UN
BUSCADOR DE HONGOS
ESTEBAN HERNÁNDEZ ORTIZ.
(Escrito
el 16 de junio de 2015).
¡Luego regreso, voy a buscar hongos!, dije a mis
padres este día alrededor de la una y media de la tarde. Para esa búsqueda la
hora ya no es muy recomendable, es preferible ir antes de que los primeros
rayos solares lleguen por el oriente. El objetivo es liberarse y tomar respiros
para reflexionar y meditar o simplemente despejarse.
Las primeras imágenes interesantes que avizoro es
un nido de calandria. La gente cree que si los nidos de estas aves son muy
altos es que los vientos de la temporada de lluvias serán moderados o de baja
intensidad; en cambio, si se ubican bastante altos, entonces significa que las
ventoleras serán de mayor intensidad y por ello, las calandrias toman
providencias y ubican sus nidales en una altura moderada o baja, para estar
ellas y sus criaturas más a salvo.
La caminata apenas empieza y luego está a mi vista
un águila que vuela con relativa calma y bastante libertad, me viene a la mente
que mucha gente suele decir que “es libre como el águila”, aunque se estima que
las mismas águilas saben de un radio y altura de vuelo que no deben sobrepasar.
Mi recorrido es en una cordillera sureste de El
Paraíso. Conforme va uno en ascenso se empiezan a mirar puntos distantes. Para
empezar, se observa La Nueva Delhi y las láminas de varias casas del poblado de
El Iris lanzan destellos con el reflejo del sol; también se nota la carretera
hacia El Gallo, un pueblo en las cercanías de la cúspide del Cerro del
Teotepec, el punto más elevado sobre el nivel del mar en Guerrero.
Más adelante se observa la Colonia de reciente
creación, donde viven los damnificados de El Paraíso por Manuel e Ingrid, es
adjunto a la Colonia La Quebradora. Los pinos tienen un zumbido muy propio
cuando el viento hace contacto con sus ramas de mayor altura, el placentero
sonido te purifica el alma, más que los mismos pulmones.
Siguiendo con mis pasos encuentro varios árboles de
pino que se secaron, lo más probable es que por descargas eléctricas de los
rayos en fuertes lluvias, aunque no desconozco que los árboles también
enferman. Siempre me vienen a la mente sinonimias o comparativos, más de una
vez he oído decir que los árboles mueren de pie y que nosotros los humanos,
sobre todo quienes viven en países con regímenes autoritarios, autoritarios
prefieren morir de rodillas, pero volvamos a la caminata y los que nuestros
órganos sensoriales perciben.
Los hongos destilan un aroma exclusivo, al grado
que nuestro olfato ni tardo ni perezoso se da cuenta en un dos por tres que se
trata de estas especies vivientes que por acá sólo se dan en estos días por un
espacio no mayor de 15 soles con sus respectivas lunas.
A continuación encuentro una plántula de encino en
brote reciente. Aún conserva su figura la bellota y está germinando. Es
maravillosa la capacidad reproductiva de los seres vivos. Me encuentro
maravillado y tomo varias fotos con mi celular a esa plántula, no quepo con mi
hallazgo, la coloco de una forma y luego de otra. Al final deposito la bellota
germinando en un árbol que conocemos como "palo colorado" y le tomo
otras fotos.
Con el desplome en los precios del café, muchos
cafetaleros tienen en el abandono a sus parcelas y cuentan que ha aumentado la
presencia de especies animales, dado que poco se deshierban las huertas y los
montes “están espesos”. Como le había anticipado, hay mucho rastro de botas y
se miran machetazos de matones, ramas y pequeñas hierbas, lo mismo que cáscaras
de cajeles, limones y plátanos. Muchas personas se encantan buscando hongos,
pues es poca la época de estos seres.
A estas alturas nos ubicamos en línea con las
instalaciones que hoy ocupan el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario
y su vecina escuela Secundaria. Donde ahora es el CBTa estuvo en función el
Centro de Estudios Técnicos, dependiente de Huitzuco, Guerrero, entre los años
1989-1995. Ahí estudie y aún conservo un ejemplar del libro de Biología del
autor Alvin Nasson; mi profesor José Martínez Serna, lo utilizaba en sus tres
cursos de Biología. Los hongos pertenecen al reino Fungi, no se consideran ni
vegetales ni animales y la rama del saber que se avoca a su estudio exclusivo
es la Micología.
Los hongos desempeñan un rol muy interesante en la
medicina, la industria y la gastronomía. Se cree que la era de los antibióticos
dio comienzos con el descubrimiento de la penicilina, surgida del hongo
Penicillium notatum. Muchas especies de hongos son importantes en el fermento
de cervezas y otras etapas de la industria vinícola. Muy exquisitos y variados
son los platillos que los grandes chefs preparan si disponen de buenos hongos.
Se ignora con exactitud el número de especies,
hasta ahora se han descrito aproximadamente 80.000 en todo el mundo. En Costa
Rica se conocen alrededor de unas 2.000 especies, pero se calcula que en su
territorio podrían habitar entre 40.000 y 70.000 (consultado el día martes, 16
de junio de 2015 a las 19:58 horas en http://www.inbio.ac.cr/papers/hongos/intro.htm).
Retornemos al recorrido de esta tarde. Siguiendo mi
caminar se observa el tramo carretero conocido como “El Retén”, un punto donde
el ejército estableció lo que llaman “puesto de revisión” alrededor de 1980.
“El Retén” está a escasos metros antes de entrar al camino de terracería que
conduce a la Preparatoria 45 de la Universidad Autónoma de Guerrero, autorizada
apenas el lunes 15 de diciembre de 2014. En seguida se observa un área de riego
ubicada en La Siberia, entre la comunidad de Río Verde y su entronque con la
carretera Atoyac-Paraíso.
A estas alturas abunda el encino amarillo y ya se
mira Río Verde. Un poco más adelante hay caminos conocidos como “saca
cosechas”, pero he decidido no continuar mi caminar, pues ya se nota que el
dios Tláloc vendrá con ganas esta tarde, aunque sigo con el gusano de llegar
hasta el punto más alto de esta cordillera. Finalmente digo: “machetito estate
en un vaina” y media vuelta, vamos para atrás. Fácilmente he llegado a la parte
alta de la huerta de café de don Mateo Jiménez (que en paz descanse). Están a
mi vista varios olivos, esos vegetales que se acostumbran utilizar olivos en
los días de los fieles difuntos, para adornar el altar donde se ofrenda a los
muertos.
Desde la primaria yo y mi camarada Isidro veníamos
a los olivos para arreglar el altar el día de muertos. Recuerdo que cuando ya
íbamos a la Secundaria me corté el pie derecho en esta huerta. La cicatriz
quedó bien remarcada para no olvidarse. El Director de la secundaria descubrió
que yo falseaba del pie derecho cuando ensayábamos las pirámides para el
desfile del 20 de noviembre y me reprendió. Desde chavo, uno “no dice frío,
aunque lo acobije el hielo”, pero no siempre es bueno aguantar y aguantar.
Los pinos expulsan una sustancia conocida como
resina o trementina, es muy buena para extraer una espina del pie y nada más, porque
las espinas del corazón requieren de otro tratamiento.
Cuando el ocote es bien rojo se acostumbra poner
una rajita en un vaso de té para calmar una fuerte tos.
La lluvia ha empezado ligeramente cuando ya inicie
mi retorno, unos 25 minutos después merma y asoma el sol en el poniente cuando
son ya las cuatro y 15 de la tarde. Dicen que cuando llueve, al tiempo que se
observa el sol es porque “las venadas están pariendo”, ¡vaya Usted a saber si
es verdad! Ya por último, a un lado del camino escucho algo así como un
resoplido de asno, pero no es así, fue el aleteo de una paloma morada que
emprendió la huida al darse cuenta que este intruso caminaba por ahí.
Aquí termina la experiencia de hoy.
Ah, lo de los hongos, fíjese que soló encontré uno y puede usted mirarlo en un
conjunto de fotografías que acompañan a este texto. Salí de casa a la una y
media de la tarde y regresé a las seis en punto. Gracias por su tiempo.
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