Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

lunes, 1 de mayo de 2017

El trabajo en América, antes y después de la Conquista.


El trabajo en América, antes y después de la Conquista.

Esteban Hernández Ortiz

Desde 1492 Europa conquistó el Atlántico, océano que ahora se sumaba a la navegación comercial y militar que hasta ese entonces se realizaba en el mar Mediterráneo, el Océano Índico  o mar árabe y el mar de la China, llamado también Océano Pacífico (Santana Hernández. 2011: 32). Todo, gracias a que el genovés Cristóbal Colón surcó esas aguas pensando que se dirigía a las Indias desde que zarpó del puerto de Palos.

Posterior a la conquista militar y espiritual siguió la conquista mercantil y científica a lo largo y ancho de América Latina. Boaventura de Sousa dice que ante la interrogante ¿tienen alma los indios?, en 1537 el papa Pablo III contestó afirmativamente en su bula Sublimis Deus, al precisar “los indios son verdaderamente hombres y […] no sólo son capaces de entender la Fe Católica, según nuestra información ellos desean extremamente recibirla” (De Sousa. 2014: 27).

En el violento sometimiento, mismo que se acompañó de una conquista religiosa, morirían gauchos, que son los vaqueros mexicanos, pero en Uruguay, Argentina y sur de Brasil. Un decreto argentino de 1815 estableció que todo hombre de campo que no tuviera propiedades sería reputado sirviente, con la obligación de presentar tarjeta visada por su patrón trimestralmente. Al norte de Argentina surgió un rebelde de nombre Felipe Varela, quien decía que “ser provinciano es ser méndigo sin patria, sin libertad, sin derechos”. El aguerrido Varela fue el último líder y acabó sus días enfermo de tuberculosis y en la miseria en 1870 (Galeano. 2003: 300). También mueren guaraníes, aztecas y purépechas. El genocidio es bastante. El término Genocidio  fue acuñado en 1944 por primera vez por Raphael Lemkin, un judío polaco. Significa “matar a la familia, tribu o raza.

Con todos los millones de muertos que costó la Conquista América Latina continuó y continúa siendo invadida por medio de la colonialidad. Los textos constitucionales que todas las naciones americanas poseen respecto a la libre determinación de los pueblos contrastan con la realidad.

Para Antonio Elizalde el desarrollo surge vinculado al esfuerzo político por hacer transitar a los países pobres por un camino que les permita superar su pobreza o carencia de desarrollo (subdesarrollo).

            En un absurdo eurocéntrico se denomina “americano” al hombre estadounidense, lo mismo que a la ropa, calzado u otros productos de fabricación o producción hecha en Estados Unidos de América del Norte, conocido también por sus siglas anglosajonas “U.S.A.”. El cantante puertoriqueño “Calle trece” alterna con el grupo mexicano “Los tigres del Norte” en la canción “América”. Es una forma de dar un concepto a nuestra América en forma distinta a la eurocéntrica.  Puede observarse el video en http://www.dailymotion.com/video/x2l3qrl

Para Aníbal Quijano, el desarrollo es un término que desde la Segunda Guerra Mundial ha cambiado muchas veces de nombre y de apellido, tironeado entre un consistente reduccionismo economicista y los reclamos de todas las otras dimensiones de la existencia social”. Fue una de las más movilizadoras propuestas del medio siglo XX.

Estados Unidos de Norteamérica se instauró como la nación más fuerte del orbe posterior a la Segunda Guerra Mundial en términos económicos y armamentísticos, aunque contradictoriamente, para 2015 Estados Unidos fue el país más endeudado del mundo (http://www.datosmacro.com/deuda/usa). Este país norteamericano nació de un conjunto de trece colonias europeas que con su independencia (1774-1783) marcó el primer ejemplo de revolución burguesa y liberal y pasó de ser un conjunto de colonias a país colonizador que en lo que va del siglo XXI sigue manteniendo en la colonialidad a América Latina.

 “América para los americanos”, ¿Así sería de verdad? Aquel enunciado fue proclamado por James Monroe, quien en 1816 pasó a ser el huésped oficial de la Casa Blanca, él era un partidario convencido del expansionismo. En el discurso que Monroe dio el 2 de diciembre de 1823 respecto al estado que guardaba su nación, anunció las bases políticas de su doctrina, la cual se edificaba sobre dos aspectos fundamentales: el postulado de la no colonización por ninguna potencia europea en el continente americano; y el principio que estimaba a toda intervención europea en el hemisferio como una osadía a la paz y la seguridad de Estados Unidos. Esta política exterior de Estados Unidos selló durante más de cien años sus relaciones con América Latina.

En el mismo transcurrir de los primeros años de la década de 1820, exactamente en 1823, el principal ideólogo del imperio británico, George Canning, celebraba sus victorias universales. La edad de la caballería estaba entrando al pasado y ahora surgía una edad de economistas y calculadores. Londres estaba de manteles largos, Napoleón había enfrentado la derrota varios años atrás (Galeano. 2003: 283). Al año siguiente, Canning escribía: “La cosa está hecha; el clavo está puesto, Hispanoamérica es libre; y si nosotros no desgobernamos tristemente nuestros asuntos, es inglesa”.

La revolución industrial estaba en auge e Inglaterra era la mayor economía del momento. Ya desde antes de las emancipaciones de los nuevos países en Latinoamérica, Inglaterra llevaba en buena parte el control del comercio entre España y sus dominios, y no sólo abastecía de sus mercancías a las colonias que había establecido en la costa Este de los Estados Unidos.  Los telares de Manchester, las ferreterías de Sheffield y otros productos inundaron los mercados latinoamericanos.

En la Nueva España el yugo opresor hacia los trabajadores no tenía límite. Cuando nacía el siglo XIX, Alexander Von Humboldt calculó el valor de la producción manufacturera en México en unos siete u ocho millones de pesos. La mayor parte correspondía la industria textilera, la cual crecía a hombros de los indios que trabajaban encarcelados en talleres desde antes del amanecer hasta bien entrada la noche.

Después de la emancipación, Europa seguía presente, no se le había desterrado del todo. José Martí impulsa un contradiscurso eurocéntrico en América Latina. Martí asegura que “el problema de la independencia no era el cambio de formas, sino el cambio de espíritu”, por ello es que “la colonia continúo viviendo en la república”. “Éramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica y la montera de España” (Santos Herceg. 351).

Eduardo Galeano dice que luego de que Vicente Guerrero llegara al poder en 1829, pronto cayó en la indiferencia de los trabajadores, porque no tuvo voluntad o porque no supo poner un dique a la importación de mercancías europeas (Galeano 2003: 295). Lucas Alamán, un político conservador advirtió que las ideas de Smith contenían veneno puro y propició la creación del Banco estatal llamado “banco de avío”, con el propósito de impulsar la industrialización (Galeano 2003: 296). A México lo seguían saqueando.

Luego, Alamán se hizo industrial y creó la mayor fábrica textil mexicana “Cocolapan”. Después organizó a los industriales como grupo de presión ante los sucesivos gobiernos librecambistas. El católico Alamán tampoco planteó la cuestión agraria para beneficiar a los trabajadores del campo que no poseían ni una pizca de tierra. Los campesinos mexicanos esperarían hasta que el ejido se elevara a rango jurídico mediante la Ley agraria impulsada por el General Lázaro Cárdenas.

La colonialidad es el continuum de la colonización en América Latina. Hasta antes de 1870, Paraguay era el estado latinoamericano que no caía en manos del imperialismo europeo y estadunidense. La nación identificada con la canción pájaro chogüi (Galeano. 2003: 295) caía ante el embate de una guerra tripartita conocida como la Triple Alianza, Brasil, Uruguay y Argentina atacaron a sus hermanos latinoamericanos paraguayos. Inglaterra saca una provechosa tajada de esa guerra, pues el banco de Londres otorgó empréstitos a los invasores. Los mercaderes, banqueros e industriales ingleses se ven beneficiados (Galeano. 2003: 309).

El agente norteamericano Hopkins remitía informe a sus jefes diciendo que en Paraguay “no hay niño que no sepa leer y escribir…” (Galeano. 2003: 309). Paraguay no debía ni un centavo al exterior, no obstante su independiente status económico, la nación mantenía el mejor ejército sudamericano. El sistema de gobierno paraguayo determinaba que los campesinos trabajaran la tierra con la obligación de cultivarlas permanentemente, pero sin el derecho a venderlas. Los paraguayos rescataron la tradición autóctona de levantar dos cosechas anuales, medida que había sido relegada por los conquistadores.

Cuando algunos investigadores aseveran que el rol de “héroe malo” que jugó Europa, lo hubiesen desempeñado los chinos, los árabes o los hindúes, si hubieses tenido la misma oportunidad de colonización que los europeos tuvieron, Wallerstein define a dicho argumento como una visión de la historia moderna muy eurocéntrica  en su antieurocentrismo, por que acepta el valor del logro europeo precisamente en los términos en que Europa lo definió, afirmando simplemente que otros también podrían haberlo hecho (Wallerstein. 2002: 203-204).



FUENTES DE CONSULTA.



·         De Sousa Santos, Boaventura. Epistemologías del Sur. Ediciones Akal, 2014.

·         Dussel Enrique, Filosofía, historia de las ideas e ideología en América Latina y el caribe. Una nueva edad en la historia de la filosofía. Universidad Nacional Autónoma de México, México 2011. Santana Hernández, Adalberto, coordinador.

·         Galeano Eduardo, Las venas abiertas de América Latina. Siglo XXI Editores. 2003.

·         Wallerstein Immanuel. Siglo XXI editores, Conocer el mundo, saber el mundo: el fin de lo aprendido.




lunes, 17 de abril de 2017

En el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, año 2000.

Año 2000, Cuarto Congreso Nacional de Derecho Constitucional en la Universidad Nacional Autónoma de México. En este evento presentaron ponencias personajes como el ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado, la periodista Carmen Aristegui, el jurista -ya fallecido- Ignacio Burgoa Orihuela. También el Doctor en Derecho Diego Valadez, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, y quien se desempeñaba como Procurador General de la República cuando ocurrió el asesinato del candidato del PRI a la presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Recuerdos de mi Escuela Secundaria Técnica 76.

Calle Morelos, frente a la casa de don Guadalupe Mejía. Es el desfile el día veinte de noviembre de 1986. Está borrosa la imagen, pero le daremos mejor resolución para compartirla más legible. Adelante, de izquierda a derecha se encuentran cargando Ederly Adame, José Castro, y Joaquín Adame, hermano de Ederly.
Arriba estamos Leonel García, Humberto Dimas Ríos y el que esto publica. Tras de nosotros están Misael Adame Sotelo y un amigo, cuyo nombre no recuerdo ahora, pero sus padres vivían en El Ranchito. Hasta arriba se ubica un amigo de apellidos Cortez Leyva y abajo está parado José Eleazar Rodríguez Tinoco, hijo de don Cándido Rodríguez.

Foto de clausura, el viernes 30 de junio de 1989. Ya la Secundaria ocupaba este predio que si no mal recuerdo, la sociedad de padres y las autoridades del pueblo convinieron con el señor Santiago Aguilar para que a un precio justo les vendiera esta propiedad que era suya.

Arriba de izquierda a derecha: Ernesto Rivera Hipólito, un amigo hijo de un herrero que por muchos años trabajó en el pueblo, sigue Julio Cesar Ulrico Bautista. Después está en camisa azul, manga larga, nuestro asesor del grupo 3o. "B", el profesor Miguel Ángel Sandoval Román, un profesor que llegó al pueblo cuando la secundaria trabajaba en la cancha de futbol, allá por finales de los años setenta y comienzos de los ochenta. Nuestro profesor Sandoval Román es nativo del municipio de Teloloapan, hoy es director de una secundaria en Arenal del Centro, municipio de Benito Juárez (San Jerónimo), Guerrero. Al final está nuestro profesor Felipe Neri, de Río Santiago, pueblo cercano a El Paraíso.

Mi intervención en la clausura del día viernes 30 de junio de 1989, dando las "palabras de despedida".

domingo, 16 de abril de 2017

Montañas de la Sierra Madre del Sur


Montañas de la Sierra Madre del Sur

Esteban Hernández Ortiz.



En aquel pueblo había una camioneta de servicio público que los días martes y jueves salía a las tres de la madrugada con destino a un poblado de lo más alto de la serranía que se llama Vista Hermosa. Sonaba el claxon de la camioneta tres veces, pero la tercera era la vencida y entonces, el vehículo emprendía su partida con destino a Vista Hermosa. Cuando eran las nueve de la mañana empezaban a gritar al chofer: “bajan”. Ya el conductor de la Chevrolet sabía más o menos donde bajarían los pasajeros, para ocultarse en los espesos montes, que silenciosos aguardaban a que aquellos hombres se internaran en semiocultos caminos que precavidamente no querían remarcar con el pisar de sus huaraches o botas marca crucero de color amarillo.

Muchos hombres viajaban en esa camioneta de redilas, doble rodada, marca Chevrolet, llevaban comestible en morralas, costalillas, costales o cartones; entre los productos iban arroz, atunes, sardinas, aceite de guisar, chiles en vinagre, mayonesa, queso seco, frijol y azúcar. También llevaban  galletas, ya fueran galletas animalitos, mexicanas u ovaladas, las cuales combinaban en un desayuno campirano con café o té de toronjil, un arbusto que por aquellas latitudes de la sierra abundaban. Con enorme cuidado también llevaban casilleros de huevos y no podía faltar la minsa para hacer tortillas durante ese lapso de días en que aquellos hombres permanecerían ocultos en la sierra con ansias de que sus sembradíos dieran buena cosecha.

Desde una de las cúspides más elevadas de la Sierra Madre del Sur, muchos de aquellos hombres podían disfrutar por las noches las iluminaciones de los pueblos de la costa; también podían escuchar los ladridos de los caninos que había en los pueblos adyacentes al cerro de Venado Cola Blanca.

La radio podía escucharse con buena frecuencia y sintonía. Llegada la noche, los campesinos hacían su fogata y calentaban sus alimentos, también se bañaban, pues esas tierras fueron muy bendecidas por Dios y el agua era uno de los recursos que sobraban, aunque ya desde principios del siglo XX varias compañías madereras se habían coludido con los gobiernos corruptos que permitían sin mayores requisitos la explotación a diestra y siniestra de los recursos maderables. “Fue en un pueblo con mar una noche después de un concierto…” cantaba la radio, mientras se disponían a sacudir sus tendidos y camas rudimentarias que habían acondicionado con varas y un petate. La radio seguía complaciendo: “y nos dieron las diez y las once, las doce, la una, las dos y las tres, y desnudos al anochecer nos encontró la luna…”.

Varios de los agricultores eran jóvenes que vivían a la vez sus primeros enamoramientos y andaban caídos de las dos alas, así que cuando escuchaban al grupo Liberación y sus canciones como ese loco soy yo se llenaban de nostalgia en aquellos sitios tan llenos de tranquilidad, donde las ramas de los pinos se mecían con la suavidad del viento. Luego, la radio transmitía canciones del grupo “La Industria del amor” y quien se sentía mal correspondido hasta sentía escurrir en sus rostro las de cocodrilo, sobre todo cuando aparecía la canción tú con él y si lo hubiera sabido. Corría el año de 1992 y del grupo Ladrón estaban en su apogeo canciones como Mi Castigo  y Amor en llamas. Uno de los mejores éxitos del grupo Brindys era Te juro que te amo. Otros grupasos que las ondas hertzianas de la radio podían llevar hasta aquellas montañas eran Los Temerarios y Los Caminantes, puras canciones de amor, que los chavos que se alzaban a trabajar en el monte podían escuchar por las noches, pues durante el día tenían que trabajar de sol a sol.

Gracias al descubrimiento del físico alemán Heinrich Hertz, aquel gran descubridor que sólo vivió 36 años, de 1857 a 1894, los hombres de estas montañas surianas, unos jóvenes y otros no tan jóvenes, podían disfrutar en las gélidas montañas en la temporada invernal, que por estas partes del mundo es entre el 21 de diciembre y el 21 de marzo, pero que en el hemisferio sur, donde se encuentra Argentina y Chile, entre otras naciones, es entre el 21 de junio y el 21 de septiembre. En esta estación del año los días resultan ser más pequeños y las noches más grandes[1].

Así transcurrían los días en aquellos años en que muchos hombres dedicaron varios años de su juventud a buscar un mejor patrimonio para sus familias, pero siempre tenían que cuidarse bastante de que no fueran a ir a parar a prisión si acaso otros hombres con fusil en mano los apresaran. Cuando esto sucedía a algunos campesinos les daban su "calentada" y los hacían cargar en sus espaldas un pesado radio de transmisión que los uniformados utilizaban para estar en constante comunicación con sus superiores; otras veces el jefe de la tropa era retebuena gente y los dejaba libres, no sin antes destrozar sus plantaciones que producían flores de diferentes colores. Este vegetal es nativo de Asia y hace no muchos años había llegado a la Sierra Madre del Sur.

viernes, 14 de abril de 2017

UN HASTA LUEGO A DON MARTÍN ARAUJO NÁJERA.


UN HASTA LUEGO A DON MARTÍN ARAUJO NÁJERA
ESTEBAN HERNÁNDEZ ORTIZ.

Ayer fue sepultado en el panteón de El Paraíso, el señor Martín Araujo Nájera, quien un día llegó procedente de su pueblo natal, Los Hoyos, Municipio de Heliodoro Castillo (Tlacotepec), Guerrero. Fue dos veces comisario municipal en una de las varias rachas de dificultades y hasta de tensión, que El Paraíso ha vivido desde su fundación a principios del siglo XX. Formó parte de un equipo de trabajo que en esta comunidad se mantuvo por algunos años, junto a señores como Eduardo Sotelo, Magdaleno Pino y Silvano Domínguez, entre otros más. Fue fundamental que el profesor Salvador Morlet Mejía se avecindara en El Paraíso para cimentar la escuela primaria Cuauntémoc. El profesor Morlet contó con el respaldo de don Martín Araujo Nájera y varios señores más que siempre apoyaron en las gestiones para beneficio de la comunidad. Don Martín participó en la Comisión que fue a la Ciudad de México para gestionar la "partida militar", pues el pueblo vivía en vilo. Otro señor que participaba en las gestiones se llamó Gregorio Morales Hernández y vivía frente al Jardín de Niños Ignacio Zaragoza, en la colonia Guadalupana.

Don Martín fue uno de los primeros barreteros que hubo en El Paraíso, junto al señor Pedro Bernal, quien por muchos años vivió en la Colonia Guadalupana.

En uno de los periodos en que don Martín fue comisario le tocó hacer frente a una situación de inseguridad que se vivía en el pueblo, en la que hubo un comandante de la policía estatal de apodo "El chato", a quien mucha gente ya no soportaba por su altanera conducta  y por que en sus servicios favorecía siempre a los más pudientes.