Hoy por la mañana, yo y mi padre sembramos varias plantas de café. Durante esas horas mi papá me platicaba diversas anécdotas de la cafeticultura de los últimos años de la década de los 50's. Él dice que llegó un tiempo en que ya no se encontraba "pachol" de café en las cercanías de El Paraíso, y tenían que ir a traer cafetos hasta La Remonta, adelante de San Francisco del Tibor. Agrega "mi jefe" que en 1960, en San Francisco del Tibor había varios grandes productores de café, entre ellos don Salomón Gutiérrez, quien en algunas ocasiones pedía a sus cosechadores que las "latas" en que midieran el café que habían "cortado" fueran vaciadas en el enorme cajón de un camión de volteo, así, a granel. Luego el camión se trasladó hasta el patio donde se pasaría a la siguiente fase: despulpar el café o secarlo en "bola".
Acá, en el ejido El Paraíso, hay personas que manejan la idea de hacer viveros de variedades de café no transgénicas, como el arábiga o criollo, el bourbón, y los caturras amarillo y rojo. Un paraiseño que trae esta idea es Mariano Mejía, quien también habla de impulsar un centro experimental del café en El Paraíso.
En algunas zonas chaguanosas se observan los sauces, árboles que ayudan a mantener los mantos acuíferos. Entre el placer del trabajo y el gusto por la música, cuando miramos los sauces, viene a la mente esa composición cantada por una banda sinaloense que dice "el sauce y la palma se mecen con calma...".
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