Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

sábado, 8 de agosto de 2015

El rollo de la roya del café.



El rollo de la roya del café.

San Vicente de Benítez, Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero[1] fue el día viernes, trece de febrero de 2015 la sede de la segunda asamblea municipal de productores de café. Asistieron unos 250 productores del grano aromático, incluyendo autoridades ejidales y municipales. Luego de la apertura abre la jornada de participaciones el Jefe del Distrito de Riego de la SAGARPA.  Informó que hay una coordinación entre SAGARPA y la Secretaría de Desarrollo Rural (SEDER) y el CECAFE del Gobierno estatal. Agrega que existen 3.5 millones de pesos (MDP) para atender a la enfermedad de la roya en los cafetales, aunque precisó que esa cantidad se considera insuficiente, pues análisis recientes indican que se ocuparían entre 20 y 22 MDP para atender la pandemia agrícola en su magnitud real.

Días después, el Gobernador Rogelio Ortega Martínez visitó a esa comunidad. Meses antes, el gobernador había visitado al pueblo vecino de San Vicente de Jesús, luego de que ningún gobernador fuera a esa población desde 1958.

Técnicos e ingenieros han dicho que un cafeto puede resistir hasta dos defoliaciones, producto de la enfermedad de la roya, pero en una tercera defoliación (caída total de las hojas) la planta muere. Con elevada humedad o calor la roya se propaga con mayor facilidad, dicen los expertos. 
La roya del café se manifiesta como si una tortilla se llenara de humus blanco, sólo que de color amarillento encima de la hoja; por debajo la mancha es anaranjada y termina por tumbar los folios del cafeto. Desde hace varias décadas los jóvenes no quieren nada con el campo, es necesario recordarles que a la tierra hay que quererla más. Y es que a los niños se les pide en casa que “estudien mucho para que cuando crezcan no sean campesinos y se vayan a vivir a la ciudad”. 

La escuela de la fisiocracia[2] surgió en Francia a la mitad del siglo XVIII. Muchos la consideran la primera escuela sistemática de pensamiento económico. Esta escuela exponía que la tierra era la fuente única de riqueza en una nación. Varios de sus exponentes, como Quesnay y Turgot, decían que un país sería más rico y más fuerte en cuanta más tierra y mayor producción del campo generara[3].

La roya se propaga a través del viento, las aves que vuelan y se posan en las ramas de los cafetos y el mismo hombre que también  sirve como transportador del hongo. Si no logra contenerse a la roya, los productores de café abandonarán sus parcelas y vendrán los desmontes para convertir a las huertas en potreros. De esa manera, dejarán de existir esas fábricas naturales de oxígeno en la selva atoyaquense; se acabarán muchas arboledas, habrá menos hogar para las especies de la fauna y disminuirán los arroyos y ríos. Habrá menos vida, pues.

Los cafetaleros se resisten a que esto ocurra y subrayan que el café ha sido muy generoso, pues ha dado estudio a muchos profesionistas de la zona; también ha dado empleo a ingenieros y técnicos, algunos hasta se han retirado de la vida laboral y se han jubilado. Todo esto ha dado el café, duele perderlo. El café daba para mantener a los hijos y “hasta para los vicios”. Otros sugieren plantar nuevos cafetos de variedades más resistentes a la roya, como son las variedades Catimor, Castilla y Oro Azteca. “Tenemos que aprender a convivir con la enfermedad de la roya”,  “no sintamos que el mundo se acaba, solo hay que trabajar arduamente”, han dicho algunos cafetaleros.


[1] Este pueblo fue la sede de un evento importante cuando el General Cárdenas decretó la creación de los 21 ejidos en la sierra de Atoyac, entre ellos san Vicente de Benítez.
[2]El concepto “fisiocracia” significa en castellano “gobierno de la naturaleza”. 
[3] Consultado el día viernes, 13 de febrero de 2015 en http://www.zonaeconomica.com/fisiocratas

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