Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

sábado, 2 de noviembre de 2019

¿Desde cuándo se han cultivado enervantes en la Sierra de Guerrero?

Imagen tomada de https://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/seguridad/2017/08/13/destruyen-amapola-en-sierra-de-guerrero

¿Desde cuándo se han cultivado enervantes en la Sierra de Guerrero?

Mi tesis de maestría en humanidades se titula "la narcoeconomía en la Sierra de Guerrero: 1965-2018". Comencé a trabajar este tema desde 2017 y terminé mi investigación de tesis en febrero de 2018. Me propuse estudiar un doctorado siguiendo estas temáticas, en una Universidad mexicana, aunque con algunos virajes, pero no tuve suerte, y no fui seleccionado. Dios sabrá porqué, bueno yo también sé que mi proyecto adolecía de algunas precisiones. Ya vendrá alguna oportunidad. 
En México es muy peligroso abordar estos fenómenos. 

Para analizar la violencia y el crimen organizado en Guerrero se dispone más de información periodística que de información gubernamental o de estudios académicos. Lo mismo ocurre a nivel nacional (Castellanos, 2013, pág. 13). Una investigación respecto a la criminalidad puede apoyarse en la observación y las entrevistas, pero el camino, ese camino llamado “método”, es muy abrupto. 

A lo largo de su historia, la sierra ha tenido diversas actividades económicas. A principios del siglo XX fue el pastoreo la principal actividad. El café llegó en 1882 y poco a poco se fue extendiendo su cultivo en la Sierra de Atoyac (Galindo, 2010, pág. 34). Por los años cincuenta y sesenta hubo empleos de la industria maderera.
No se tiene precisión del año en que llegó el cultivo de amapola a la Sierra guerrerense. Algunas personas aseguran que la amapola llegó por el año de 1965, y que la marihuana se cultivó desde 1955. Don Leonardo dice por el año de 1958, cuando él tenía diez años de edad, “salí a venadear, acompañando a un señor nativo del estado de Morelos, en las cercanías de Pueblo Viejo, municipio de General Heliodoro Castillo, cuando vimos un hermoso plantío de flores. Después nos dijo el señor de Morelos que esa planta era la amapola” (Leonardo, 2018). Humberto Padget dice que el cultivo de amapola llegó en 1973 (Padgett, 2015, pág. 15).
De Sinaloa vinieron algunas personas a distintos pueblos como Los Laureles y empezaron a comerciar con el producto extraído de los bulbos, una sustancia resinosa de color café, que pareciera pulpa de zapote. Don Emigdio dice que la amapola fue traída por michoacanos que trabajaban en las extracciones de madera en la Sierra de Guerrero, cuando transcurrían la década de 1960 (falso), 2018).[1] Así se fue culturizando el dicho de sembrar maíz bola.
Por su parte, Moisés Nava dice que entre los años de 1960 a 1970 llegó la carretera a Corral de Piedra, Municipio de Leonardo Bravo, Guerrero; también llegó la amapola. El señor “José” le comentó que “la tía Margarita Nava Ávila la sembraba para lucirla con otras plantas de ornato en el jardincito de su patio”. Otro de sus entrevistados, dijo a Moisés Nava que “esta plantita echaba florecitas de color blanco, rojo, moradito, rosa y amarillito. No era igual a la que trajeron de por allá del norte, que está morada y tiene más bolas que pétalos” (Nava, “Diablos, entre barrancas, cerros y cañadas, en Corral de Piedra: Etnografía y control social en un pueblo de La Sierra de Guerrero”. Tesis para obtener el grado de licenciatura. Universidad Autónoma de Guerrero., 2016, págs. 18, 21-22).

Fuentes de consulta:

Castellanos, G. V. (2013). Historia del narcotráfico. Apuntes para entender al crimen organizado y la violencia. México: Aguilar.
falso), S. E. (12 de junio de 2018). Sierra del municipio de General Heliodoro Castillo, Guerrero, México.
Galindo, V. C. (2010). Entre palmera y cafetal. Atoyac, historia cultura y tradición Guerrero. Chilpancingo, Guerrero, México: Editorial garrobo.
Leonardo. (sábado 15 de diciembre de 2018). (E. H. Ortiz, Entrevistador) Sierra de Atoyac de Álvarez, Guerrero, México.
Nava, M. N. (2016). “Diablos, entre barrancas, cerros y cañadas, en Corral de Piedra: Etnografía y control social en un pueblo de La Sierra de Guerrero”. Tesis para obtener el grado de licenciatura. Universidad Autónoma de Guerrero. Chilpancingo de los Bravo, Guerrero, México: Universidad Autónoma de Guerrero, Unidad Académica de Antropología Social.
Padgett, H. (2015). Guerrero. Los hombres de verde y la dama de rojo. Crónica de la nación gomera. México: Ediciones Urano.



[1] Entrevista que hice en la comunidad de Puerto del Gallo, municipio de General Heliodoro Castillo, Guerrero, el día 12 de junio de 2018.

viernes, 1 de noviembre de 2019

Antenas parabólicas en El Paraíso, Guerrero.


A finales de los años ochenta se instalaron en El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, las primeras antenas repetidoras. Las personas podian suscribirse y tener señal de televisión con varios canales. La primera imagen es en casa del señor Juan Lucena Rios, y la segunda es en casa de mi profesor Flavio García de los Ángeles.

Arbol de Chipilillo

Árbol de Chipilillo, en El Edén, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Imagen que capte el 30 de diciembre de 2018.

La madera de este árbol es muy consistente, puede tardar hasta 40 o 50 años enterrado como postes en un cercado, o como horcones de una casa, mayormente cuando se corta en luna sazona.

lunes, 28 de octubre de 2019

¿A dónde van los desaparecidos?


¿A dónde van los desaparecidos?

Esteban Hernández Ortiz.



En 2018 asistí a una conferencia en la Universidad Autónoma de Guerrero, en el CIPES de San Mateo, de nuestra capital estatal. Era la Cuarta Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos en México. De ahí tomo la mayor parte de esta redacción.



En 1982 el cantautor panameño Rubén Blades compuso la canción “Desaparecidos”, la ha cantado por muchos lugares y la cantó en el zócalo de la Ciudad de México en junio de 2016, en tanto que  el grupo “Maná” también se ha encargado de hacer muy famosa a esta composición. La canción se refiere a los desaparecidos en Latinoamérica, entre ellos un estudiante de pre-medicina que se llama Agustín, un buen muchacho que “a veces es terco cuando opina”.



Dos hermanos de apellidos Trujillo Herrera, de Atoyac de Álvarez, Guerrero, fueron desparecidos en 2008. Los familiares se organizaron y empezaron a buscar a sus seres queridos, pero el luto sólo aumentó en la forma más cruel, pues otros dos hermanos Trujillo Herrera fueron desparecidos en 2010. Hoy, su mamá, doña María Herrera, sigue luchando por encontrar a sus cuatro hijos en el marco de la “Cuarta Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos”. Este caso ya se encuentra en instancias internacionales, pero para doña Mary no sólo su caso es paradigmático, muchos casos más deben analizarse en cortes internacionales. Ella dice que “la puerta que se abra para que pase una, debe estar abierta para que pasen las demás”.

No existe un “dolorímetro” para medir el dolor de las y los familiares de las personas desaparecidas. Las mujeres que buscan a sus desaparecidos tienen un potencial espiritual para luchar que puede dar varios centenares de vueltas a una persona que se encuentre en una crisis pasajera de angustia.

Las madres de los desaparecidos admiran a sus nueras, quienes han estado sacando adelante a sus hijos. ¿Qué va a pasar con esos miles de niñas y niños que están creciendo con la ausencia de su padre o de su madre, y a veces con la falta de sus dos progenitores? ¿Cuánto resentimiento se acumulará en su ser?, ¿Cómo irá a ser su actuación cuando sean jóvenes? Las madres dicen que seguirán mirando al sol de frente aunque les quemen los ojos.

El gobierno federal puede, dentro de ese proceso de cambio al que denomina Cuarta Transformación, abrir los canales democráticos de no represión, donde el ministerio público coadyuve en la búsqueda de sus “tesoros”, como les llaman los familiares a sus seres queridos desaparecidos.

Los familiares de los desaparecidos aún tienen miedo al ejército y a las policías, así se llamen “policías militares”. Hay un estigma en la gente golpeada por la desaparición de sus seres queridos en la década de los setenta, cuando la avioneta Aravá, administrada por el Ejército, realizaba los “vuelos de la muerte” arrojando a la mar a cuerpos de personas que habían sido “levantadas” porque según el gobierno, ayudaban a la guerrilla.

“No queremos más engaños, no queremos más falsedades” dicen las y los familiares de las personas desaparecidas. Ellas y ellos dicen vivir con la ilusión de encontrar los restos de sus seres queridos para tener un lugar a donde llevar una flor o una luz, hacer un rezo y platicar con sus seres queridos. Para las familias de las personas desaparecidas sus seres queridos son doblemente desaparecidos, se les desaparece físicamente y se desaparecen los expedientes donde se asientan las investigaciones. 

domingo, 27 de octubre de 2019

Cuadro de Diocelina Rojas.




Obra de mi amiga Diocelina Rojas, madre soltera, mujer sierreña nativa del municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, y migrante mexicana, quien da muestra de su talento en el arte de la pintura.

miércoles, 23 de octubre de 2019

La Pintada.


La Pintada, pueblo hermano, de la Sierra atoyaquense.
En mi infancia conocí en El Paraíso a don Santiago Adame, quien tenía una peluquería. Fui a la primaria con uno de sus hijos, no recuerdo bien su nombre, pero parece que era Enrique.
En El Paraíso también conocí a doña Reyna y a su esposo Adán Aguilar.
Fue en La Pintada, un 29 de enero de hace ya algunos lustros donde tomé mis últimos tragos de alcohol. Desde entonces no he vuelto a empinarme " ni un pegue ".  No se pueden echar las campanas al vuelo, y tal vez algún dia vuelva a beber, pero hoy no está en mis planes regresara los brazos del Dios Baco.
Durante varios años hacíamos activismo político en El Edén, y en menor medida en La Pintada. Más en mi pueblo natal, El Paraíso. Un poco también en Puente del Rey, Puente de los Lugardo, Los Piloncillos, Las Delic y El Molote. De tal manera que soy Sierreño de Corazón.

martes, 22 de octubre de 2019

Por las montañas del Sur. Sierra de Guerrero.

Video que grabé el cinco de junio de 2018, en las cercanías de El Gallo, municipio de General Heliodoro Castillo, Guerrero.