Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

domingo, 3 de abril de 2016

Las palomas de la paz vuelan en Colombia Esteban Hernández Ortiz. (Segunda de tres partes). La presente serie contiene extractos de los apuntes que he estado preparando con el propósito de elaborar mi tesis de maestría en ciencias políticas. Espero poder corregir la cadena de errores aquí contenidos para elaborar un mejor trabajo de tesis.

Las palomas de la paz vuelan en Colombia

Esteban Hernández Ortiz.
(Segunda de tres partes).

La presente serie contiene extractos de los apuntes que he estado preparando con el propósito de elaborar mi tesis de maestría en ciencias políticas. Espero poder corregir la cadena de errores aquí contenidos para elaborar un mejor trabajo de tesis.



Colombia es el segundo País en el mundo con mayor número de minas antipersona; se ubica sólo detrás de Afganistán, nación que tiene el número uno en minas a nivel orbe. De  ahí que en abril de 2006 un cantante mundialmente conocido, nativo de Colombia, estuviese en el parlamento de la Unión Europea promoviendo el desmine de su País. Su nombre artístico es Juanes.

Juanes estuvo en Bruselas, en la sede del parlamento europeo el 20 de abril de 2006 y puso a bailar a los eurodiputados. Ante un público que lo acobijó, incluyendo a varios eurodiputados, Juan Esteban Aristizábal cantó algunos de sus éxitos más populares: A Dios le pido y La camisa negra[1]. Sin duda que el tema central fue “Fíjate bien”, en la que el estribillo menciona:

 "fíjate bien donde pisas, fíjate cuando caminas, no vaya a ser que una mina te desbarate los pies, amor". 

El País del gran novelista Gabriel García Márquez, el País de Shakira –la nativa de Barranquilla- que grabó para  el mundial de futbol de Sudáfrica, el País que tiene hoy día una alta producción de café –debe decirse que también de cocaína-, el País de James Rodríguez el futbolista que brilló en el pasado mundial de Brasil y que hoy juega para el Real Madrid, ese País está cada día más cerca de cruzar la línea de la meta que representa la paz, dejando atrás la secuela de multitud de hechos y no hechos de la guerrilla encabezada por las FARC-EP y respondida por los regimientos del ejército nacional.

Colombia está por respirar en la tranquilidad, luego de salir de ese gigantesco letargo en que se vio hundida.


No todos aplauden los diálogos de paz.
La Organización No Gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha sostenido que el acuerdo de paz en Colombia carece de compromisos reales que garanticen los derechos de las víctimas. “Es un cúmulo de promesas vacías”, asegura la ONG. Para HRW es preocupante el carácter independiente que revestirá el tribunal especial que atenderá los casos, pues de acuerdo a su óptica existe la posibilidad de que los procesados puedan desempeñar cargos políticos inclusive cuando estén cumpliendo sentencia.
HRM asegura que si no se insertan cambios urgentes al texto suscrito entre las FARC y el gobierno colombiano, el acuerdo es “una piñata de impunidad”[2]. De no hacerse los agregados que garanticen los derechos de las víctimas, los acuerdos vendrían a favorecer tanto a guerrilleros como a agentes del Estado colombiano involucrados en crímenes de guerra o de lesa humanidad durante el prolongado conflicto. Luego, se desencadenaría una serie de litigios en los órganos internacionales de protección a los derechos humanos.
Antes del 22 de diciembre de 2015, la ONG de derechos humanos encargó a una decena de abogados de diferentes nacionalidades y de distintas especialidades el análisis de las 63 páginas que contienen el acuerdo sobre el nodal punto 5 de las negociaciones de paz anunciado el 15 de diciembre en La Habana.
Así se expresó el martes, 22 de diciembre de 2015 en Washington, el director para las Américas de HRM, José Miguel Vivanco[3]:

"No creemos que se pueda pretender fundar una reconciliación o un proceso de paz sobre la base de la injusticia. Y lo que este acuerdo esconde es eso, injusticia”…
Se trata de un acuerdo de impunidad, es un pacto entre gobierno y FARC que termina sacrificando el derecho a la justicia de las miles de víctimas del conflicto armado colombiano...
Colombia aún está “a tiempo de corregir” algunas de las graves lagunas y ambigüedades… Si no lo hace…vamos directamente frente a una colisión ante órganos internacionales de protección de derechos humanos…

Ninguna persona que cumpla una pena tras haber sido condenada por un crimen de guerra, de lesa humanidad o una grave violación de derechos humanos debería poder postularse para un cargo público ni desempeñarlo mientras esté cumpliendo esa pena”… “Ningún tribunal internacional ha permitido que aquellos que han sido condenados por crímenes de guerra puedan evitar la prisión por crímenes tan graves…
¿significa este acuerdo que cualquier condenado que proponga un proyecto “restaurativo y reparador” se librará de la privación de libertad y que si este proyecto dura menos de los cinco años de cárcel mínimos previstos se considerará saldada la deuda con la justicia? ¿Por qué no se especifican sanciones para quienes no cumplan ni siquiera estos compromisos?

A decir de la ONG “HRM” vendrán cascadas de procesos en materia de derechos humanos que las víctimas del conflicto que data de casi cincuenta y dos años promoverán ante los tribunales internacionales, si el aspecto de reparación de los daños no se incluye verdaderamente en el paquete de puntos negociables desde La Habana. Vale decir que las acusaciones por haber cometido delitos no se enfilan únicamente para los soldados de las FARC-EP, sino también hacia los soldados y altos mandos del otro ejército, el del gobierno nacional. Por otra parte, se desprende también de esta posición de HRM, su negativa a que quienes en un futuro no lejano pasarán a ser llamados “ex guerrilleros” puedan ser candidatos a cargos de elección popular, si se encuentran sujetos a un proceso penal.
Una gran verdad es que en América Latina –como tal vez también sea en el resto del mundo- los partidos políticos han caído a un barranco de descrédito, sean de izquierda, centro o derecha.[4] Pero como no todos los dedos de la mano son iguales en Colombia parece ser una imperante necesidad el que la guerrilla de las FARC-EP pase a hacer sus reclamos que le dieron rigen desde el 27 de mayo de 1964 –cuando se fundaron en la región de Marquetalia- en el marco del sistema político-electoral de su patria y ya no desde la arista de movimiento antisistémico, como se les llama en ciencias políticas a este clase de movimientos.
El expresidente y actual senador de Colombia, Álvaro Uribe se ha manifestado en desacuerdo con los acuerdos de paz.

El gobierno de Estados Unidos parece contribuir a la paz colombiana.

El día veintiuno de marzo de 2016 se sostuvo una reunión en La Habana, Cuba, entre el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y los negociadores de la paz colombiana, en ocasión de la visita del Presidente estadunidense Barack Obama a Cuba[5].

En un acto sin precedente, jamás se había reunido con las FARC-EP un funcionario estadounidense de tan alta jerarquía, a la vez que todavía los EE.UU. mantienen a este movimiento subversivo en su listado de organizaciones terroristas en el mundo.

El gobierno colombiano ha dado en llamar “bandas criminales”, conocidas por la abreviatura BACRIM, pero la guerrilla continúa llamándoles “grupos paramilitares”.

No cayó nada bien al Departamento de Estado la reacción del ex presidente Álvaro Uribe, quien llegó a mencionar que se sentía “molesto” porque el Gobierno de Estados Unidos se reuniese con las FARC y llamó a este movimiento guerrillero “el mayor cártel de cocaína en el mundo”. No es la primera ocasión en que el ex presidente Uribe marca su desacuerdo con este proceso. Uribe twiteo en contra de la reunión y fue secundado por varios senadores de su partido, el Centro Democrático, además del ex presidente Adrian Pastrana.

Las FARC-EP dijeron que el gobierno de Obama se mostraba preocupado por la violencia paramilitar. En tanto, algunas plumas no han dejado de subrayar el apoyo militar y de inteligencia de Estados Unidos mediante el Plan Colombia contribuyó a contrarrestar a las FARC-EP.
El Presidente Obama designó a Bernie Aronson como enviado especial de su Gobierno a los diálogos y, en febrero, ratificó su ayuda al comprometerse a solicitar al Congreso 450 millones de dólares para afianzar el posconflicto el próximo año. Sin embargo no debe perderse de vista que el Congreso de EE.UU es de mayoría republicana, principalmente la Cámara de Senadores.

En el transcurrir de los años ochenta había en Colombia media docena de grupos guerrilleros, tres fuertes carteles de narcotraficantes y 15 agrupaciones de paramilitares; en suma alcanzaban la cifra de 50.000 hombres armados. El gobierno nacional contaba con menos de 100.000 uniformados y en el 30% de los municipios había escasa o inexistentes presencia por parte del gobierno colombiano. Colombia era la capital del secuestro y del homicidio en el planeta[6].

Cuando en 1999 se intentaron las negociaciones del Caguán se desmilitarizaron 42.000 Km², ahora se discute sobre unas decenas de lugares que en conjunto rondarán los 100 Km².  En aquel intento de negociación era presidente de Colombia Adrián Pastrana.

Todo mundo pensaba que la firma final por la paz se haría efectiva el 23 de marzo, pues un par de días antes el presidente de Estados Unidos se reunió con su homólogo cubano, también sucedió otra reunión impensable: El secretario de  Estado John Kery se reunía con las delegaciones por la paz, primero con la representación por parte del gobierno y en seguida, con la delegación de las FARC-EP.

Lo anterior a pesar de que el gobierno norteamericano tiene un enviado especial para estas negociaciones. En un hecho sin precedente, por primera vez en la historia se reunió un funcionario de tan alta jerarquía del gobierno de EE.UU. con los voceros del movimiento subversivo, aun cuando el gobierno de Barack Obama mantiene a las FARC-EP en su listado de organizaciones terroristas del mundo[7].

Luego del encuentro con Kerry, las FARC-EP dijeron que habían entregado al Gobierno y a las naciones garantes una hoja de ruta a continuar en las próximas semanas. “En fecha no lejana le daremos la buena nueva al país y al mundo que Colombia ha llegado a la paz”[8].

Las FARC-EP obsequiaron a Kerry un ejemplar del libro Resistencia de un pueblo en armas con la inscripción:

“Este texto recoge un tramo de la historia escrita por el fundador de las FARC, Manuel Marulanda Vélez, organización insurgente que hoy se alista para el tránsito a movimiento político legal”[9].

Existen muchas versiones de que seguramente las FARC-EP presentaron a Kerry la petición de ayudar a Simón Trinidad, quien se encuentra en prisión de los Estados Unidos cubriendo una sentencia de privación de la libertad equivalente a más de 60 años de prisión. Las FARC-EP solicitan que Trinidad sea extraditado, lo cual sería visto por el Gobierno de Santos como un gran aporte de EE.UU para finiquitar las negociaciones. El gobierno norteamericano siempre se ha mostrado receloso de esa extradición. Otra exigencia de la guerrilla es su salida del listado de agrupaciones terroristas a partir del momento en que se firme el acuerdo de paz con el Gobierno.

El fin de una era y el comienzo de otra.

Se transcribe aquí la mayor parte del artículo Cerca del final y del principio, publicado en la columna Tribuna, por el columnista Joaquín Villalobos el pasado 16 de marzo[10]. Joaquín Villalobos fue guerrillero en El Salvador y actualmente se desempeña como consultor para la resolución de conflictos internacionales.

“…La concentración de los combatientes de las FARC en pequeños espacios, la verificación internacional, el control sobre las armas, la ejecución de los primeros desarmes y el contacto permanente y pacífico entre guerrilleros, militares y policías serán los factores que abrirán el camino al desarme. Sin duda habrá problemas, retrasos y hasta incumplimientos, pero los acuerdos están hechos para establecer un contexto político, social y psicológico que haga perder sentido a la política con armas.
Las FARC son irrelevantes en política nacional; sin embargo, el fin del conflicto le limpia el camino electoral al centroizquierda. Aun cuando la izquierda necesita superar problemas de unidad, liderazgo y madurez política para llegar a ser Gobierno, se puede decir que la hegemonía conservadora que ha dominado Colombia empezará a concluir. Esta nueva situación está polarizando al país. No es la paz el problema, sino el miedo a una nueva realidad política.

En este contexto, la polarización es el mayor peligro para el proceso de paz, porque no habrá paz para los colombianos si no hay madurez entre sus políticos. El Salvador logró una pacificación exitosa que la polarización entre los partidos durante la posguerra terminó destrozando. La ingobernabilidad abrió las puertas al crimen y ahora los salvadoreños sufren una violencia peor que la guerra civil. Es por ello una extraordinaria noticia que el Congreso colombiano aprobara por unanimidad la ley que permitirá implementar las zonas de concentración de las FARC. La política es lucha y pacto, sin lucha no hay identidad, pero sin pactos no hay gobierno y sin gobierno no hay paz”.




[2] Consultado el día miércoles, 23  de diciembre de 2015 a las 21:50 horas en

[3] Op. Cit.
[4] Recuérdese que los conceptos de izquierda y derecha surgieron de la Francia en que surgieron los grupos de jacobinos y girondinos.
[5] La información fue retomada del siguiente enlace electrónico  http://elpais.com/elpais/2016/03/26/opinion/1458998597_509119.html
Consulta efectuada a las 15:07 horas del lunes, 28 de marzo de 2016 en la editorial “Colombia: el último empujón” del diario español El País, en su edición del día 26 de marzo de 2016.


El 15:20 horas del lunes 28 de marzo de 2016. Columna “Tribuna” con el título “ Cerca del final y del principio”

[7] Con información obtenida a las 15:03 horas del día lunes, 28 de marzo de 2016. http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/21/colombia/1458577625_110283.html S. AYUSO, J. LAFUENTE. La Habana / Bogotá 21 MAR 2016 - 17:24 CST.

[8] Con información obtenida a las 15:32 horas del día lunes, 28 de marzo de 2016. http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/21/colombia/1458577625_110283.html S. AYUSO, J. LAFUENTE. La Habana / Bogotá 21 MAR 2016 - 17:24 CST.

[9] Información obtenida de la misma fuente referida en el pie de página inmediato anterior.

El 15:00 horas del lunes28 de marzo de 2016. Columna “Tribuna” con el título “ Cerca del final y del principio”

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