Francisco: El Jesuita.
Esteban Hernández Ortiz.
El canal 409, History, Dish, ha publicado ayer y hoy una serie documental titulada “Francisco: El Jesuita”. La serie contempla una especie biográfica del argentino Jorge Mario Bergoglio, el Vicario de Cristo que usa el nombre pontificio de Francisco I.
Los documentales transcurren entre la vida de adolescente desde los trece años de edad hasta las aportaciones del Papa en pro de la mejora entre las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados unidos, luego de que por más de 50 años estuviesen truncas las relaciones entre ambas naciones americanas.
A los trece años, Jorge Mario empieza a trabajar en un laboratorio de su país, donde hace una profunda amistad con la señora Esther Ballestina, una mujer paraguaya proclive al comunismo.
Entre 1976 y 1983 la Argentina fue gobernada por una junta militar que desapareció a más de 30 mil ciudadanos de la república que entre otros grandes personajes vio nacer y crecer al gran revolucionario Ernesto Guevara de la Serna y a grandes figuras del futbol como Diego Armando Maradona y Lionel Messi.
Entre aquella treintena de millares de desaparecidos, obra de la dictadura verde olivo, fueron desaparecidos dos sacerdotes y una hija de la señora Esther -gran amiga de Jorge Mario-.
En abril de 2005 falleció el Papa Juan Pablo II y dada la ley canónica, de inmediato deberían reunirse los cardenales para instalarse en el cónclave elector del nuevo Papa. Según la serie documental Francisco: El Jesuita, Jorge Mario Bergoglio participó como candidato para suceder a Juan Pablo II y durante varias rondas no se alcanzaba el número de votos suficientes para que apareciera el humo blanco en la capilla Sixtina, hasta que luego de varias rondas, se declaró como nuevo Papa al alemán Josep Ratzinger.
Previo a la instalación del cónclave –que en latín significa “bajo llave” se publicaron en Italia notas periodísticas que acusaban al argentino Jorge Mario Bergoglio de haber coadyuvado con las dictadura militar que gobernó a la Argentina y que desapareció a miles de personas. No en balde los medios de comunicación también poseen grados de poder.
Sin embargo, en la serie documental se observa a un párroco sensato, gallardo y de mucha entereza, que lejos de colaborar con la desaparición de personas, hace todo lo que pueda por ayudar a que personas desaparecidas regresen vivas con sus familias. Así fue con dos sacerdotes y con la hija de la señora Esther.
El sacerdote Jorge Mario intercede ante el presidente del episcopado y le pide su intervención para que sea liberada la hija de la señora Esther. El Presidente del episcopado, de pronto le contesta que sólo se puede orar por ella y que la dictadura primero asesina y luego investiga si en realidad la gente es comunista.
En el caso de los dos sacerdotes, el cura Jorge Mario, acude personalmente a la oficina del Almirante Eduardo Balsera, quien encabeza la junta militar que gobierna a Argentina, y le pide que le ayude poniendo en libertad a los dos sacerdotes. Milagrosamente los dos curas volvieron a casa; un militar fue a la iglesia y al término de la misa le dijo al cura Jorge Mario: “El Almirante ha accedido favorablemente a su petición; sólo le pide que Usted recuerde este gesto a futuro”.
Cuando fue arzobispo auxiliar de Buenos Aires, el arzobispo titular le compartió que era muy bueno tener amistad con líderes de otras religiones, y tal vez por esa sugerencia fue que cuando llega a dirigir al Vaticano invita a un amigo musulmán para que tenga un encuentro amistoso en el muro de las lamentaciones, tratando de que haya mejores relaciones en la llamada Tierra Santa, entre Israel y Palestina, pues lamenta que siendo lugares donde personalmente anduvo Cristo, se vivan constantes ataques mortíferos entre ambas naciones.
El muro de las lamentaciones o de los lamentos es considerado como el lugar más sagrado del judaísmo
El primer Templo o “templo de Salomón” se construyó en el siglo X A.C, y fue destruido por los babilonios en el año 586 A. C. El Segundo Templo fue reconstruido por Esdras y Nehemías a la vuelta del Exilio de Babilonia, y nuevamente lo destruyeron los romanos en el año 70 D.C. Según la leyenda, cuando las legiones del emperador Tito destruyeron el templo, únicamente una parte del muro exterior quedó en pie.
Los judíos han rezado frente a este muro durante los últimos dos mil años, considerando que es el lugar más sagrado de la Tierra, ya que no pueden acceder al interior de la Explanada de las Mezquitas, que sería el más sagrado de todos[1].
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Así transcurren los documentales que entre otras cosas, muestran como Francisco I inició su papado con grandes retos por delante, entre otros la corrupción en la administración de los recursos del Banco Vaticano y la pederastia cometida por clérigos católicos.
También se ha propuesto contribuir para que Estados Unidos y Cuba tengan mejores relaciones y ha intentado pacificar a Israel y a Palestina; a la vez que se pronuncia en contra del “capitalismo salvaje”.
“Ustedes van más rápido que este avión” responde Francisco I a los reporteros que lo entrevistan en un viaje papal, con el estilo de carisma que le caracteriza al actual sumo pontífice.
El actual Papa se ha convocado a un Sínodo de la familia para que la iglesia permita comulgar a divorciados y se acerque más a los homosexuales.
Los sectores más conservadores de la Iglesia Católica aseveran que Francisco I le quita sacralidad al papado y la prensa conservadora no escatima tinta para decir que ahora la Iglesia tiene un Papa Marxista o comunista.
En fin, Usted dirá hasta donde son ciertas o falsas estas y otras cosas. Algo bastante cierto es que el poder es inmenso en todos los estratos de la sociedad, de ahí que el Papá Francisco diga: “recen por mí”, pues según el documental Francisco: el Jesuita.
El Papa Juan Pablo I murió sin poder concretarlas reformas a la iglesia a la manera en que al parecer pretende hacerlo el argentino Jorge Mario Bergoglio.
El papa Juan Pablo I apareció muerto en su cama cuando apenas llevaba 33 días de su pontificado. Según el comunicado oficial, la causa de su deceso fue por un infarto agudo de miocardio[2].
