dice que la empresa inglesa OCHSCHILD fue beneficiada mediante la concesión llamada “Corazón de Tinieblas”, cuya superficie a explotar es de 50, 000 hectáreas, afectando a núcleos agrarios de Totomixtlahuaca, Acatepec, Tenamazapa, Pascala del Oro, Colombia Guadalupe, Iliatenco, Tierra Colorada y San Miguel de Progreso. Como ya se refirió, las medidas para la protección ambiental son muy laxas o “suaves” en México, de forma tal que los empresarios de Estados Unidos, Canadá y países europeos, prefieren concursar para ganar concesiones en México.

En el sector de la silvicultura ocurren similares facilidades para los inversionistas que explotan las maderas. La empresa Boise-Cascade Forest Products suscribió un convenio con el gobierno de Guerrero para extraer de 20 a 30 millones de pie-tabla anualmente durante cinco años, es decir de 1995 al año 2000. A pesar de que la trasnacional negara haber firmado ese convenio, organizaciones como Greenpeace aseguran que dicho acuerdo si existe (Carlsen. 2003. P. 60).

Con el llamado error de diciembre en 1994, la crisis continuó y en 1995, ante la devaluación del peso, la mano de obra mexicana era más barata.

Argumentando que en Estados Unidos había “un ecologismo extremo” que prioriza áreas de conservación o hábitat de especies animales y vegetales en riesgo de extinción, Boise-Cascade, cuya sede está en Idaho, Estados Unidos, prefería invertir para explotar los bosques en las sierras de Petatlán, Tecpan y Coyuca de Catalán, en Guerrero.

El dos de mayo de 1999, elementos del ejército mexicano arribaron al poblado de Pizotla, en la sierra de Petatlán y detuvieron a Rodolfo Montiel Flores y Teodoro Cabrera García, ambos defensores de los bosques. De esa comunidad, los ecologistas fueron trasladados a la sede militar ubicada en Altamirano. Fue hasta varios meses después cuando médicos de los Derechos Humanos-Dinamarca certificaron torturas a los ecologistas detenidos.

Armando Bartra, el autor de “Guerrero Bronco”, refiere que Montiel y Cabrera pertenecen a una tercera generación de defensores de los bosques en Guerrero, pues menciona que Felipe Arriaga y otros formaron parte de los campesinos que protestaban en contra del ecocidio en los tiempos de Rubén Figueroa Alcocer. Montiel y Cabrera recobraron su libertad, no sin antes haber sucedido el asesinato de su abogada Digna Ochoa y Plácido. El uno de abril de 2000, el diario estadunidense New York Times informaba en primera plana respecto a Rodolfo Montiel, según refiere Laura Carlsen (2003. P. 70). El 31 de marzo de ese año, Amnistía Internacional declaró a los ecologistas guerrerenses como “presos de conciencia”.

En la primera visita que el presidente electo Vicente Fox Quesada efectúa a EE.UU., abordó el presidente de Amnistía Internacional y le solicitó que otorgara la libertad a los guerrerenses dentro de los primeros cien días de su gobierno.

El asunto cobró relevancia en el mundo entero y el 6 de abril de 2000, Montiel recibió el premio medioambiental Goldman, equivalente al Nobel en materia ecológica. El 7 de febrero de 2001 la organización Sierra Club, de mucho prestigio a nivel mundial, otorga el premio “Chico Méndez” a Montiel, premio que alude a un defensor de los bosques en Brasil. Montiel recibió el premio en la rejilla del reclusorio de Iguala por manos de la defensora de derechos humanos  Ethel Kennedy, viuda de Robert F. Kennedy.

El 19 de octubre de 2001, dos abogados encontraron a su compañera Digna Ochoa muerta en su despacho jurídico. El caso de los ecologistas adquirió más resonancia en el mundo y el 8 de noviembre de ese mismo año, el gobierno federal argumentó “razones humanitarias” y decretaron la libertad de Montiel y Cabrera, pero sin abrir investigaciones por las arbitrariedades cometidas en su contra desde su detención y sin reconocer la “inocencia” o “no culpabilidad” de los defensores de los bosques.

La trasnacional Boise-Cascade acusó a Rainforest Action Network de conducirse con falsedad respecto al caso de los ecologistas y de fabricar evidencias.

martes, 25 de octubre de 2016

MÁS ACÁ Y MÁS ALLÁ DE LA MUERTE.

MÁS ACÁ Y MÁS ALLÁ DE LA MUERTE.
Esteban Hernández Ortiz.
Estoy embriagado, lloro, me aflijo
Pienso, digo,
En mi interior lo encuentro:
Si yo nunca muriera,
Si  nunca despareciera.
Allá donde no hay muerte,
Allá donde ella es conquistada.
Que allá vaya yo,
Si yo nunca muriera,
                                                                                                                         Si yo nunca despareciera.
NETZAHUALCÓYOTL[1].

Hay personas que son plenamente responsables en el tiempo y en el lugar que les toca vivir. Son ejemplo a seguir y sus ideales sobreviven luego de su partida. Cuando ellos mueren empiezan a nacer muchas esperanzas de llevar adelante su legado. Renacen las ideas así como pueden nacer muchas flores cuando una flor marchita y muere, siempre y cuando la semilla caiga en tierra fértil. Al marchitar o morir una flor esta empieza a engendrar muchas flores, siempre y cuando sus semillas caigan en tierra fértil.

La vida acaba y da comienzo a un nuevo ciclo. La semilla del café, por ejemplo, es principio y al mismo tiempo es fin. Cuando están los granos ha finalizado el trabajo, pero a la vez puede ser el comienzo para que emerja una nueva plántula, la cual podrá  dar muchos frutos si se le cuida bien. Antonio Lavoisier, el francés a quien se le considera “el padre de la química moderna”, dijo que la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma.

De miles de espermatozoides, hubo uno que engendró al óvulo y éste se transformó en una nueva célula llamada cigoto. Luego prosigue el desarrollo embrionario hasta que nosotros llegamos a este mundo soltando el llanto. “Comienza siempre llorando y así llorando se acaba”, dice don José Alfredo Jiménez en su canción “la vida no vale nada”. Don Antonio Aguilar cantaba que él iba vagando por el mundo, y que para él la vida era un sueño, pues ya muerto se llevaría nomás “un puño de tierra”.

Bajo el cielo que cada día miramos, nadie debería ser más ni nadie debería ser menos, pero las cosas no son así. La diferencia sólo debería oscilar en las variadas formas de comprender el mundo y sus habitantes, sobre todo los humanos, pues las demás especies vivientes reciben el efecto de las decisiones de la humanidad. Pedro nunca será igual a José por más que se parezcan.

Parcialmente el trabajo da felicidad, independencia y prosperidad, pues los nuevos sistemas de producción y comercialización, no han desterrado al esclavismo, pues en el curso de este siglo XXI existen modernas formas de esclavitud, como trata de blancas, explotación infantil, tráfico de órganos y otras prácticas inhumanas.

Según las sagradas escrituras, Dios condenó al hombre a trabajar, luego de que cometiera el pecado de haber comido de los frutos del árbol de la sabiduría. Pero parece que el trabajo, en vez de ser un castigo bien podría ser un placer, si no hubiese aparecido eso que los teóricos llaman “la explotación del hombre por el hombre”.

La explotación a cargo de los más poderosos sobre los más débiles ha llegado al grado de que surgió la categoría conceptual de “lumpenproletariado”, enmarcando dentro de sí a los individuos ocupados en forma sumamente irregular y precaria, en trabajos de ínfimo orden, quienes tienen ingresos muy bajos e inciertos, en promedio visiblemente por debajo de la línea de la pobreza. Dentro de ellos se encuentran los trabajadores ocasionales de carga y limpieza[2].

Si acaso existiera bienestar en ultratumba, sería mejor que en esta vida las mujeres y los hombres gozaran su existencia, empezando por el mayor de todos los derechos, que es el derecho a la vida sin ser censurado por sus ideologías o preferencias de toda índole.

“Mar adentro” es una película española publicada en 2004, que narra la historia de Ramón, un hombre que un día se golpeó fuertemente la cabeza en el mar al hacer contacto con una roca. Por treinta años estuvo postrado en su cama y por mucho tiempo él deseaba la muerte, al grado que un día, mediante el juicio que encabezaba su abogaba Julia, logró “debatir con un clérigo” respecto al porqué de su deseo por la muerte. Ramón pedía la muerte asistida. Su vecina Rosa también trata de que Ramón comprenda que siempre hay razones para luchar, pero ambas mujeres se preguntan sí es justo que Ramón viva así o sí debe morir con dignidad.

De este difícil caso se puede desprender que lo justo no siempre es lo escrito en las leyes, pues estás proceden del pensamiento del legislador, hombres y mujeres también mortales, como todos, que han venido a este mundo y se marcharán de él con el rasgo distintivo de la imperfección. La justicia no siempre radica en lo enunciado en las leyes hechas por la humanidad.

Ahora bien, existe otro punto polémico. ¿La felicidad tiene precio? Podríamos decir que si y que no a la vez. Si porque si ser exclusivamente económico, hay un precio que consiste en la disciplina, el rigor, la puntualidad y otros aspectos elementales que conducen al triunfo. Un deportista que no esté dispuesto a pagar el precio de cuidar su alimentación adecuada, ejercicio diario y abstenerse de ingerir bebidas embriagantes y fumar, no podrá estar a la altura de la competencia en el escenario deportivo. Lo mismo pasa con aquella y aquel estudiante que no estén dispuestos a pagar el precio de “quemarse las pestañas estudiando”, restringirse de adquirir ropa, calzado y otros productos que no estén al alcance de su bolsillo mientras diariamente va a la escuela, a la que los griegos llamaron “el templo de Atenea”, en honor a la diosa de la sabiduría.

Visto el dilema desde la otra arista, diremos que la felicidad no depende de cuánto dinero tengamos ahorrado, o de nuestros ingresos monetarios mediante sueldos, negocios familiares o personales, rentas y otras fuentes. “Con dinero baila el perro” es uno de los dichos que manejan muchas personas, pero otras también aseguran que quien no ha tenido dinero y de pronto le llega la suerte, no sabe administrarse, al grado de surgir este enunciado: “dinero en manos de pobre, pobre dinero”. Son conocimientos que la gente ha adquirido, pero no son necesariamente reglas estrictas de la sociedad que hay que tener por válidas en todo momento y en todo lugar, pues pueden ser ciertas parcialmente o no aplicar en todos los casos.

Otros creen que la felicidad radica solamente en adquirir títulos universitarios o viajar por el mundo; más sin embargo, la realidad es movediza como las arenas de un río o de la mar. Hay quien teniendo dinero pasa mucho tiempo en prisión; otras personas padecen enfermedades que no pueden sortear como quisieran, muy a pesar de su acaudalada posición económica.

Hay quienes teniendo una posición de medianía, disfrutan la vida ayudando a un enfermo o a niños de la orfandad. Gozan la vida tomando un café con sus parientes o con amigos, con quienes han convivido desde la infancia. Y es que “hasta las torres más altas se caen”, entonces muchas personas no ignoran estas sabidurías de la humanidad.

En fin, existen distintas formas de pensar y ninguna debe ser acallada.

La donación de órganos para cuando uno fallezca es un tema poco aceptado y las instituciones de salud registran escasas cifras de personas dispuestas a donar algún o algunos órganos en beneficio de personas que los necesiten. Y es que la perversión va en aumento, el tráfico de órganos es hoy día uno más de los problemas que existen en el complejo mundo en que nos toca vivir.

La muerte es parte de la vida dicen algunas personas. Por ello, hay quienes aun sintiéndose bien de salud, guardan un dinero para gastos de enfermedad y hasta funerarios en el día final. En los pueblos algunos señores mandar hacer su gaveta en plena lucidez del pensamiento y sin enfermedad alguna. Otros elaboran su testamento a tiempo y si se trata de una comunidad, por lo menos firman un documento ante las autoridades dejando clara constancia de sus decisiones para distribuir sus bienes cuando llegue su muerte. Muchas de estas personas escasamente saben leer y escribir, pero han tenido grandes conocimientos sobre esta vida en la que somos semejantes, pero no iguales. 

La vida empieza un día y un día se acaba.



[2] Gallino Luciano. Diccionario de sociología. Siglo XXI, editores. México. 1995. P. 556