Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Balsamar. Texto que publiqué en mi facebook el día 7 de octubre de 2013, a raíz de los desastres de Manuel e Ingrid. Hoy día la gente de Balsamar sigue viviendo en su pueblo, pero sólo en temporadas que no hay mucha lluvia. De Balsamar proceden muchos habitantes de La Pintada y algunos de El Paraíso. Además de Balsamar, en El Paraíso vive gente nativa de Tierra Colorada y otros poblados vecinos de Balsamar.

BALSAMAR
Esteban Hernández Ortiz

Balsamar es un pueblo situado en lo alto de la sierra del Municipio de Leonardo Bravo, Guerrero, cuya cabecera municipal es Chichihualco. Hace cuarenta y dos años empezó a establecerse esta comunidad, cuando se el viejo Balsamar se dividió en dos, de ahí surgieron los pueblos de Tierra Colorada y el nuevo Balsamar. En el antiguo Balsamar hay muchos árboles de Bálsamo, ese árbol cuya cáscara es bastante olorosa y sirve para curar muchos males del cuerpo humano, según la botánica y la medicina naturista. El Bálsamo es inspiración para cantantes y poetas. Desde aquellas alturas de la sierra de Guerrero puede observarse hacia algunas planicies ubicadas hacia el puerto de Acapulco; por ello, se agrega el sufijo de “Mar”.

Chichihualco, al igual que otras cabeceras municipales de la región centro de esta entidad suriana, es ciudad y es pueblo; ciudad por qué tiene servicios públicos como drenaje, agua entubada, su Ayuntamiento, sucursal Bancomer, Mercado, plaza de toros y un buen número de etcéteras. Es pueblo porqué aquí el ganado equino sigue siendo uno de los principales medios de transporte, las bestias y los jumentos hacen su noble labor de carga, pero como dicen los lugareños, así como nosotros necesitamos calzado, sea huarache o zapato, los animales también ocupan sus herraduras. De aquí a Balsamar son dos horas y media para trasladarse en vehículo.

Allá en esa comunidad los cultivos agrícolas que fortalecen la economía familiar son el aguacate y el durazno; la cosecha de éste último cultivo apenas pasó en el mes de julio. Agua y árboles maderables hay por doquier. Cuando un joven contrae nupcias y requiere de hacer su vivienda, el pueblo le autoriza que derribe hasta tres árboles de pino para construir su casa, incluyendo cocina y corredor, amén de sus dos recámaras. Habitaciones que sintonizan en armonía con la exuberante vegetación que la creación puso en esas latitudes. Si la casa de alguien ya está muy deteriorada, por igual cuenta con el permiso correspondiente de los pobladores para levantar nuevamente su casa.

Hasta aquí, que bonito pudiera ser este relato, lo lamentable es que Balsamar no volverá a ser Balsamar, todo indica que pasará a ser un pueblo desolado, pues los habitantes tuvieron que abandonarlo cuando apenas llegó la luz del Lunes, dieciséis de septiembre, pues Manuel e Ingrid golpeaban con toda su furia a aquella localidad, ubicada en plena Sierra Madre del Sur. Hace tres años, un llovedero les hizo salir de su pueblo y bajar a Chichihualco, para su buena sorpresa, al día siguiente los rayos del astro rey daban recio y de inmediato retornaron a Balsamar. Desdichadamente, hoy las cosas pasaron a mayores, el lunes dieciséis, cuando apenas había amanecido, a través de sus radios se trasmitía la invitación para abandonar el pueblo y subir cuesta arriba, pues tenían el temor de que el cerro se desgajara y sepultara a Balsamar en su conjunto.

El sábado, catorce, miraron sus huertas de aguacate y de durazno ya muy dañadas por los vientos, las ramas estaban bastante quebradas y algunos árboles tiraban casi a ras de suelo, con las raíces por fuera. No obstante este cuadro a la vista de los habitantes, ellos tenían la esperanza de que el agua se calmara, pero la situación fue de peor en peor, más tarde hubo deslaves e impidieron el paso de un lugar a otro dentro de la comunidad, a decir de los lugareños fueron tres divisiones del pueblo, producto de los enormes derrumbes. Por eso, cuando amaneció el lunes dieciséis, ya no pudieron esperar más.

Un señor narra que cuando él escuchó la invitación en su radio, se asomó hacia el filo y ya mucha gente caminaba huyendo de su pueblo, más bien, huyendo de la devastación de Manuel e Ingrid. Muy mojados, acamparon en un paraje, donde había pequeñas cabañas para la cría de chivos, y ahí durmieron, ancianos, niños, mujeres embarazadas y hombres, dando prioridad a las mujeres y niños para dormir dentro de aquellas casas; los hombres hicieron varias fogatas y durmieron al intemperie, las hogueras resistían hasta donde la lluvia permitía y tenían que encender una nueva “lumbre”.

El martes, diecisiete reanudaron su peregrinaje y en la comunidad de Iyotla recibieron algo de comida y ropa. Después del medio día  llegaron a Chichihualco. Desde ese momento los habitantes varones de Balsamar tienen como domicilio transitorio a la escuela primaria General Vicente Guerrero, en el centro de Chichihualco; las mujeres y niños están en la escuela secundaria Leonardo Bravo.  En el albergue de los varones, que cuenta con doscientos noventa personas, no se respira tristeza, por las tardes, un trío de jóvenes entona canciones, se acuerdan de que en su pueblo bailaron en dos ocasiones con la música de “Los Benítez” un grupo de guitarras muy sonado en la sierra de Guerrero. Aquí, a pesar de las adversidades, la gente te transmite alegría, y esperanza.

Uno de los chavos pide que le acompañen para cantar un corrido que compuso por la desgracia en su pueblo a raíz de Manuel e Ingrid. Balsamar ahora será un pueblo fantasma dice el corrido.
Los habitantes de Balsamar ya empezaron a limpiar un terreno en las inmediaciones de Chichihualco, adjunto a esta ciudad-pueblo, pues aquí vivirán ahora, tan pronto como los gobiernos federal y/o estatal construya sus viviendas.

La gente de Balsamar parece ser muy firme y resuelta para afrontar los problemas que los designios les depare.

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