¿Por
qué el Guerrero Bronco?
Esteban
Hernández Ortiz.
Aunque
la humanidad no sea violenta por naturaleza, Guerrero ha sido testigo de muchas
formas de violencia, desde el sojuzgamiento que utilizó el imperio azteca en
contra de los pueblos que conquistó, pasando por la época de la Corona, la Independencia,
la Revolución, los movimientos guerrilleros de los años sesenta y setenta del siglo
XX, hasta llegar a lo que va de este primer cuarto del siglo XXI.
Existe
multitud de corridos que diversos grupos musicales cantan en plazas, mercados,
camiones pasajeros y en fiestas familiares. Podemos nombrar al corrido del puente, el corrido del dulce,
Claudio Bahena, la gallinita, la mula bronca o el chante Luna.
Este último corrido lo han interpretado Óscar
Chávez, Gerardo Reyes y Chayito Valdez.
Hay otros corridos como el rancho del
pitayo y su continuación, la venganza
del viejito; también está Samuel Araujo alias “la onza”, de quien su propio
corrido dice que debía más de cien muertes.
Antonio Aguilar cantaba el corrido de Simón Blanco,
un fiel seguidor de Emiliano Zapata que seguía echando bala aunque Zapata ya había sido traicionado en La
Chinameca. Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos son recordados en
muchos corridos y también han sido materia de relatos escritos y orales.
Armando Bartra escribió el libro Guerrero Bronco, con un enfoque hacia la
Costa Grande, donde tuvieron lugar las guerrillas de Genaro Vázquez y de Lucio
Cabañas.
La
pobreza es uno de los mayores problemas que padece México y representa un punto
en un círculo en constante movimiento, donde se encuentran la inseguridad, la
corrupción y el desempleo. Por lo menos en los últimos cinco sexenios, las
políticas del Estado Mexicano no han logrado disminuir el flagelo de la pobreza.
Es bien sabido que Guerrero se sitúa en los Estados con mayores rezagos a nivel
nacional.
Ya desde el
último cuarto del siglo XX se empezó a hablar de países del norte y países del
sur, de países desarrollados y de países subdesarrollados, de países primer
mundistas y de países tercermundistas. En México existen varios méxicos. En el
centro y en el norte hay más tecnología agrícola, más inversión de la
iniciativa privada y del sector público, en tanto que al Sur, los rezagos son
mayores, máxime tratándose de Guerreo, Oaxaca y Chiapas.
Ahora
bien, dentro del territorio guerrerense no todo es el llamado “triángulo del
sol”, compuesto por Acapulco de Juárez, Zihuatanejo de Azueta e
Ixtapa-Zihuatanejo, y Taxco de Alarcón. Mientras en estos lugares turísticos se
realicen eventos como el abierto de tenis, torneos de golf, ferias del libro,
tianguis turísticos y las jornadas alarconianas, entre otras actividades cuyo
mayor lucro beneficia a las élites gubernamentales y empresariales, en la Sierra,
en la Montaña y en otras regiones y subregiones guerrerenses se vive en la
miseria, pues los productos agropecuarios no tienen un precio para competir en
los mercados nacionales, menos en los internacionales. Desde las arcas
nacionales tampoco existe inversión suficiente para el cultivo agrícola y las
actividades pecuarias, silvícolas, minerales y artesanales que catapulten una
mejoría en las personas que habitan en los lugares más desfavorecidos por las
políticas públicas.
Si bien
se destinan recursos del presupuesto nacional para las infraestructuras de
comunicación terrestre, marítima o aérea hacia estos destinos turísticos, no
existe el afán justo por llevar mejores condiciones a los caminos de la Sierra,
Montaña y otras latitudes guerrerenses. Al fin de cuentas quienes deciden a
donde se destinan los recursos monetarios se tal vez se pregunten ¿Qué tanto
pueden contribuir con los impuestos las personas que viven en esas zonas
apartadas del “centro político”?
Mientras los salarios son raquíticos y existen
miles de mexicanos que se autoemplean, los poderes de la Unión resultan muy costosos.
En abril de 2013, “animal político” compartía un informe de la empresa
consultora Integralia, el cual
revelaba que en el año 2010 el congreso federal mexicano se situaba en el
quinto lugar con mayor presupuesto en el mundo. México tenía para 2010 uno de
los parlamentos federales más caros del orbe, siendo superado sólo por Estados
Unidos, Brasil, Nigeria y Japón[1].
La niñez y juventud de Guerrero primero
necesita alimentarse, no en balde Gerardo Reyes cantaba que las letras no entran cuando se tiene hambre.
No podemos decir: Voy a imaginar que como
un guajolote y así podré estudiar, trabajar o hacer ejercicio. Una
guerrerense o un guerrerense mejor educados serán mujeres y hombres con más
fraternidad, más cultura y más solidaridad, entre otros valores humanos que
cada día tienden a devaluarse. Nadie se atrevería a mirar a sus amigos y
familiares hacia abajo. Habrá más
cariño, más amor. Cito aquí un extracto poético del gran pensador
Netzahualcóyotl[2]:
Amo el canto del cenzontle,
pájaro de cuatrocientas voces.
Amo el color del jade
y el enervante perfume de las flores,
pero más amo a mi hermano: el hombre.
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