Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

lunes, 4 de abril de 2016

Las palomas de la paz vuelan en Colombia.
(Tercera de tres partes)
Esteban Hernández Ortiz.

La gota de agua rompe la piedra no por su dureza,
 Sino por su constancia.
Anónimo.

El devenir de las FARC-EP.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) se fundaron el 27 de mayo de 1964 en la región de Marquetalia, Colombia, con un código de valores marxistas; de ahí que en su página electrónica, las FARC-EP manejen un logotipo con la leyenda: “De Marquetalia a la victoria”.

El 27 de mayo de 2013, al cumplir su 49 aniversario, este movimiento guerrillero decía en su página electrónica[3]:

“Nacimos como un puñado de mujeres y hombres del pueblo de Colombia, obligados por la brutal violencia ejercida en beneficio de minorías privilegiadas por el poder del Estado, a alzarse en armas en defensa de su vida, su dignidad y sus sueños. Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, Hernando González Acosta y el resto de los 46 campesinos y 2 campesinas que suscribieron el Programa Agrario de los Guerrilleros en 1964, encarnaron con legendaria bravura la erupción de un sentimiento nacional de resistencia y denuncia contra el crimen, la impunidad y la intolerancia.

Las FARC-EP somos producto del crisol en que al calor del fuego y el filo de otras armas, la oligarquía colombiana pretendió entronizarse hasta la eternidad en la dirección del Estado. Viejos partidos compuestos por terratenientes y burgueses de distintas esferas, inspirados en la doctrina fascista de seguridad nacional, ensoberbecidos por el apoyo incondicional del gobierno de los Estados Unidos en su afán de dominio continental, se encargaron de hundir a Colombia en la horrible noche de muerte, persecución y terror que por desgracia aún no termina.

La guerra, la violencia y el miedo generalizado han sido siempre, a lo largo de la historia universal, instrumentos favoritos de los poderosos. Colombia no es una excepción.
La tranquilidad del hogar, la concordia, los sentimientos de paz, han sido en cambio el más valioso patrimonio de las mujeres y los hombres que viven con sencillez del trabajo de sus manos. La guerra, toda guerra, consiste en un enfrentamiento desatado por los ricos en contra de los pobres. Las mejores tierras, los grandes proyectos de explotación de hidrocarburos, las concesiones mineras, las áreas urbanizables, todo cuanto representa un importante negocio, desata de inmediato las fieras hambrientas, con disimulo o sin él, contra los más pacíficos habitantes condenados a vender, marcharse o morir. La guerra incluye entonces el silencio y la mentira.

Las FARC-EP somos pueblo que enfrenta con armas las armas del poder y la riqueza. Sentimos por tanto el más inmenso aprecio por la paz que nos robaron, la paz que le robaron a Colombia los negociantes y politiqueros. Nunca hemos querido la guerra. Desde antes del ataque a Marquetalia, nuestros fundadores reclamaron ante el Estado, la Iglesia y la comunidad internacional por un diálogo… Durante estos 49 años siempre hemos luchado por una solución política al conflicto. Nuestro sueño más querido es que termine definitivamente esta guerra que desangra la patria.

Lo cual no equivale a arrojar los fierros al suelo y volver sumisos al redil, hay que atacar las causas del conflicto. Las clases dominantes en Colombia, los dueños tradicionales del poder y la fortuna, deben cesar para siempre sus conductas violentas, poner fin a sus prácticas intolerantes, desmontar sus aparatos de muerte y terror, permitir que en Colombia se instaure la democracia verdadera, que se proscriban la estigmatización y la amenaza, la persecución y el destierro, el crimen que garantiza con su impunidad la dominación por el miedo”.


Desde 2013, las FARC-EP se pronunciaban por la paz.

Respecto a su apuesta por la paz, el secretariado del estado mayor central de las FARC-EP se expresó así aquel mismo día 27 de mayo de 2013 en su página electrónica con motivo de su 49 aniversario:

“La guerra tiene que ser terminada…

El no a la guerra tiene que ser un sí a la reforma agraria integral, un sí rotundo al freno de la locomotora minera, un sí rotundo a una Asamblea Nacional Constituyente que consagre efectivas garantías democráticas, un sí a la desmilitarización del territorio nacional, un sí a la prohibición de los garrotes del ESMAD, un sí a la justicia contra los responsables ocultos y visibles de los grandes crímenes contra el pueblo colombiano.

Las FARC-EP no íbamos a desechar de ningún modo los ofrecimientos del Presidente Santos en el sentido de intentar la vía de una solución civilizada y dialogada al conflicto colombiano. Cuando comenzó este gobierno, llevábamos 46 años combatiendo por ello. Sabíamos y sabemos, como recién ratificó en la prensa el Alto Comisionado de Paz, que las intenciones del régimen no eran otras que las de conseguir nuestro humillante sometimiento al precio de un aplastante encarnizamiento mediático. Pero un Ejército del Pueblo como el nuestro, que conoce el auténtico sentir de los colombianos, sabía que no había razones para temer. Poco a poco, lenta pero firmemente, se iría levantando un clamor muy distinto por la paz.

Hoy ya comienza a sentirse la fuerza de ese poderoso eco por todos los rincones del país. Ya Colombia entera expresa que la paz es el nombre de la justicia social. Ya la nación comprende que la fórmula santista de oponer un no rotundo a cuanto se le plantea en la Mesa, es un cebo hábilmente concebido para validar su entrega definitiva a los intereses del capital extranjero. La Agenda pactada en La Habana no servirá jamás, por parte de las FARC-EP, para endosar el imperio del neoliberalismo y santificar la dictadura civil en nuestras instituciones. No existen ningún tipo de acuerdos secretos como afirman algunos politiqueros con perversos propósitos.

Las FARC-EP creemos sincera y apasionadamente que la paz es posible, y que las circunstancias son abiertamente propicias para conseguirla. No tenemos la menor duda acerca de la importancia de la existencia de la Mesa de Conversaciones en Cuba. Se encarga de confirmárnoslo el plebiscito nacional e internacional de respaldo que recibimos a diario. Confiamos en que el pueblo colombiano avanzará sin parar hacia esa Mesa, para hacerse oír, y en que tanto él como la comunidad internacional se encargarán de blindar los diálogos para impedir que se rompan por parte del gobierno, una vez vea claro que las cosas no se van a dar como las planeó. Esta vez no podrán proceder como lo hicieron doblemente en Casa Verde, Tlaxcala o el Caguán.
¡Hemos jurado vencer!… ¡Y venceremos!

SECRETARIADO DEL ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP

Montañas de Colombia, 27 de mayo de 2013.



Los polos opuestos en la negociación entre las FARC-EP y el gobierno nacional de Colombia. 

El dos de abril de 2016, varios sectores de la derecha colombiana se manifestaron en 25 ciudades de su país en contra de los diálogos de paz que han entablado el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP. Las protestas fueron principalmente convocadas por el senador y ex presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez. Las consignas de los manifestantes fueron:
“No más Santos. No más FARC, no queremos terroristas en el poder. No más corrupción. Santos traidor. Santos, renuncie ya”.[1].
Las marchas fueron capitaneadas por líderes del partido Centro Democrático, que aglutina a las principales fracciones de la derecha y extrema derecha en Colombia. Ese partido fue fundado por el ahora Senador Álvaro Uribe Vélez después que terminó su mandato presidencial en el año de 2010. También se hicieron partícipes agrupaciones del gremio sindical, identificados con la derecha y ex militares y ex policías que manifestaron su repudio a los diálogos, pues en distintas ocasiones murieron a tiros varios de su compañeros en enfrentamientos con la guerrilla.
No obstante estas negativas hacia los diálogos de paz, hoy se han reunido en Bogotá un grupo de abogado de las FARC-EP y representantes del gobierno de Juan Manuel Santos.
El día lunes, 4 de abril de 2016 la siguiente página electrónica   http://www.radiosantafe.com/2016/04/04/equipo-de-paz-gubernamental-se-reune-en-bogota-con-abogados-de-las-farc-para-avanzar-en-puntos-del-fin-del-conflicto/ publicó una nota con el siguiente encabezado: “Equipo de paz gubernamental se reune en Bogotá con abogados de las Farc para avanzar en puntos del fin del conflicto”
En esa nota se informa la disposición del gobierno que encabeza el presidente Juan Manuel Santos para seguir el dialogo con las FARC-EP.
“Vamos por el mejor acuerdo para Colombia. No aceptaremos nada diferente. Queremos la paz, pero no cualquier paz. De esto no debe haber ninguna duda
añorar la guerra es hundirse en el doloroso pasado…“vivir sin guerra es posible”.
A las 05:23 horas del día lunes, 04 de abril de 2016, la radio Santa Fe –en la página electrónica referida en líneas precedentes- informaba también que:
“El martes el @EquipoPazGob vuelve a Cuba a reanudar negociaciones en busca de un acuerdo que nos lleve a una paz estable y duradera. Vamos por el mejor acuerdo de paz para Colombia”, escribió, además, el presidente Santos en su cuenta en Twitter.

“Los colores de la montaña”.
Existen varias películas que la industria fílmica ha llevado a la pantalla para mostrar la violencia que se ha vivido en Colombia, durante más de cincuenta años. El Movimiento 19 de Abril, un grupo guerrillero, tomó la embajada de República Dominicana en Bogotá, y durante más de sesenta días la noticia dio vuelta al mundo, hasta que el gobierno colombiano y aquel movimiento insurgente negociaron en La Habana.

Los colores de la montaña es una película que retrata la vida cotidiana bajo el ambiente de la guerrilla en Colombia. El historial que aborda esta cinta se centra en la amistad que media entre Manuel y Julián, dos cercanos amigos de la escuela. Un día, mientras jugaban un partido de fútbol, su balón fue a parar a un campo minado. Los niños tratan de recuperar su balón con la ayuda de otro amigo, un niño albino, quien tiene problemas visuales.

Cuando el niño pierde sus lentes, entonces dan por perdido su caso y no volverán a recuperar su preciado esférico, sino hasta varios días después, siempre conscientes del peligro en que puede hacer explosión la mina que alguien colocó en el área donde cayó el balón[2]. Aquella mina de la película los colores de la montaña tal vez  fue instalada por los guerrilleros o tal vez el ejército colombiano.
En este largometraje los niños van desertando poco a poco de la escuela.



[1] Consultado a las 17:47 horas del día domingo, 3 de abril de 2016 en


Consulta realizada a las 20:43 horas del día Miércoles, 30 de marzo de 2016, en el comunicado que titularon “De Marquetalia a La Habana: 49 años luchando por la paz ”. Comunicado subido a su página electrónica el día 27 de mayo de 2013.

domingo, 3 de abril de 2016

Las palomas de la paz vuelan en Colombia Esteban Hernández Ortiz. (Segunda de tres partes). La presente serie contiene extractos de los apuntes que he estado preparando con el propósito de elaborar mi tesis de maestría en ciencias políticas. Espero poder corregir la cadena de errores aquí contenidos para elaborar un mejor trabajo de tesis.

Las palomas de la paz vuelan en Colombia

Esteban Hernández Ortiz.
(Segunda de tres partes).

La presente serie contiene extractos de los apuntes que he estado preparando con el propósito de elaborar mi tesis de maestría en ciencias políticas. Espero poder corregir la cadena de errores aquí contenidos para elaborar un mejor trabajo de tesis.



Colombia es el segundo País en el mundo con mayor número de minas antipersona; se ubica sólo detrás de Afganistán, nación que tiene el número uno en minas a nivel orbe. De  ahí que en abril de 2006 un cantante mundialmente conocido, nativo de Colombia, estuviese en el parlamento de la Unión Europea promoviendo el desmine de su País. Su nombre artístico es Juanes.

Juanes estuvo en Bruselas, en la sede del parlamento europeo el 20 de abril de 2006 y puso a bailar a los eurodiputados. Ante un público que lo acobijó, incluyendo a varios eurodiputados, Juan Esteban Aristizábal cantó algunos de sus éxitos más populares: A Dios le pido y La camisa negra[1]. Sin duda que el tema central fue “Fíjate bien”, en la que el estribillo menciona:

 "fíjate bien donde pisas, fíjate cuando caminas, no vaya a ser que una mina te desbarate los pies, amor". 

El País del gran novelista Gabriel García Márquez, el País de Shakira –la nativa de Barranquilla- que grabó para  el mundial de futbol de Sudáfrica, el País que tiene hoy día una alta producción de café –debe decirse que también de cocaína-, el País de James Rodríguez el futbolista que brilló en el pasado mundial de Brasil y que hoy juega para el Real Madrid, ese País está cada día más cerca de cruzar la línea de la meta que representa la paz, dejando atrás la secuela de multitud de hechos y no hechos de la guerrilla encabezada por las FARC-EP y respondida por los regimientos del ejército nacional.

Colombia está por respirar en la tranquilidad, luego de salir de ese gigantesco letargo en que se vio hundida.


No todos aplauden los diálogos de paz.
La Organización No Gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha sostenido que el acuerdo de paz en Colombia carece de compromisos reales que garanticen los derechos de las víctimas. “Es un cúmulo de promesas vacías”, asegura la ONG. Para HRW es preocupante el carácter independiente que revestirá el tribunal especial que atenderá los casos, pues de acuerdo a su óptica existe la posibilidad de que los procesados puedan desempeñar cargos políticos inclusive cuando estén cumpliendo sentencia.
HRM asegura que si no se insertan cambios urgentes al texto suscrito entre las FARC y el gobierno colombiano, el acuerdo es “una piñata de impunidad”[2]. De no hacerse los agregados que garanticen los derechos de las víctimas, los acuerdos vendrían a favorecer tanto a guerrilleros como a agentes del Estado colombiano involucrados en crímenes de guerra o de lesa humanidad durante el prolongado conflicto. Luego, se desencadenaría una serie de litigios en los órganos internacionales de protección a los derechos humanos.
Antes del 22 de diciembre de 2015, la ONG de derechos humanos encargó a una decena de abogados de diferentes nacionalidades y de distintas especialidades el análisis de las 63 páginas que contienen el acuerdo sobre el nodal punto 5 de las negociaciones de paz anunciado el 15 de diciembre en La Habana.
Así se expresó el martes, 22 de diciembre de 2015 en Washington, el director para las Américas de HRM, José Miguel Vivanco[3]:

"No creemos que se pueda pretender fundar una reconciliación o un proceso de paz sobre la base de la injusticia. Y lo que este acuerdo esconde es eso, injusticia”…
Se trata de un acuerdo de impunidad, es un pacto entre gobierno y FARC que termina sacrificando el derecho a la justicia de las miles de víctimas del conflicto armado colombiano...
Colombia aún está “a tiempo de corregir” algunas de las graves lagunas y ambigüedades… Si no lo hace…vamos directamente frente a una colisión ante órganos internacionales de protección de derechos humanos…

Ninguna persona que cumpla una pena tras haber sido condenada por un crimen de guerra, de lesa humanidad o una grave violación de derechos humanos debería poder postularse para un cargo público ni desempeñarlo mientras esté cumpliendo esa pena”… “Ningún tribunal internacional ha permitido que aquellos que han sido condenados por crímenes de guerra puedan evitar la prisión por crímenes tan graves…
¿significa este acuerdo que cualquier condenado que proponga un proyecto “restaurativo y reparador” se librará de la privación de libertad y que si este proyecto dura menos de los cinco años de cárcel mínimos previstos se considerará saldada la deuda con la justicia? ¿Por qué no se especifican sanciones para quienes no cumplan ni siquiera estos compromisos?

A decir de la ONG “HRM” vendrán cascadas de procesos en materia de derechos humanos que las víctimas del conflicto que data de casi cincuenta y dos años promoverán ante los tribunales internacionales, si el aspecto de reparación de los daños no se incluye verdaderamente en el paquete de puntos negociables desde La Habana. Vale decir que las acusaciones por haber cometido delitos no se enfilan únicamente para los soldados de las FARC-EP, sino también hacia los soldados y altos mandos del otro ejército, el del gobierno nacional. Por otra parte, se desprende también de esta posición de HRM, su negativa a que quienes en un futuro no lejano pasarán a ser llamados “ex guerrilleros” puedan ser candidatos a cargos de elección popular, si se encuentran sujetos a un proceso penal.
Una gran verdad es que en América Latina –como tal vez también sea en el resto del mundo- los partidos políticos han caído a un barranco de descrédito, sean de izquierda, centro o derecha.[4] Pero como no todos los dedos de la mano son iguales en Colombia parece ser una imperante necesidad el que la guerrilla de las FARC-EP pase a hacer sus reclamos que le dieron rigen desde el 27 de mayo de 1964 –cuando se fundaron en la región de Marquetalia- en el marco del sistema político-electoral de su patria y ya no desde la arista de movimiento antisistémico, como se les llama en ciencias políticas a este clase de movimientos.
El expresidente y actual senador de Colombia, Álvaro Uribe se ha manifestado en desacuerdo con los acuerdos de paz.

El gobierno de Estados Unidos parece contribuir a la paz colombiana.

El día veintiuno de marzo de 2016 se sostuvo una reunión en La Habana, Cuba, entre el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y los negociadores de la paz colombiana, en ocasión de la visita del Presidente estadunidense Barack Obama a Cuba[5].

En un acto sin precedente, jamás se había reunido con las FARC-EP un funcionario estadounidense de tan alta jerarquía, a la vez que todavía los EE.UU. mantienen a este movimiento subversivo en su listado de organizaciones terroristas en el mundo.

El gobierno colombiano ha dado en llamar “bandas criminales”, conocidas por la abreviatura BACRIM, pero la guerrilla continúa llamándoles “grupos paramilitares”.

No cayó nada bien al Departamento de Estado la reacción del ex presidente Álvaro Uribe, quien llegó a mencionar que se sentía “molesto” porque el Gobierno de Estados Unidos se reuniese con las FARC y llamó a este movimiento guerrillero “el mayor cártel de cocaína en el mundo”. No es la primera ocasión en que el ex presidente Uribe marca su desacuerdo con este proceso. Uribe twiteo en contra de la reunión y fue secundado por varios senadores de su partido, el Centro Democrático, además del ex presidente Adrian Pastrana.

Las FARC-EP dijeron que el gobierno de Obama se mostraba preocupado por la violencia paramilitar. En tanto, algunas plumas no han dejado de subrayar el apoyo militar y de inteligencia de Estados Unidos mediante el Plan Colombia contribuyó a contrarrestar a las FARC-EP.
El Presidente Obama designó a Bernie Aronson como enviado especial de su Gobierno a los diálogos y, en febrero, ratificó su ayuda al comprometerse a solicitar al Congreso 450 millones de dólares para afianzar el posconflicto el próximo año. Sin embargo no debe perderse de vista que el Congreso de EE.UU es de mayoría republicana, principalmente la Cámara de Senadores.

En el transcurrir de los años ochenta había en Colombia media docena de grupos guerrilleros, tres fuertes carteles de narcotraficantes y 15 agrupaciones de paramilitares; en suma alcanzaban la cifra de 50.000 hombres armados. El gobierno nacional contaba con menos de 100.000 uniformados y en el 30% de los municipios había escasa o inexistentes presencia por parte del gobierno colombiano. Colombia era la capital del secuestro y del homicidio en el planeta[6].

Cuando en 1999 se intentaron las negociaciones del Caguán se desmilitarizaron 42.000 Km², ahora se discute sobre unas decenas de lugares que en conjunto rondarán los 100 Km².  En aquel intento de negociación era presidente de Colombia Adrián Pastrana.

Todo mundo pensaba que la firma final por la paz se haría efectiva el 23 de marzo, pues un par de días antes el presidente de Estados Unidos se reunió con su homólogo cubano, también sucedió otra reunión impensable: El secretario de  Estado John Kery se reunía con las delegaciones por la paz, primero con la representación por parte del gobierno y en seguida, con la delegación de las FARC-EP.

Lo anterior a pesar de que el gobierno norteamericano tiene un enviado especial para estas negociaciones. En un hecho sin precedente, por primera vez en la historia se reunió un funcionario de tan alta jerarquía del gobierno de EE.UU. con los voceros del movimiento subversivo, aun cuando el gobierno de Barack Obama mantiene a las FARC-EP en su listado de organizaciones terroristas del mundo[7].

Luego del encuentro con Kerry, las FARC-EP dijeron que habían entregado al Gobierno y a las naciones garantes una hoja de ruta a continuar en las próximas semanas. “En fecha no lejana le daremos la buena nueva al país y al mundo que Colombia ha llegado a la paz”[8].

Las FARC-EP obsequiaron a Kerry un ejemplar del libro Resistencia de un pueblo en armas con la inscripción:

“Este texto recoge un tramo de la historia escrita por el fundador de las FARC, Manuel Marulanda Vélez, organización insurgente que hoy se alista para el tránsito a movimiento político legal”[9].

Existen muchas versiones de que seguramente las FARC-EP presentaron a Kerry la petición de ayudar a Simón Trinidad, quien se encuentra en prisión de los Estados Unidos cubriendo una sentencia de privación de la libertad equivalente a más de 60 años de prisión. Las FARC-EP solicitan que Trinidad sea extraditado, lo cual sería visto por el Gobierno de Santos como un gran aporte de EE.UU para finiquitar las negociaciones. El gobierno norteamericano siempre se ha mostrado receloso de esa extradición. Otra exigencia de la guerrilla es su salida del listado de agrupaciones terroristas a partir del momento en que se firme el acuerdo de paz con el Gobierno.

El fin de una era y el comienzo de otra.

Se transcribe aquí la mayor parte del artículo Cerca del final y del principio, publicado en la columna Tribuna, por el columnista Joaquín Villalobos el pasado 16 de marzo[10]. Joaquín Villalobos fue guerrillero en El Salvador y actualmente se desempeña como consultor para la resolución de conflictos internacionales.

“…La concentración de los combatientes de las FARC en pequeños espacios, la verificación internacional, el control sobre las armas, la ejecución de los primeros desarmes y el contacto permanente y pacífico entre guerrilleros, militares y policías serán los factores que abrirán el camino al desarme. Sin duda habrá problemas, retrasos y hasta incumplimientos, pero los acuerdos están hechos para establecer un contexto político, social y psicológico que haga perder sentido a la política con armas.
Las FARC son irrelevantes en política nacional; sin embargo, el fin del conflicto le limpia el camino electoral al centroizquierda. Aun cuando la izquierda necesita superar problemas de unidad, liderazgo y madurez política para llegar a ser Gobierno, se puede decir que la hegemonía conservadora que ha dominado Colombia empezará a concluir. Esta nueva situación está polarizando al país. No es la paz el problema, sino el miedo a una nueva realidad política.

En este contexto, la polarización es el mayor peligro para el proceso de paz, porque no habrá paz para los colombianos si no hay madurez entre sus políticos. El Salvador logró una pacificación exitosa que la polarización entre los partidos durante la posguerra terminó destrozando. La ingobernabilidad abrió las puertas al crimen y ahora los salvadoreños sufren una violencia peor que la guerra civil. Es por ello una extraordinaria noticia que el Congreso colombiano aprobara por unanimidad la ley que permitirá implementar las zonas de concentración de las FARC. La política es lucha y pacto, sin lucha no hay identidad, pero sin pactos no hay gobierno y sin gobierno no hay paz”.




[2] Consultado el día miércoles, 23  de diciembre de 2015 a las 21:50 horas en

[3] Op. Cit.
[4] Recuérdese que los conceptos de izquierda y derecha surgieron de la Francia en que surgieron los grupos de jacobinos y girondinos.
[5] La información fue retomada del siguiente enlace electrónico  http://elpais.com/elpais/2016/03/26/opinion/1458998597_509119.html
Consulta efectuada a las 15:07 horas del lunes, 28 de marzo de 2016 en la editorial “Colombia: el último empujón” del diario español El País, en su edición del día 26 de marzo de 2016.


El 15:20 horas del lunes 28 de marzo de 2016. Columna “Tribuna” con el título “ Cerca del final y del principio”

[7] Con información obtenida a las 15:03 horas del día lunes, 28 de marzo de 2016. http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/21/colombia/1458577625_110283.html S. AYUSO, J. LAFUENTE. La Habana / Bogotá 21 MAR 2016 - 17:24 CST.

[8] Con información obtenida a las 15:32 horas del día lunes, 28 de marzo de 2016. http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/21/colombia/1458577625_110283.html S. AYUSO, J. LAFUENTE. La Habana / Bogotá 21 MAR 2016 - 17:24 CST.

[9] Información obtenida de la misma fuente referida en el pie de página inmediato anterior.

El 15:00 horas del lunes28 de marzo de 2016. Columna “Tribuna” con el título “ Cerca del final y del principio”

sábado, 2 de abril de 2016

Las palomas de la paz vuelan en Colombia. La presente serie contiene extractos de mis apuntes que he estado preparando con el propósito de elaborar mi tesis de maestría en ciencias políticas. Espero poder corregir la cadena de errores aquí contenidos para elaborar un mejor trabajo de tesis como maestrante.

La presente serie contiene extractos de mis apuntes que he estado preparando con el propósito de elaborar mi tesis de maestría en ciencias políticas. Espero poder corregir la cadena de errores aquí contenidos para elaborar un mejor trabajo de tesis como maestrante.


Las palomas de la paz vuelan en Colombia

Esteban Hernández Ortiz.
(Primera de tres partes).

“Siento que estoy haciendo lo correcto,
Aunque muchas veces me siento incomprendido”.

Presidente Juan Manuel Santos.


La pugna que ya data de más de cincuenta años entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Estado Colombiano parece acercarse a su fin. La meta de la rúbrica que marcará el comienzo de una nueva era en Colombia está por cruzarse exitosamente, a pesar de que no se haya concretado plasmar la firma el día 23 de marzo de esta anualidad, como se había anunciado desde fines del año 2015.
La Organización de las Naciones Unidas será la encargada de supervisar y confirmar el pleno desarme de los insurgentes, pero la negociación se estanca en el punto de definir el lugar preciso en que los reclutas y comandos de las FARC-EP se concentrarán para deponer las armas que por casi cincuenta y dos años han empuñado y accionado en contra del ejército colombiano.
Con el éxito de las escabrosas negociaciones comenzadas en 2012, Colombia y el mundo han podido presenciar el final de una guerra civil que se extendió durante poco más de media centuria, dando pie al fin de la guerrilla de mayor antigüedad en América Latina.
Así quedaría resuelto uno de los problemas de mayor envergadura que Colombia ha tenido en las últimas décadas, salvando situaciones que por muchos años se miraron como irresolubles. De concretarse este pacto, el Presidente Juan Manuel Santos entregaría a Colombia y al mundo su mayor obra al frente de su periodo gubernamental.
Han sido muchas las voces que auguran un final improductivo, al igual que los intentos del pasado, en que otros presidentes entablaron diálogos con las FARC-EP.
Las negociaciones han tambaleado por momentos, cuando las municiones han vuelto a hacerse sonar. A pesar de esos tropiezos, las partes en conflicto han manifestado su voluntad de continuar el proyecto de negociación que les encaminará a la firma definitiva de la paz. Luego de que no se hiciera efectiva la firma de la paz el pasado 23 de marzo, se cree que la firma definitiva de esta pugna Estado colombiano-guerrilla de las FARC podría plasmarse entre mayo y junio de la presente anualidad.
Descripción: Guerrilleros de las FARC, a principios de 2016, en la región de Antoquia.
Imagen tomada de la editorial “Colombia: el último empujón” del diario español El País, en su edición del día 26 de marzo de 2016. Consulta realizada en el siguiente enlace http://elpais.com/elpais/2016/03/26/opinion/1458998597_509119.html
Cuando trascurrían los años ochenta hubo en Colombia seis grupos guerrilleros, tres fuertes carteles de narcotraficantes y 15 agrupaciones de paramilitares; sumaban en total 50.000 hombres armados. El Estado colombiano tenía menos de 100.000 y en el 30% de los municipios había una escasa o inexistente representación gubernamental. Así, Colombia resaltaba en las cifras del secuestro y del homicidio a nivel planetario[1].

Ahora el miedo de algunos colombianos parece girar hacia el nuevo espectro político-electoral de su País.
Algunos colombianos parecen tener miedo ahora al nuevo contexto político-electoral de su País, pese a que se cree que las FARC-EP, convertidas en un nuevo partido político de tendencia izquierdista, quedarían reducidas al área rural. Y es que existen casos donde ex guerrilleros han llegado a ser presidentes de sus naciones, convirtiéndose por ende, en Comandantes Supremos de las Fuerzas Armadas a las que por años combatieron, principalmente desde las montañas. Véase el caso del Ex Presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Ceren, el de Dilma Roussef en Brasil, el de Daniel Ortega en Nicaragua o el de José Mujica en Uruguay.
Cerca del final y del principio. El problema en Colombia no es la paz, sino el miedo a una nueva realidad política, tituló Joaquín Villalobos, el 16 de marzo de 2016 en su columna “Tribuna”[2] del diario español El País.
Luego de la firma armisticia vendrá un largo periodo para la reconciliación y el cierre de las heridas que el conflicto ocasionó en lo extenso de su existencia[3], que suman ya cerca de 52 años, pues las FARC-EP surgieron el 27 de mayo de 1964.

No se firmó la paz el 23 de marzo, pero se estima que en pocos meses se llevará a cabo.


El día que se había establecido para la firma definitiva entre las FARC-EP y el gobierno nacional colombiano era el 23 de marzo de 2016, sin embargo, la fecha se postergó. Lo que no significa que el camino que queda esté exento de dificultades. El atasco que se ha producido en los últimos momentos, a pesar de la intensa implicación de ambas partes desde el 1 de marzo, tiene que ver con un par de frágiles asuntos. Uno de ellos, el momento en que deberá empezar a aplicarse la amnistía a los guerrilleros que no tienen delitos graves; el otro, las zonas y la manera en que deberán concentrarse los efectivos de las FARC cuando se firme el acuerdo para que se apliquen los lineamientos establecidos en el aspecto de “justicia”. El gobierno busca que los guerrilleros queden a disposición de la Ley en zonas despobladas, a lo cual las FARC-EP se oponen, pues han dicho que deponer las armas en zonas inhabitadas sería quedar en automático en una “prisión a cielo abierto”.
El 23 de marzo de este año, fecha establecida para la firma definitiva de la paz, el periodista Javier Lafuente del diario español El País, bajo el encabezado “El Gobierno de Colombia y las FARC se enredan en el día previsto para la firma de la paz” informaba que con el aplazamiento de las rúbricas aumentaba el escepticismo sobre el proceso iniciado en La Habana, Cuba en 2012[4].
Decía el periodista Lafuente que así se había expresado el jefe de la delegación de las FARC-EP, con motivo de la postergación:
“No fue posible el acuerdo final por las consecuencias lógicas de la guerra en Colombia”,…”Actuamos bajo la idea de llegar a la construcción de un buen acuerdo. El 2016 será el año de la paz”.
En tanto que el gobierno de Colombia, por conducto de su vocero Humberto de la Calle, se manifestaba así referente a la posposición de la firma:
“Con toda honestidad, tenemos que informar a la opinión pública que en este momento subsisten diferencias importantes con las FARC sobre temas de fondo. No vamos a llegar a acuerdos de cualquier manera. Para el Gobierno, el acuerdo que se logre no puede ser un acuerdo cualquiera”…”No estarán las partes indefinidamente en La Habana”.
Tras bambalinas se encuentra el polémico caso de la localidad de Conejo en Febrero de este año, donde los negociadores de las FARC aparecieron con soldados armados de las FARC-EP. Los críticos del proceso dijeron que ese incidente era un anticipo de lo que realmente sucederá posteriormente de que se plasme la firma definitiva y el sucesivo desarme de los insurgentes.
Las FARC-EP dijeron que algunos medios al servicio de la guerra, alimentada por los más poderosos, les atacaban de esa manera, pero que pese a ello la paz se concretará.
Conocedores de los diálogos desaprueban que con la postergación de la firma se trate de una crisis, sí reconocen, en cambio, un estancamiento en los asuntos más difíciles de ultimar: las áreas y la forma en que los guerrilleros quedarán concentrados tras la firma y la entrega de armas.
Anteayer se dio a conocer desde Caracas, Venezuela, que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha iniciado diálogos por la paz con el gobierno de su País, también Colombia. El ELN es la guerrilla con más números de soldados, después de las FARC.

La Coordinadora General Simón Bolívar (CGSB).
Al leer el documento “Ni un tiro más entre los guerrilleros colombianos. Un poco de Historia”[5], publicado por Milton Hernández el 3 de abril de 2007, se desprende que la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB) nació en septiembre de 1987 y participaron en esa fundación las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ( FARC), el Ejército Popular de Liberación (EPL), el Movimiento 19 de Abril (M-19), el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el Movimiento indígena “Quintín Lame”, el movimiento de Integración Revolucionario Patria Libre (MIR) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Dos años antes – en mayo de 1985- todas las organizaciones guerrilleras mencionadas aquí, exceptuando a las FARC, constituyeron la Coordinadora Nacional Guerrillera (CNG). Desde aquel mayo de 1985, la CNG procuró ampliar sus nexos con las FARC[6].
Según Milton Hernández, del ELN, no existía posibilidad alguna de que el proyecto unitario creciera, sin no lograban incluir a las FARC.
He aquí un extracto del texto “ni un tiro más entre los guerrilleros colombianos. Un poco de historia”, publicado por Milton Hernández, del ELN, el 3 de abril de 2007.
“Si las FARC y el ELN en verdad queremos seguir sirviendo a los intereses de la patria y de las mayorías nacionales, no debemos sacrificar de la noche a la mañana todo lo que hemos conquistado en estas cuatro décadas, con sangre, heroísmo y esfuerzo. De persistir en las agresiones y la arrogancia demostrada en algunas regiones nos convertiremos en los mejores aliados de esa derecha paramilitar y criminal que lleva años y años tratando de destruirnos sin conseguirlo. Paradójico y cruel, pero cierto”[7].





El 15:00 horas del lunes28 de marzo de 2016. Columna “Tribuna” con el título “ Cerca del final y del principio”

[2] Consulta realizada a las 15:00 horas del lunes28 de marzo de 2016 en



[3] Consultado el Lunes, 28 de marzo de 2016 a las 14:39 horas en la editorial “Colombia, a un paso de la paz” del diario español El País, en su edición del día 20 de enero de 2016

[4] Consulta realizada a las 15:05 horas del día lunes, 28 de marzo de 2016 en http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/23/colombia/1458757136_656942.html

[5]Consultado a las 19:37 horas del día viernes, 18 de marzo de 2016 en http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/Crisis%20en%20las%20FARC%20y%20el%20ELN%20en%20Colombia.pdf

[6] Hubo casos en que entre los mismos grupos guerrilleros se enfrentaron o se ocasionaron algún perjuicio por medio de sus armamentos.

[7] Finaliza también todo este texto titulado “Ni un tiro más entre los guerrilleros colombianos. Un poco de Historia”, publicado por Milton Hernández, del ELN, el 3 de abril de 2007.