“Dime cómo te alimentas
y te diré quién eres”
Esteban Hernández Ortiz.
El
dicho popular “dime con quién andas y te diré quién eres” bien puede en
la actualidad ajustarse a una nueva sentencia que diga “dime cómo te alimentas
y te diré quién eres”.
En nombre de la modernidad, hoy
enferman y mueren miles de personas, a consecuencia de diversos padecimientos
cuyo origen radica en la incorrecta cultura alimenticia que incluye comida rápida
como hot dogs, hamburguesas, pizzas, pollos rostizados o de Kentucky, y
frituras de todas clases, en las cuales las grasas están en abundancia. Los refrescos están presentes
en las mesas de la mayoría de los hogares y casi no se opta por disfrutar de deliciosa
y nutritivas aguas de frutas de temporada que se producen en todos los pueblos
y en una pequeña área verde de una propiedad en la ciudad. La coca cola llega a
los lugares más recónditos. Y si a eso agregamos unos cuantos cigarros y unas
cuantas copas o cervezas al día o a la semana, entonces nuestra salud se perjudica
aún más. Tal vez nos conforme aquello de que “Nada con exceso y todo con medida”.
“Vivir en la modernidad” significa
para el capitalismo rapante entrar a los supermercados y atiborrar “su carrito” de productos embutidos, bebidas con
altos contenidos de colorantes y endulzantes artificiales que solo dañan
nuestros órganos como riñones, intestinos y demás. La contraparte es acudir a
los tianguis campesinos o mercados pueblerinos o de los barrios en las
ciudades, donde se venden productos orgánicos, cuya producción no lesiona la
salud humana ni la vida del planeta. Los pequeños comerciantes y productores de
estos lugares se oponen a los productos transgénicos que alteran el normal
funcionamiento de vegetales y animales.
La desnutrición sigue siendo un
problema en el campo y la ciudad debido al no tener a su alcance los alimentos
sanos que requiere su organismo. En el otro polo existe el fenómeno de la mal nutrición,
hay gente que tiene los recursos económicos para alimentarse bien, pero se
confunde y cree que una buena alimentación es comer como todo un glotón y vivir
con sobrepeso u obesidad, debido a la comida chatarra.
Los tediosos y apresurados días que
se viven en la ciudad hacen que muchas personas no se destinen para sí mismas
una media hora, por lo menos, para hacer ejercicio que contribuya a una mejor
salud. Querámonos más.
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