LOS SISTEMAS POLÍTICOS EN
EL MUNDO
ESTEBAN HERNÁNDEZ ORTIZ.
“Política es hasta nuestra querida Constitución”, escuché
decir al fallecido jurista mexicano Ignacio Burgoa Orihuela, en una Congreso de
Derecho Constitucional de la UNAM.
Cada República ha conformado su representación política y ha
creado relaciones interinstitucionales gubernamentales, lo cual constituye, en
gran parte, la libertad de las naciones para autodeterminarse. A este proceso
se le identifica como “Sistema de gobierno”.
Luego, ese sistema de gobierno, sumado al sistema de
partidos, más el sistema electoral integran el llamado “Sistema político” de un
país, de acuerdo al libro “Gobiernos y Democracia” publicado por el IFE en
noviembre de 2012 (Javier Hurtado. P. 10. Consultable en https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/8/3951/1.pdf).
En 1953, apareció la obra The Political System, de David Easton, en la cual
Easton ahonda sus análisis respecto al “sistema”.
Los sistemas electorales son diversos, por ejemplo hay países
donde existe la “segunda vuelta”, que instruyen para que se aplique una segunda
votación con los dos candidatos más votados, si en la primera ronda el que haya
logrado la mayoría no haya conseguido el 50 % más uno de los votos. Existen países
donde se sanciona con una multa al ciudadano que no acude a votar; también
existen países donde ya se vota vía electrónica. Otra variante para el análisis
es el voto en el extranjero.
Las elecciones presidenciales de EE.UU son indirectas, pues
los ciudadanos registrados en los padrones eligen a un Colegio Electoral y éste
elegirá a la Presidenta o Presidente de esa nación norteamericana. Al respecto
ilustra bien el artículo de Rogelio Ortega, el cual fue publicado por el diario
“El Sur” el día 4 de noviembre de 2016 (http://suracapulco.mx/9/el-mundo-en-estos-dias-elecciones-en-estados-unidos/).
En el caso de Italia, el presidente de la República es electo
cada siete años. Uno de los requisitos para ser candidato o candidata es tener
cincuenta años al día de la elección.
Una especie de Colegio Electoral es el que participa en la
elección del presidente italiano. 58 representantes procedentes de las 20
regiones italianas, son tres de cada región, a excepción del Valle de Aosta,
que sólo tiene un delegado (http://www.voyagesphotosmanu.com/gobernio_italiano.html).
Se agregan a ese Colegio Electoral los 630 diputados y los 315 senadores de su
parlamento federal. Haciendo la adición tendremos que son 1003 electores los
que pueden votar para elegir al Presidente italiano.
Ahora bien, si luego de haber ocurrido tres rondas de
elección ningún candidato ha conseguido las dos terceras partes, en la
siguiente votación bastará la mayoría absoluta.
El jurista democristiano Sergio Mattarella, de 74 años de
edad fue electo como nuevo Presidente a finales de enero de 2015, mediante una “cuarta
votación”, logrando 664 votos. Es el doceavo presidente con mandato de siete
años. Mattarella hubo de dimitir como Ministro de Educación del Gobierno de
Giulio Andreotti, ya que según su criterio, había una ley que otorgaba
bastantes privilegios a Silvio Berlusconi, en los monopolios de televisión
privada (http://www.abc.es/internacional/20150131/abci-mattarella-presidente-italia-201501311123.html).
Tal como ocurre en Alemania con la presidencia o en España e
Inglaterra con la monarquía, en Italia, el Presidente no cuenta entre sus
potestades con la de ser directamente “jefe de gobierno”, pues para ese propósito
debe elegir a un “Primer Ministro”, persona que inspire confianza al parlamento
italiano. Por lo regular, la figura del primer ministro recae en el líder del
partido mayoritario en la Cámara de Diputados. Senadores y Diputados italianos
son electos cada cinco años.
El presidente italiano, sí desempeña las otras funciones que
en México se conocen como funciones de Jefe de Estado, la cual permite a un
presidente recibir en su país a mandatarios de otras naciones, y la función de
Jefe o Comandante Supremo de las Fuerza Armadas. También se encuentra entre el
catálogo de facultades la de otorgar indultos y conmutar penas.
El Presidente italiano, puede, previo acuerdo con los
Presidentes de las mismas, decretar la disolución de las Cámaras legislativas,
pero le está impedido constitucionalmente aplicar esta medida en los últimos
seis meses de los siete años de su mandato. Cuando el presidente recurre a este
derecho es lo que suele denominarse golpe de Estado institucional.
En enero de 2015, Georgio Napolitano renunció al cargo de
presidente de Italia, luego de que fuese electo en 2006 y hubiese sido reelecto
en 2013. Antes de que Napolitano optara por presentarse para un segundo mandato,
no se había registrado un caso de reelección presidencial; sin embargo,
Napolitano dejó vacante su cargo en enero de 2015.
Volviendo a los sistemas políticos y su variante de “sistemas
de partidos”, diremos que estos últimos también son variados. Generalmente se
autorizan en las normativas electorales la conformación de alianzas o
coaliciones para las elecciones del Poder Ejecutivo y para las del Legislativo.
El número de partidos varía de país a país.
En el espectro político-ideológico se reconocen a los
partidos como de centro, derecha, izquierda, centro-derecha o centro izquierda.
Ahora bien, al interior de cada partido existen facciones o “corrientes” que
también se identifican en algún punto, yendo del ala izquierda a la derecha.
Bien, pero ¿En qué consiste esa dicotomía izquierda-derecha? El
término “izquierda” y el término “derecha” en su significado remota
su origen al marco de la
Revolución Francesa. Tras la toma de la Bastilla, el 14 de julio de 1789, se
conformó en Francia la Asamblea Nacional Constituyente, la cual tenía como uno
de los objetivos la redacción de una Constitución y por supuesto la decisión
del futuro político del país.
En el primer día de sesiones de la Asamblea, a la derecha del
presidente se situó el grupo de la Gironda (Los Girondinos) y a la izquierda el
grupo de la Montaña (Jacobinos). En el centro se mantuvieron las personas
indecisas o no partidistas aún, llamándose a ese grupo La Marisma o el Llano.
Los Girondinos apostaban por una monarquía parlamentaria y derecho
de sufragio no universal (eliminando el derecho a las clases no propietarias);
tenían el apoyo de una parte de la nobleza, de la burguesía y de los propietarios.
Existen en el mundo tres sistemas de gobierno: parlamentario,
presidencial y semipresidencial. De ellos, el de mayor antigüedad es el
parlamentario. La asamblea legislativa que elegía el pueblo, poseía facultades
dominantes sobre el ejecutivo y el judicial (Hurtado. 2012. P. 12).
El sistema presidencial encuentra su mayor razonamiento o
soporte teórico en la separación de poderes. Montesquieu, en “El espíritu de
las leyes” asentó: “Es una experiencia eterna que todo hombre que tenga poder,
se vea tentado a abusar de él hasta donde encuentre un límite”.
Al sistema parlamentario también se le conoce como “gobierno de gabinete”. El sistema
presidencial lo crearon los ciudadanos de Inglaterra que llegaron a la costa
Este de los actuales EE. UU desertando de los excesos de la Corona. Al declarar
su independencia y pasar enseguida a redactar su Constitución procuraron evitar
el despotismo del Legislativo y a la par, evadir el absolutismo del Ejecutivo,
pues ambos ejercicios de gobierno les habían aborrecido en Inglaterra. Así tendrían
un Congreso electo mediante el voto universal, directo y secreto, y también
contarían con un Presidente que no ejerciera funciones de rey.
En un principio los teóricos propusieron que resultaría
incompatible que una personas perteneciera a dos poderes, sin embargo parece
más fácil que una Asamblea o Parlamento ejerza un control sobre sus propios
miembros que sobre miembros de otro poder (Hurtado. 2012. P. 13).
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