La presente serie contiene extractos
de mis apuntes que he estado preparando con el propósito de elaborar mi tesis
de maestría en ciencias políticas. Espero poder corregir la cadena de errores
aquí contenidos para elaborar un mejor trabajo de tesis como maestrante.
Las palomas
de la paz vuelan en Colombia
Esteban Hernández Ortiz.
(Primera de tres partes).
“Siento que estoy haciendo lo correcto,
Aunque muchas veces me siento incomprendido”.
Presidente
Juan Manuel Santos.
La
pugna que ya data de más de cincuenta años entre las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Estado
Colombiano parece acercarse a su fin. La meta de la rúbrica que marcará el
comienzo de una nueva era en Colombia está por cruzarse exitosamente, a pesar
de que no se haya concretado plasmar la firma el día 23 de marzo de esta
anualidad, como se había anunciado desde fines del año 2015.
La
Organización de las Naciones Unidas será la encargada de supervisar y confirmar
el pleno desarme de los insurgentes, pero la negociación se estanca en el punto
de definir el lugar preciso en que los reclutas y comandos de las FARC-EP se
concentrarán para deponer las armas que por casi cincuenta y dos años han
empuñado y accionado en contra del ejército colombiano.
Con
el éxito de las escabrosas negociaciones comenzadas en 2012, Colombia y el
mundo han podido presenciar el final de una guerra civil que se extendió
durante poco más de media centuria, dando pie al fin de la guerrilla de mayor
antigüedad en América Latina.
Así
quedaría resuelto uno de los problemas de mayor envergadura que Colombia ha
tenido en las últimas décadas, salvando situaciones que por muchos años se
miraron como irresolubles. De concretarse este pacto, el Presidente Juan Manuel
Santos entregaría a Colombia y al mundo su mayor obra al frente de su periodo
gubernamental.
Han
sido muchas las voces que auguran un final improductivo, al igual que los
intentos del pasado, en que otros presidentes entablaron diálogos con las
FARC-EP.
Las
negociaciones han tambaleado por momentos, cuando las municiones han vuelto a
hacerse sonar. A pesar de esos tropiezos, las partes en conflicto han
manifestado su voluntad de continuar el proyecto de negociación que les
encaminará a la firma definitiva de la paz. Luego de que no se hiciera efectiva
la firma de la paz el pasado 23 de marzo, se cree que la firma definitiva de
esta pugna Estado colombiano-guerrilla de las FARC podría plasmarse entre mayo
y junio de la presente anualidad.
Imagen tomada de la editorial “
Colombia: el último empujón” del
diario español El País, en su edición del día 26 de marzo de 2016. Consulta
realizada en el siguiente enlace
http://elpais.com/elpais/2016/03/26/opinion/1458998597_509119.html
Cuando
trascurrían los años ochenta hubo en Colombia seis grupos guerrilleros, tres
fuertes carteles de narcotraficantes y 15 agrupaciones de paramilitares;
sumaban en total 50.000 hombres armados. El Estado colombiano tenía menos de
100.000 y en el 30% de los municipios había una escasa o inexistente
representación gubernamental. Así, Colombia resaltaba en las cifras del
secuestro y del homicidio a nivel planetario
.
Ahora el miedo de algunos
colombianos parece girar hacia el nuevo espectro político-electoral de su País.
Algunos
colombianos parecen tener miedo ahora al nuevo contexto político-electoral de
su País, pese a que se cree que las FARC-EP, convertidas en un nuevo partido
político de tendencia izquierdista, quedarían reducidas al área rural. Y es que
existen casos donde ex guerrilleros han llegado a ser presidentes de sus
naciones, convirtiéndose por ende, en Comandantes Supremos de las Fuerzas
Armadas a las que por años combatieron, principalmente desde las montañas.
Véase el caso del Ex Presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Ceren, el de
Dilma Roussef en Brasil, el de Daniel Ortega en Nicaragua o el de José Mujica
en Uruguay.
Cerca
del final y del principio. El problema en Colombia no es la paz, sino el miedo
a una nueva realidad política, tituló Joaquín Villalobos, el 16 de marzo de
2016 en su columna “Tribuna”
del diario español El País.
Luego
de la firma armisticia vendrá un largo periodo para la reconciliación y el
cierre de las heridas que el conflicto ocasionó en lo extenso de su existencia
, que suman ya cerca de 52
años, pues las FARC-EP surgieron el 27 de mayo de 1964.
No se firmó la paz el 23 de
marzo, pero se estima que en pocos meses se llevará a cabo.
El
día que se había establecido para la firma definitiva entre las FARC-EP y el
gobierno nacional colombiano era el 23 de marzo de 2016, sin embargo, la fecha
se postergó. Lo que no significa que el camino que queda esté exento de
dificultades. El atasco que se ha producido en los últimos momentos, a pesar de
la intensa implicación de ambas partes desde el 1 de marzo, tiene que ver con
un par de frágiles asuntos. Uno de ellos, el momento en que deberá empezar a
aplicarse la amnistía a los guerrilleros que no tienen delitos graves; el otro,
las zonas y la manera en que deberán concentrarse los efectivos de las FARC
cuando se firme el acuerdo para que se apliquen los lineamientos establecidos
en el aspecto de “justicia”. El gobierno busca que los guerrilleros queden a
disposición de la Ley en zonas despobladas, a lo cual las FARC-EP se oponen,
pues han dicho que deponer las armas en zonas inhabitadas sería quedar en
automático en una “prisión a cielo abierto”.
El
23 de marzo de este año, fecha establecida para la firma definitiva de la paz,
el periodista Javier Lafuente del diario español El País, bajo el encabezado
“El Gobierno de Colombia y las FARC se enredan en el día previsto para la firma
de la paz” informaba que con el aplazamiento de las rúbricas aumentaba el
escepticismo sobre el proceso iniciado en La Habana, Cuba en 2012
.
Decía
el periodista Lafuente que así se había expresado el jefe de la delegación de
las FARC-EP, con motivo de la postergación:
“No
fue posible el acuerdo final por las consecuencias lógicas de la guerra en
Colombia”,…”Actuamos bajo la idea de llegar a la construcción de un buen
acuerdo. El 2016 será el año de la paz”.
En
tanto que el gobierno de Colombia, por conducto de su vocero Humberto de la
Calle, se manifestaba así referente a la posposición de la firma:
“Con
toda honestidad, tenemos que informar a la opinión pública que en este momento
subsisten diferencias importantes con las FARC sobre temas de fondo. No vamos a
llegar a acuerdos de cualquier manera. Para el Gobierno, el acuerdo que se
logre no puede ser un acuerdo cualquiera”…”No estarán las partes
indefinidamente en La Habana”.
Tras
bambalinas se encuentra el polémico caso de la localidad de Conejo en Febrero
de este año, donde los negociadores de las FARC aparecieron con soldados
armados de las FARC-EP. Los críticos del proceso dijeron que ese incidente era
un anticipo de lo que realmente sucederá posteriormente de que se plasme la
firma definitiva y el sucesivo desarme de los insurgentes.
Las
FARC-EP dijeron que algunos medios al servicio de la guerra, alimentada por los
más poderosos, les atacaban de esa manera, pero que pese a ello la paz se
concretará.
Conocedores
de los diálogos desaprueban que con la postergación de la firma se trate de una
crisis, sí reconocen, en cambio, un estancamiento en los asuntos más difíciles
de ultimar: las áreas y la forma en que los guerrilleros quedarán concentrados
tras la firma y la entrega de armas.
Anteayer
se dio a conocer desde Caracas, Venezuela, que el Ejército de Liberación
Nacional (ELN) ha iniciado diálogos por la paz con el gobierno de su País,
también Colombia. El ELN es la guerrilla con más números de soldados, después
de las FARC.
La
Coordinadora General Simón Bolívar (CGSB).
Al leer el documento “Ni un tiro
más entre los guerrilleros colombianos. Un poco de Historia”
,
publicado por Milton Hernández el 3 de abril de 2007, se desprende que la
Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) nació en septiembre de 1987 y
participaron en esa fundación las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (
FARC), el Ejército Popular de Liberación (EPL), el Movimiento 19 de Abril
(M-19), el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el Movimiento
indígena “Quintín Lame”, el movimiento de Integración Revolucionario Patria
Libre (MIR) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Dos años antes – en
mayo de 1985- todas las organizaciones guerrilleras mencionadas aquí,
exceptuando a las FARC, constituyeron la Coordinadora Nacional Guerrillera
(CNG). Desde aquel mayo de 1985, la CNG procuró ampliar sus nexos con las FARC
.
Según
Milton Hernández, del ELN, no existía posibilidad alguna de que el proyecto
unitario creciera, sin no lograban incluir a las FARC.
He
aquí un extracto del texto “ni un tiro más entre los guerrilleros colombianos.
Un poco de historia”, publicado por Milton Hernández, del ELN, el 3 de abril de
2007.
“Si las FARC y el ELN en verdad queremos
seguir sirviendo a los intereses de la patria y de las mayorías nacionales, no
debemos sacrificar de la noche a la mañana todo lo que hemos conquistado en
estas cuatro décadas, con sangre, heroísmo y esfuerzo. De persistir en las
agresiones y la arrogancia demostrada en algunas regiones nos convertiremos en los
mejores aliados de esa derecha paramilitar y criminal que lleva años y años
tratando de destruirnos sin conseguirlo. Paradójico y cruel, pero cierto”.
El
15:00 horas del lunes28 de marzo de 2016. Columna “Tribuna” con el título “ Cerca del final
y del principio”
Consulta realizada a
las 15:00 horas del lunes28 de marzo de 2016 en
Consultado el Lunes,
28 de marzo de 2016 a las 14:39 horas en la editorial “Colombia, a un paso de
la paz” del diario español El País, en su edición del día 20 de enero de 2016
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