Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

lunes, 13 de junio de 2016

Las riquezas y pobrezas de la sierra de Guerrero.
Esteban Hernández Ortiz
Muchos subregiones de la sierra poseen un clima adecuado para cultivar aguacate, producto agrícola con mercado en la industria gastronómica, farmacéutica y cosmética, pero establecer una parcela lleva hasta siete años para llegar a la producción, pero una vez en “parición”, los aguacates pueden durar produciendo hasta cuarenta o cincuenta años. El Servicio de Inspección de Inocuidad de Plantas y Animales (APHIS) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) anunció el 27 de mayo de 2016 que ya se permitirá la importación de los aguacates de la variedad Hass de todas las entidades de la República Mexicana a los Estados Unidos. Las condiciones climáticas de la Sierra de Guerrero son favorables para el cultivo de aguacate Hass. Si los gobiernos invierten para detonar la producción de este fruto, los habitantes de la región mejorarán su calidad de vida, al mejorar sus ingresos económicos.
No se invierte lo suficiente en la apicultura; tampoco en agricultura orgánica: Floricultura, fruticultura y horticultura. Tampoco se invierte en la cría de peces, actividad que puede servir para procurar la alimentación propia de los lugareños y a la vez, para vender, pero salir del círculo vicioso donde se produce para vender y se compra para comer. Así se evita transportar alimentos, pues se auto consume.

La tala inmoderada ocasiona una serie de perjuicios. Al ser derribados, los árboles dañan a los arbustos o árboles más jóvenes que habitan bajo su sombra. El suelo se erosiona, ya sea por lluvia o por el viento. Diversos estudios demuestran que los suelos pierden un centímetro de la superficie enriquecida con humus y otros cuerpos que elevan la fertilidad de los suelos. Las aves tienen cada día menos espacio para vivir. Los mantos acuíferos se dañan. En la sierra nacen la mayoría de los ríos de Guerrero. Por lo menos, nacen aquí sus principales afluentes de los ríos. En el marco de la norma jurídica nacional los recursos naturales son propiedad de la nación, no de los grandes pudientes.

La niñez y juventud de la sierra primero necesita alimentarse. No podemos decir: “Voy a imaginar que como un guajolote y así podré estudiar, trabajar o hacer ejercicio”. Una sierreña o un sierreño mejor educados serán mujeres y hombres más fraternos, más cultos y más solidarios; no mirarán a sus amigos y familiares hacia abajo. Habrá más cariño, más amor. Cito aquí un extracto poético del gran pensador Netzahualcóyotl[1]:

Amo el canto del zenzontle,
pájaro de cuatrocientas voces.
Amo el color del jade
y el enervante perfume de las flores,
pero más amo a mi hermano: el hombre.

Es muy probable que en las entrañas de la sierra existan enormes yacimientos mineros y nuestros pueblos continuarán en la pobreza, aun cuando se empiecen a explotar esas minas.




[1] Amo el canto del cenzontle. Nezahualcóyotl (1402-1472). (primer párrafo en náhuatl). Consultado a las 21:04 horas del día sábado, 11 de junio de 2016 en  http://www.mundopoesia.com/foros/temas/amo-el-canto-del-zenzontle.483615/

lunes, 23 de mayo de 2016

El perro de la estación Bedridge. (Siempre a tulado, hachiko)

El perro de la estación Bedridge.
Esteban Hernández Ortiz.
Un perro hermoso que parece lobo, tiene sus patas, el abdomen y la mitad de su rostro en color blanco; en tanto que su lomo y parte superior de las orejas son de color dorado o bermejo. Su cola no es menos hermosa y su trompa es de color negro.
Un profesor de piano, llamado Parker Wilson, halló a este cariñoso perro que estaba abandonado en la estación de tren en Bedridge, y lo lleva consigo a casa, pensando en devolverlo a su dueño. El canino nació en Akita, Japón, en 1923.
Un amigo del profesor Parker, de nacionalidad japonés dice que el collar del perro quiere decir “hachiko” y así se le empieza a llamar.
Hachiko siempre acompaña al profesor de piano, cuando este se dirige a la estación del tren para ir a impartir sus clases de piano y con el paso de los días, hachiko empieza a identificar también la hora en que el profesor Parker baja del vagón del metro en la estación Bedridge.
“Buenos días, profesor, aquí está su café”, le dice un señor que vende café. Hachiko brinca de gusto y trata de abrazar a su amo; el profesor Parker le corresponde a los ternuras de su can y también lo llena de cariños.
Hachiko siempre espera en su tierna pos de canino, sentado sobre una especie de pileta de ladrillos, en cuyo centro se encuentra un pequeño árbol, en aquella plazoleta de la estación Bedridge. Estaciones del año van y estaciones del año vienen, y hachiko sigue bastante disciplinado en su costumbre de esperar al profesor Parker a las afueras de la estación del tren.
Un día, hachiko alcanzó al profesor y e llevó una pelota amarilla, sujetada en su hocico. Aquel día fue el último que vivió el profesor de piano, pues en un momento, mientras impartía su cátedra, bajo del escenario y se sentó como relajándose, empezó a platicar a sus alumnos, luego brincó y decidió ir a sentarse en una silla vacía, junto a una alumna, él tenía en sus manos la pelota amarilla que hachiko le había llevado a las afueras del tren. En cuestión de segundos, el profesor cayó al piso, muerto, al parecer de un infarto.

Hachiko no entendía que su amo había fallecido y todos los días iba a esperarlo en la plazoleta, a las afueras del metro en Bedridge. Ahí estaba en el lugar de siempre y con la misma gente –cómo diría Juan Gabriel-. La nieve caía en forma diminuta sobre el cuerpo de hachiko pero este no se iba y esperaba y esperaba. La gente pasaba y le decía: “Hola hachiko, que tengas larga vida”. “¿Cómo estas hachiko?”. Un día el hijo del profesor Parker decide cambiarse de casa, encierra a hachiko, pero tan pronto como este puede se echa a correr hacia la estación del tren. Camina sobre los rieles y aunque por momentos se confunde y no sabe qué camino tomar, cuando se encuentra con un cruce o desviación, sigue su camino hasta la estación. hachiko duerme debajo de un vagón y despierta cuando un tren pasa con sus estruendos.
Es la navidad, hay muchos árboles adornados con luces. Hachiko no se marcha, aunque la nieve sigue cayendo. El perro duerme y sueña a su dueño. Sueña que juegan, que corren, que se abrazan…que se encuentran en la estación y que se abrazan.
Días después, la viuda del profesor Parker va a la estación y encuentra a hachiko, lo abraza, mientras el señor que vendé café observa y la nostalgia le invade, al grado que decide dar la media vuelta, simulando no haber visto la escena y se empieza a limpiar sus lágrimas.
Un señor que vende salchichas ha decidido darle de sus productos a hachiko para que se alimente. La historia de hachiko empieza a correr fama por doquier y un día llega un periodista, levanta un reportaje y hachiko cobró todavía más fama, al grado que cuando el mortal canino hubo de emitir su último suspiro, se montó una estatua de bronce con la figura de hachiko.
El cineasta Richard Gere hace el personaje del profesor de piano Parker Wilson.
Pude disfrutar de esta película hoy, cuando viajaba de San Jerónimo a Chilpancingo. Salí de San Jerónimo a las 12: 30 horas. Ayer mientras estaba el descanso por el medio tiempo del partido seminifalista entre Pachuca y León, salió un breve anuncio sobre hachiko; mi hijo Saúl me contó brevemente la historia, pero hoy la vi más amplia en esta cinta, titulada "siempre a tu lado, hachiko"

viernes, 20 de mayo de 2016

Ya se firmó el contrato con la empresa Editorial. A mediados de Agosto salen a la venta los ejemplares de: “El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero”.

Ya se firmó el contrato con la empresa Editorial.
A mediados de Agosto salen a la venta los ejemplares de:
“El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero”.
Mi boleto indicaba que la salida sería a las 00:26 horas de la central de autobuses de Chilpancingo, con destino a la central del norte, de la Ciudad de México; sin embargo, el autobús salió a la una de la mañana, pues traía un retardo en su trayecto desde la Costa Grande. Antes de salir de casa, mi esposa me ofrece un café, pero yo le dije que quería dormir un poco en el viaje y que consideraba mejor no beber una taza de nuestro grano aromático.
En la central de Chilpancingo me saludo con una ex compañera de estudios en la Escuela Superior de Ciencias Sociales de la UAGro. Hace mucho tiempo que no nos mirábamos, entablamos un diálogo por varios minutos, pues ella salió a las 11:30 horas del Jueves hacia el puerto de Acapulco.
Eran las 05:35 de la mañana cuando escuché que el operador del autobús exclamó con voz fuerte: “Servidos, hemos llegado a la Central del Norte”. Recuerdo haber visto un señalamiento de la SCT que decía: “Huitzilac”. Estábamos para entonces en Tres Marías, Morelos.
Después, también recuerdo haber visto la imagen de una inmensa urbe iluminada por miles y miles de lámparas, seguramente circulaba el autobús ya más adelante de Topilejo, en las cercanías de la capital federal.
En la central del norte, un joven trabajador de una línea de autobuses me dice cómo debo dirigirme para llegar a la estación del metro Tacuba, que es donde yo debo tomar un microbús, el cual me trasladará a Lomas de Tecamachalco, en la municipalidad de Naucalpan, Estado de México.
En la multitud de pasillos que tiene la Estación “La Raza” existen cuadros que muestran las eras por las que ha pasado nuestro planeta; también hay cuadros con información de la teoría de Charles Darwin, aquel británico que el 27 de diciembre de 1831 partió en el buque Beagle, cuando andaba en sus 22 años. Darwin exploró varios lugares del mundo, entre ellos las Islas Galápagos, en el Océano Pacífico, en las costas del sur de América. De aquella travesía, que inició en 1831 y que culminaría cinco años después, Darwin obsequiaría al mundo su obra “El origen de las especies”.
Ya en uno más de esos cruces para abordar el metro, observé una reflexión del autor de “Romeo y Julieta” (William Shakespeare). Así dice Shakespeare: “Ama a todos, confía en pocos y no hagas daño a nadie”.
Ya al llegar a Tacuba, salgo de la estación del metro y me tomó, ahora sí, un café. Transcurren varios minutos y dieron las seis 25 de la mañana. Eran las siete de la mañana cuando yo estaba en Lomas de Tecamachalco, EDOMEX y me dispuse a buscar la dirección exacta de la editorial Rosa María Porrúa.
Durante el intervalo, hasta llegar a las doce del día, entro a un ciber y redacto la mayor parte de estas líneas. Más tarde, sólo las complementé.
Un trabajador de una gasolinera me dio referencias para llegar al lugar de mi cita, pero, como soy un provinciano a veces muy despistado, pues me enredé y no encontré el lugar. Luego de que yo diera varios palos de ciego, un trabajador de Correos de México me preciso exactamente el lugar a donde tenía que presentarme y se resolvió mi dilema.
La señora Rosa Ma. Porrúa, nieta del fundador de la empresa Porrúa, me atiende y me explica varios por menores del contrato; también me obsequia dos ejemplares de libros escritos por ella. Yo le he traído un frasco de miel cosechada en nuestro apiario que se ubica, en las cercanías de La Pintada.
Finalmente quedó suscrito el convenio entre mi persona y esta editorial para la publicación del Libro “El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero”. Algunos amigos participaron en la preventa del libro; otros me apoyan con préstamos económicos y un pariente que se encuentra trabajando en los Estados Unidos, dice que “de todo corazón” dona una lanita para este proyecto.
En los próximos días tengo que definir si la edición digital la realizo a través de AMAZÓN o por medio de una cuenta propia que yo mismo tenga que abrir.
Ediciones Rosa Ma. Porrúa va a abrir, próximamente, una casa en Los Cabos, Baja California Sur, un lugar emblemático lugar que es visitado por turistas canadienses y estadounidenses durante gran parte del año.
Gracias a quienes compran por anticipado este material: Flaviano Ojendiz, María Eleazar Hernández Ortiz, Juan Carlos Pérez González, Carlos Valdez Nava y Antonio Valdez Nava.
Gracias a quienes confían en mí y me han apoyado económicamente: Yinis Antonio Reynoso y Aurelio Vázquez Villanueva.
Gracias a los paisanos que trabajan arduamente en los EE.UU y que desde allá enviaron un dinero en calidad de préstamo: Luís Araujo y Martín Lucena.
Hay amistades que hasta ayer por la tarde y por la noche se habían comunicado conmigo informándome que hoy harían sus depósitos.
Las personas que han confiado en hacer los préstamos, han recibido mi promesa de que en cuando estos ejemplares sean vendidos, su dinero retornará a sus manos.
Dentro de algunas horas volveré a la Ciudad cuna de los sentimientos de la nación. Mañana hay que estar presente en el examen del CENEVAL para buscar ingresar a los estudios de la Maestría en Humanidades en la UAGro.
La etapa que sigue es reunir el otro 50 % del costo por la edición e impresión de nuestro material. Así que se vale hacer compras en preventa, para los que no han podido hacerlo. Saludos y abrazos cordiales para tod@s.
Desde Naucalpan de Juárez, Estado de México, su amigo de hoy y siempre: Esteban Hernández Ortiz.

jueves, 19 de mayo de 2016

En busca de una maestría en Humanidades.

Hay gente muy amable en esta sociedad, que en ocasiones parece corroerse velozmente y en la cual los seres humanos suelen tratarse entre sí en forma áspera y con escasa buena voluntad.
La tarde de ayer, me atendió, vía telefónica un trabajador de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), de manera muy gentil. Por espacio de varios minutos me estuvo guiando para acceder a una página de Internet del Centro Nacional de Evaluación (CENEVAL).
Soy aspirante a la maestría en Humanidades de la Unidad Académica de Filosofía y Letras de la UAGro y gracias a la eficiente orientación de un empleado del área de atención en la Rectoría de la UAGro logré obtener mi pase de ingreso al examen que se sustentará este sábado a partir de las nueve de la mañana.
Todavía hay gente muy servicial y dispuesta a auxiliarte con humildad y sencillez. Tal vez ya queden pocos seres de esta clase.
Eran las cuatro de la tarde con tres minutos cuando finalizamos nuestra conversación y finalmente pude obtener el documento que me dará el acceso a la sala de aplicación del CENEVAL este próximo sábado.
El empleado de la UAGro se llama LUCINO CANO y trabaja en el área de atención en la Rectoría de la UAGro.
Por cuanto a la probabilidad de mi aceptación en la maestría no puedo echar las campanas al vuelo, pero tengo fe en la justicia divina y aunque en menor grado, también tengo fe en la justicia de la especie humana.

Mientras escribo estas letras de mi agradable experiencia con la gentileza del trabajador de la UAGro, interactúo con dos paisanos de El Paraíso, Guerrero, que me están apoyando para lo del libro. Ellos se encuentran ahora trabajando en la unión americana.



martes, 3 de mayo de 2016

Día de los albañiles y día de la Cruz.

Texto que publiqué en mi facebook el día 4 de mayo de 2012. También le di lectura en el noticiero de televisión en canal 8, cable costa de Atoyac.
EL DÍA DE LOS ALBAÑILES
ESTEBAN HERNÁNDEZ ORTIZ
Ayer fue el día del albañil, también se celebró el día de la cruz. En este oficio se escala, hay ascensos y no por las alturas de los edificios que se construyen, sino por los aprendizajes que se van captando. La mayoría empieza como ayudantes, luego responden por sí mismos y se hacen cargo de construcciones de pequeña o mediana dimensión. Empiezan haciendo pisos, revoques, pegando tabique o haciendo una pequeña pila para almacenar agua. Les llaman albañil de media cuchara. Después avanzan y se hacen cargo de trabajos mayores, como por ejemplo una loza, nivelan bien y dejan ligeramente la caída del agua, a veces hay errores, como en todo y el agua se encharca, pero nuestros albañiles dan la cara y corrigen. En ocasiones no falta el desobligado que se hace de la vista gorda y deja las cosas como quedaron si acaso salieron mal. Al paso del tiempo, cuando la experiencia ya es mayor, muchos albañiles entienden en mucho el plano arquitectónico en que se basa la obra, dialogan con bastante fluidez con el ingeniero y el entendimiento entre ambos no se dificulta.
Los días transcurren entre canciones que se armonizan cantando y chiflando. La mayoría son de amores y desamores, como Rosita de Olivo, el Chubasco, Cruz de olvido, albur de amor, pues el albañil es más romántico y menos dado a los corridos, aunque no los abandona por completo, de cada en cuando se entona Los dos amigos, La Carga Blanca, y muchas otras composiciones que en los grandes escenarios presentan Lorenzo de Monteclaro, Cornelio Reyna y Los cadetes de Linares, entre otros solistas y grupos.
El albañil y su ayudante también hacen dupla o pareja como los agentes de tránsito, a veces buena pareja, a veces mala. Cuando el día se acaba, el albañil pide a su ayudante que levante los fierros, esto es lavar la pala, la cuchara, la mezclera y los botes, o sea las latas en que se acarrea la mezcla; también se guarda la plomada, el serrote, la segueta, el cincel, la grifa, el marro y el martillo. Así pasan los días, donde los recuerdos de la mujer que nos trajo al mundo son frecuentes al tono de un silbido.
También abundan los piropos y el tono dicharachero, aunque hay que resaltar que el mero mero de los refranes que identifica al albañil es “Una de cal por dos de arena”. Hay dichos que complementan el folclor lingüístico de nuestros obreros: ay se va, más o menos, dos que tres; para afirmar algo, los albañiles acostumbran decir simón o cirol.
Hasta hace poco usaban provisionales gorros del papel de los bultos de cemento, hechos con su creatividad para protegerse de los rayos solares. Cuando se cuela la loza, los trabajadores pasarán un momento muy alegre al final de su jornada, pues el patrón prepara mole con arroz, agua fresca y cerveza.
Ahora ya abundan las revolvedoras, pero antes todo la revoltura se hacía a capela, a pura fuerza de brazo y con pala en mano desde las cinco de la mañana para que cuando el sol estuviera plomo, ya la chamba casi se terminaba. Entre diez y quince días después, el encargado de la obra hará el descimbre, quitará todas las maderas que sostuvieron el concreto mientras fraguaba para amacizar lo suficiente y ser el techo de cemento y varilla, mucho más fuerte que el techo de cartón, teja de barro o lámina.
El 3 de mayo los albañiles con serrote en mano cortan dos pedazos de madera de la que se usa en la obra y hacen una cruz, la adornan con papel, si pueden la llevan a bendecir a la iglesia y la colocan en la pared, en el techo o en algún lugar fácilmente visible. El propósito es ahuyentar la mala vibra que por ahí rondé y siendo más religioso, habría que decir que se busca alejar los malos espíritus para proteger del mal al patrón y a sus trabajadores.
Los sábados es el día de la raya. Los albañiles y sus ayudantes reciben el sueldo de la semana, la mayoría de ellos acostumbra tomar unas cervezas, dizque para olvidar las penas, al principio dicen que para relajarse y sacar el estrés acumulado durante las arduas jornadas de la semana, pero luego casi todos caen en el exceso y alguna que otra vez llegan muy tarde a casa o de plano mejor se aparecen hasta el día domingo, con muy pocas monedas en el bolsillo. Por fortuna muchos corrigen y abandonan la práctica en la medida que pueden con su fuerza de voluntad.
Claro que también hay albañiles y ayudantes que aunque se tomen unos tragos, hacen esfuerzos y de su pago semanal ahorran un porcentaje, lo guardan en casa o llevan de poco en poco a la casa de materiales y al transcurso de cierto tiempo ya cubrieron por adelantado el pago de una tonelada de cemento o algunas varillas; así construirán una habitación para sí mismos y darán forma a un pequeño patrimonio. La mano de obra no se pagará pues el albañil no se cobrará a si mismo y su esposa e hijos harán el papel de ayudantes. Se niegan a desperdiciar el producto de su trabajo.
El oficio de albañil es digno como todo trabajo honrado, aunque a veces caemos en el error de exclamar adjetivos que descalifican a los trabajadores de la construcción. Comúnmente le decimos a un niño o joven que si no estudia se quedará a trabajar de ayudante de albañil.
Pero el albañil no siempre ha trabajado con mezcla de cemento, también ha hecho miles de viviendas con adobe y lodo. Casas altas y con extensos corredores donde los niños jugaban trompos, canicas, lotería y rayuelas. Los corredores tenían campo suficiente para extender una hamaca y descansar disfrutando el aire del atardecer. No pueden faltar las ventanas del lado oriente y al poniente, pues desde hace muchos siglos nuestros antepasados aprendieron que había que aprovechar la iluminación del sol al amanecer que entra por el oriente y que al atardecer nos da claridad al poniente. Ese es uno de los aprendizajes que en el conocimiento empírico el hombre ha acumulado.
Vaya que una de las mejores obras literarias mexicanas es Los albañiles, del autor Vicente Leñero, nativo del Estado de Jalisco. Ahora se escenifica en una película que lleva el mismo nombre. El actor Ignacio López Tarso, hace el papel de velador, borracho como casi todos los trabajadores de la construcción, pero además es adicto a la mariguana, el estupefaciente cuyo nombre científico es Cannabis Sativa. El velador de esta película padece de ataques nerviosos; sus cuates de trabajo ya saben y cuando lo miran desplomarse, lo ayudan de inmediato. Es el mismo actor que representa a Porfirio Díaz en el documental “el encanto del águila”, o el mismo que en la telenovela “Mar de amor” protagoniza a “El Mojarras” en aquel pueblo de pescadores del Estado de Campeche. En “Mar de amor” participa junto a Ninel Conde y Manuel Landeta.

Otra actuación maravillosa en esta película es la de uno de los personajes del cine que a muchos nos toca el corazón con la forma en que se desenvuelve, se trata de Don Adalberto Martínez, bastante conocido con el sobrenombre de “El Resortes” y quien la mayoría de las veces representa a personas de extracción muy humilde.
A todos los albañiles y sus ayudantes, muchas felicidades en su día.
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