El basquetbol empieza a
practicarse en el pueblo.
Cuentan los pobladores que en 1958 se
hizo una cancha de basquetbol en el lugar que ahora ocupa el zócalo, era de
tierra y con tableros de madera. También se hizo otra cancha en donde ahora
está el Jardín de Niños Ignacio Zaragoza, en la colonia Guadalupana. Jugaban
jóvenes del pueblo como Vicente Adame, Gregorio Castro Martínez e Irene Ávila,
entre otros. Para entonces ya habían llegado al pueblo los profesores Simón
Bello Espíritu y Alberto Morlet Andrew, quienes también jugaban baloncesto.
De Las Trincheras venían a jugar
jóvenes más conocidos por sus apodos que por sus nombres: “el chaneque”, “la
changa” y “la coyunda”. Este último era muy bueno para colar.
De Tepetixtla venía un joven conocido por el mote de “La cáscara” y de Los
piloncillos Trinidad Sánchez, de sobrenombre “la pachayota”.
Al finalizar los encuentros, se
organizaba un baile y se solicitaba a las señoritas del pueblo que tuviesen la
amabilidad de bailar con los jóvenes que venían de otros pueblos, pues cuando
los paraiseños iban a jugar a otros lugares, la actitud era recíproca.
Los encuentros de basquetbol se
hacían en Semana Santa, en diciembre y en el día del 20 de noviembre. Así se
fue estableciendo la tradición de hacer esta justa deportiva en los fines de
semana que rodeen al día 20 de noviembre, de tal forma que en el año de 1962 se
organizó ya con más formalidad el primer torneo de basquetbol y desde entonces
a la fecha no ha dejado de hacerse en estas fechas.
El señor Emilio Reyna Morales nació
el día 21 de mayo de 1944 en Tejamanil, municipio de Heliodoro Castillo.
Es hijo de los señores Camilo Reyna Adame y Ninfa Morales Martínez. Su papá
nació en Tlacotepec y su mamá en Otatlán, municipio de San Miguel Totolapan.
Todos estos pueblos pertenecen al estado de Guerrero.
Cuenta el señor Emilio Reyna que a
los cinco años de edad él se fue a vivir a Tlacotepec, en compañía de sus
padres. Y llegó al Paraíso a la edad de siete años, acompañado de su mamá.
Recuerda que él era parte del equipo de basquetbol llamado “los cometas”, junto
a su hermano Leonardo, Alberto Catalán y su hermano Santos Catalán;
también José Bautista, Genaro Ciprés Corona y Nicolás Araujo,
entre algunos más.
Recuerda que la primera cancha de
basquetbol estaba en el actual zócalo, era de tierra y con tableros de madera.
Después se hizo una cancha donde ahora está el Jardín de Niños Ignacio
Zaragoza, de la colonia Guadalupana. Dice que hubo otro equipo llamado “los
satélites”, integrado por Alberto Sotelo Lucena, alias la cotorra, Irene Ávila Jiménez y Vicente Adame, entre otros.
Los satélites cambiaron su nombre y se llamaron “los caficultores”, ya
integrado el profesor Simón Bello Espíritu y el profesor Alberto Morlet Andrew.
Dice Emilio Reyna Morales que él
empezó a jugar en la cancha del zócalo, junto a Irene Ávila, alias la rata, y que la cancha del Kínder fue
emparejada por una máquina que trajo una empresa que tenía un nombre parecido a
OCS. Después los jugadores le echaron piso de concreto y la cancha del zócalo
nunca fue de cemento.
Jugábamos contra los equipos de Los
valles, Las Trincheras y El Gallo. En El Gallo, había un profesor jugador de
nombre Gregorio, era amigo del profesor Simón Bello. De Los Valles venía un
jugador conocido como “El Faisán”, de apellido Galindo; también venía un equipo
de San Juan de Las Flores. De Las Trincheras venía un jugador que le decían “El
Chango”. De Atoyac venía “el Pupo” y su hermano “El zurdo”, se apellidaban
Reyes. Otro jugador que venía de Atoyac se llamaba Macario, era el más alto y
doble.
Habla Emilio Reyna Morales:
“Entre todos los jugadores hicimos la cancha de la
escuela, la construimos con cemento, cuando yo tenía 17 años de edad. Después
hicimos la cancha del cuartel militar, pues los soldados pedían una cancha
cercana a ellos, pero que también sirviera al pueblo a cualquier hora del día,
porque la de la escuela primaria empezó a circularse. Acarreamos la piedra y la
arena, fuimos ayudantes de albañil hasta que se acabó de construir la cancha”.
Entrevista al señor Emilio Reyna
Morales.
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