Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

jueves, 17 de diciembre de 2015

2.- La fundación de El Paraíso.

2.- La fundación del pueblo.
Doña Severiana Ciprés Salinas[1].

Doña Severiana Ciprés Salinas nació en 1895 en el poblado de Chicahuales, municipio de Chilpancingo de los Bravo, Guerrero y sus padres tenían reses que se comía el tigre, de ahí se cambiaron a vivir al pueblo de El Terrero y después se pusieron a vivir en Coronilla, municipio de San Miguel Totolapan, para después llegar a los espesos montes del actual poblado de El Paraíso, pero exactamente en las cercanías de la Preparatoria 45 de la Universidad Autónoma de Guerrero, en un lugar donde estaba una enorme ceiba.

Previo a la Revolución Mexicana, un día quemaron la casa de los padres de doña Severiana y asesinaron a su papá en la población de Chicahuales.

Don Inocente, hermano de doña Severiana, fue conocido de don Gilberto Jiménez Alcaraz.

También decía doña Severiana a su nieto Toribio que cuando ella, su mamá y sus hermanos estaban viviendo en ese riego de la ahora población de Los Planes, ella cumplió los quince años de edad y que le hicieron un sencillo festejo, al cual llegaron gente de la revolución, de San Vicente de Benítez. A algunos oriundos de El Paraíso les platicó doña Severiana que ella tuvo amistad con el General Pablo Cabañas, fiel seguidor del General Emiliano Zapata Salazar.

Doña Severiana Ciprés Salinas platicaba que cerca de la ahora preparatoria 45 de la Universidad Autónoma de Guerrero, junto a una ceiba, en el año de 1907, llegó su mamá, la señora Simona Salinas y sus hijos Severiana, Toribio y Pantaleón, entre otros hijos más; pero que un día llegaron dos equipos contrarios de combates revolucionarios y se enfrentaron en ese preciso sitio. Agregaba que hubo muchos muertos en aquella balacera y que ellos se vieron obligados a buscar otro lugar para trasladarse a vivir. Fue entonces que se cambiaron para vivir en el riego que fue de don Cándido Rodríguez, después de vivir dos años por la ceiba de la prepa.

Así fue el orden de nacimiento de los hijos de doña Simona Salinas y su esposo Telésforo Ciprés: Inocente, Severiana, Catarina, María, Toribio, Gregoria, Pantaleón y María Isabel. Cuando doña Simona Salinas falleció, fue uno de los primeros sepelios que se hicieron caminando por el camino que había cerca de la casa de Miguel Garibo Heredia y su esposa Engracia Sotelo, cerca del puente.
Hubo un hijo de doña Simona, que se llamó Bartolo y fue sepultado en un panteón, frente a la entrada de la carretera a Las Delicias, entre Los Planes y La Quebradora. Bartolo era un niño que murió a la edad de tres años.

Doña Severiana platicaba que en El Paraíso también vivieron los Valadez y los Peñaloza.

Contaba la señora Severiana Ciprés a su nieto Toribio Ciprés Ramos[2] que de Los Planes se trasladaron a vivir a La Quebradora, por donde en julio de 2015, tiene un restaurant el señor Fabián Cortés y esposa, y que de aquella zona, un día determinaron pasar a establecer su pequeño pueblo al sitio que actualmente ocupa El Paraíso. Doña Severiana se ubicó a vivir en la colonia Guadalupana y más tarde llegó don Espiridión Nava, quien se casó con la señora María Ciprés Salinas y se puso a vivir en la misma actual colonia Guadalupana. De ahí que a esta colonia se le reconozca como el barrio fundador de El Paraíso.

Tres años después de haberse establecido la familia Ciprés en el actual lugar de El Paraíso llegó el señor Miguel Rodríguez y enseguida, cuando transcurría el año de 1915 llegó a El Paraíso don Espiridión Nava Castro, procedente de su pueblo natal, Chautipas, municipio de Chilpancingo Guerrero, se acompañaba de un señor de nombre Antonio y conocido como “El chino”, además del señor Miguel Rodríguez.

Algunos meses después llegó la familia Castrejón, quienes procedían del vecino poblado de San Vicente de Benítez, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero y se establecieron a vivir por vario años en El Paraíso. Un señor llamado Victoriano Castrejón, se unió a vivir con la señora Severiana Ciprés Salinas y procrearon a un hijo de nombre Efrén, muy conocido en El Paraíso como “Vencho”. “Vencho” fue de los primeros participantes de la danza de “los diablitos”, la cual organizaba el señor Espiridión Nava.

Doña Severiana Ciprés Salinas fallece a la edad de 105 años en El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, cuando transcurría el año 2000. Doña Severiana fue de aquellas personas que gustaban de guardar su dinero dentro de un bote que enterraban en el suelo y platicaba que cuando ellos llegaron a estas latitudes había un árbol de paraíso y que por esa razón decidieron llamarle así al pueblo.



[1] Datos obtenidos de la entrevista realizada al matrimonio compuesto por Toribio Ciprés Ramos y María del Refugio Martínez Esteban el día viernes, 16 de julio de 2015 a las diez de la mañana.
[2] La mamá de Toribio Ciprés Ramos falleció cuando él nació.  Es hijo de don Pantaleón Ciprés, hermano de doña Severiana, pero doña “Seve” se encargó de criar a su sobrino Toribio Ciprés.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Restos prehispánicos en El Paraíso.

1.- Restos prehispánicos en El Paraíso.
Cuenta el señor Brígido Bautista que en su huerta de café, ubicada en el paraje conocido como “El Mangal”, se han encontrado restos prehispánicos de utensilios de cocina, como son ollas y metates. Agrega el señor Brígido que en ese lugar vivió hace muchos años[1] una señora hermana de don Nicolás Pinzón y que criaba chivos.

Es probable que en esta zona cafetalera hayan vivido algunos pueblos prehispánicos, cuyos vestigios aun no son descubiertos. El periodista Rodolfo Valadez Luviano, del diario la Jornada Guerrero, publicó El martes, 15 de marzo de 2011 una nota titulada “Descubren en la sierra de Atoyac una pirámide; demandan su protección”.

Decía la nota que “El hallazgo tuvo lugar en el punto conocido como Los Planes, cerca de la comunidad de El Paraíso, en la sierra de Atoyac, en un terreno que fue adquirido por Hermenegildo Torres, quien contrató a trabajadores para que hicieran los preparativos del terreno donde pensaba construir una vivienda. De acuerdo con el comisario ejidal de El Paraíso, Agustín Sotelo Aguilar, pedía a los representantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que acudieran al lugar e iniciaran los trabajos de conservación del antiguo edificio. 

La autoridad ejidal decía que “Según se puede ver, la parte descubierta por los empleados es donde se encuentra una especie de escalera, en la cual se distinguen escalones bien formados y unidos con materiales similares al concreto”[2].

Otras versiones del pueblo dicen que fueron los señores Francisco y Adrián Hernández Morales, en compañía de Vicente Marcelo Vega, los que descubrieron aquel sitio prehispánico en el año 2000.

También se encuentran petrograbados en Las Palmas, un peque;o núcleo poblacional ubicado entre Los Planes y El Plan de Las Delicias.



[1] Cuando el pueblo recién se estaba formando entre 1915 y 1920.

sábado, 12 de diciembre de 2015

El café en apuros.

El café en apuros.

Esteban Hernández Ortiz.

Los efectos del deterioro ambiental –más conocido como calentamiento global- se están acentuando paulatinamente y empiezan a tener repercusiones en el campo. Nunca en mis 41 años de vida que llevo al sol de hoy pensé que a finales de agosto y principios de septiembre de este 2015 hubiese café maduro en las plantaciones de café.

La razón principal es que las lluvias han sido bastante irregulares, ahora llueve en meses en que antes no llovía. Este invierno está lloviendo en la sierra atoyaquense.

El año pasado llovió prematuramente ocasionando que hubiese floración de café a destiempo; luego cuando los frutos empezaban a desarrollarse siguió lloviendo; muchos granos cayeron al suelo y otros continuaron su crecimiento hasta estar maduros, pero hubo café maduro a finales de agosto y a principios de septiembre, pero no lo suficiente como para que el productor aplicara un corte. Entonces ese café cayó al suelo y al llegar finales de noviembre ha sido poco el café maduro listo para cosecharse.

Este año las cosechas de café disminuirán por los trastornos de la lluvia. Y si a eso agregamos la pandemia de la roya, que ha estado afectando a los cafetales, el mundo del café está en la ruina.

En la sierra de Atoyac sólo se aplica un corte de café, pues los precios del grano aromático no rinden para aplicar dos cortes, de manera tal que los caficultores esperan a que maduren la mayoría de los granos de café para poder aplicar un solo corte y así pagar un periodo de entre 30 y 45 días que ahora lleva levantar la cosecha.

La cosecha implica gastos diversos, a saber:

1.- acarreo en bestia o en vehículo de la huerta hasta el asoleadero.  La mayoría de los asoleaderos se encuentran dentro de las comunidades en los patios de los productores y pocos se encuentran en plenos cafetales;
2.- Secado: por lo menos un apersona deberá estar al pendiente de remover continuamente los granos de café extendidos en el asoleadero, a razón de una vez cada media hora. El cuidador debe estar muy a las vivas, pues si las nubes negras empiezan a extenderse significa que lloverá ese día y hay que apurarse a levantar el café y taparlo con lonas o nailos, o bien, trasladarlo del patio o asoleadero a una casa techada para evitar que el café se moje.

3.- Una vez que nuestros granos de café hallan recibido entre 12 y 15 soles, deberemos llevarlo a la apiladora o morteadora para que se apile, y el café quede en la calidad conocida como “café oro”. Esta cantidad de días aplica si y solo si, cuando se cortó el café de las matas no fue despulpado y se extendió en los patios con todo y cáscara. Cuando el café es despulpado, entonces la cantidad de soles a recibir será de entre 8 y 10 días, dependiendo de qué tan fuertes sean los rayos solares que hasta los patios lleguen. Muchas veces los días son bastante nublados.

4.- La maquila consiste en dorar nuestro café en tostadores eléctricos y molerlo, también en molinos a base de electricidad. Bueno para hablar de este paso es necesario entender que el productor pasa a la fase de comercializador de su producto, en búsqueda de mejores ingresos para su familia y por consiguiente poder destinar mayores recursos financieros para la atención de sus parcelas.

5.- El envasado del café molido permite dar a nuestro producto ese “valor agregado” que al cliente o consumidor final le atraerá al momento de tocar el producto ya envasado, sobre todo si los colores del envase o las etiquetas del producto son de buena presentación.

6.- Una vez pasadas las cosechas y la venta del producto, el ciclo se reanuda y ahoar empezamos por deshierbar las parcelas al menos una vez al año, caso contrario las malezas abundan y compiten con los cafetos para nutrirse de los elementos nutritivos de la tierra. Las matas de café empiezan a cundirse de bejucos y otros seres que viven en simbiosis. El resultado es que la producción merma bastante.

Se recomienda hacer terrazas para que las plantas de café acumulen agua en lo profundo de sus raíces dando vigor a la planta. La fertilización también es recomendable, de preferencia que sea orgánica.

Así las cosas el mundo del café es de intensos trabajos para que los cafetaleros puedan vivir dignamente de estas labores.




jueves, 10 de diciembre de 2015

12.- Historia de la parroquia de la iglesia católica en El Paraíso, Sierra de Guerrero.


12.- Historia de la parroquia de la iglesia católica en El Paraíso, Sierra de Guerrero.

La señora Catalina González Márquez nació el día 31 de diciembre de 1946 en la comunidad de Las Rosas, municipio de San Miguel Totolapan, Guerrero. Llegó a El Paraíso cuando contaba con siete años de edad. En aquel pueblo nació ella y todos sus hermanos.

En entrevista a la señora Catalina González Márquez el día domingo, 18 de enero de 2015 esto fue los que nos comentó a cerca de sus orígenes y de la historia de la iglesia católica en este poblado:

“Mi papá, el señor Pedro González Hernández, falleció el 27 de agosto de 1996 y fue hermano de los señores Epifanio González Nava y de doña Arcadia González, quienes también fueron vecinos de El Paraíso. Mi madre fue la señora Margarita Márquez Solano y nació en Pandoloma, municipio de Heliodoro Castillo[1]; murió en 1976.

El primer sacerdote que vino a nuestro pueblo fue Gabriel Ocampo, hermano de don Eufemio Ocampo, uno de los primeros comerciantes que hubo en la comunidad. El sacerdote Gabriel visitaba al pueblo el primer viernes de cada mes, confesaba, daba misa y aprovechaba para visitar a su hermano. El padre Gabriel tenía a su cargo la parroquia Cristo Rey en Acapulco. Fue desde 1970 cuando el padre Gabriel nos empezó a visitar. Yo le escuchaba decir que él era “canónigo”, algo más que sacerdote, como para ser arzobispo, aunque nunca llegó a serlo.

Para 1978 llegó al Paraíso el padre José Limón Mendoza, que por cierto aún no era sacerdote cuando empezó a venir a la comunidad, y El Paraíso aún no era parroquia, dependíamos de Atoyac. Algunos años después el padre Limón se retira otra vez y llegó el sacerdote Bonifacio Vergara Ocampo. El padre “Boni” traía un vehículo zafari y su auxiliar se llamaba Antonio. A Antonio le gustaba mucho jugar futbol con los jóvenes de la comunidad. El padre Boni regresó en el año de 1987.

Las peregrinaciones empezaron en 1978, Yo le sugerí al padre limón que se hicieran y él aceptó mi sugerencia. Entonces empezamos también con un grupo juvenil yo e Isabel Pinzón, íbamos a dar catecismo a San Vicente de Benítez, recuerdo que la gente estaba muy desmoralizada por los efectos de la guerrilla de Lucio Cabañas. Estuvimos visitando a San Vicente de Benítez como tres años, pero luego hubo muchachos que hicieron su primera comunión empezaron a ayudar para llevar el catecismo a otros pueblos cercanos”.



[1] Las declaraciones de la señora Catalina González Márquez respecto al origen de sus progenitores nos da una orientación de que los primeros pobladores de El Paraíso procedían de otros pueblos del llamado Filo Mayor, ahora el corazón de la región Sierra de Guerrero.

c) Fiesta brava en la Sierra de Guerrero.


 

c) Fiesta brava en la Sierra de Guerrero.

Una de las mayores diversiones en la Sierra es la fiesta brava.  Por lo general se realiza el jaripeo en las fiestas patronales. En el palco de madera una banda de música alegra la fiesta con dianas a los cuatro vientos, mientras en el centro del rodeo un grupo de guapísimas jóvenes bailan, vestidas de mezclilla y en camisas cuadradas con pañuelos y sombrero. El animador anuncia al toro y a su jinete, también el rancho donde ha sido criado el animal, que a veces puede ser un torete o ternera. El montador se coloca al lomo del toro dentro del callejón de madera o de herrería. Una vez que se hace el anuncio final se abre la puerta para dar paso al vacuno que sale hecho la mocha con bastante coraje para derribar a su jinete, aunque no siempre consiga tumbarlo. Entonces el montador bajará ovacionado por los aplausos, las madrinas entran y regalan flores al montador y bailan con él.


 

Algunos montadores se hincan y elevan una plegaria antes de montar, pues están muy conscientes del riesgo que se vive en ese trabajo que realizan con mucha pasión.  La fiesta taurina ha tenido intérpretes de la talla de Goya quien no reprime su genio en la serie “Torrecillas” y “Tauromaquia”.

 
En 1997 el doctor Ramiro A. Pestana y otros tres colegas suyos elaboraron un trabajo titulado “trauma por cornada de toro”[1]. Experiencia en el hospital universitario de Cartagena. Comentan que al principio la fiesta brava española fue propiedad de la clase alta, pero que alrededor del 1700, al llegar los borbones con Felipe V, la aristocracia como clase pierde hegemonía y abandona el toreo al considerarlo vulgar para la corte, esto es aprovechado por la plebe para agenciarse como suya la fiesta de los toros. 


[1] Señalan que el toro es capaz de sostener en su cornatura un peso equivalente a tres veces su propio peso. Entonces, por eso  vemos a los toros que ya enojados levantan a los caballos que montan los caporales o golpean fuertemente el cercado y  no se diga las escenas en que el montador es severamente lesionado por el toro.