Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.
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miércoles, 23 de septiembre de 2015
A 72 años del asesinato de Feliciano Radilla Ruíz. texto que publiqué en mi facebook el día 13 de febrero de 2012.
ESTEBAN HERNÁNDEZ ORTIZ
Feliciano Radilla Ruiz nació en Boca de Arroyo, municipio de Atoyac de Álvarez. Fue fundador de la Confederación Nacional Campesina, llegó a ser diputado federal y era considerado un prospecto para la gubernatura hasta meses antes de su asesinato. El 8 de febrero de 1940 fue vilmente privado de la vida en Chilpancingo. Gracias a la persistente lucha de este luchador agrarista de la Costa, el Presidente Cárdenas firmó los decretos para la creación de 21 ejidos en Atoyac. El 25 de agosto de 1939, la Comisión agraria mixta publicó un decreto en el diario oficial beneficiando a nueve poblaciones: Agua Fría, San Andrés, las Juntas, San Francisco del Tibor y San Juan de Las Flores. Diez días después, se otorgaron las tierras a las doce comunidades restantes: Mexcaltepec, El Paraíso, El Porvenir, El Quemado, Rincón de Las Parotas, Río Santiago, San Martín, San Vicente de Benítez, San Vicente de Jesús, Santiago de La Unión, Las Trincheras y Los Valles.
Los cultivos de café en la sierra y de copra en el bajo se fueron extendiendo hasta llegar a ser la principal fuente de ingresos de cientos de familias atoyaquenses, sin dejar de lado el principal grano desde tiempos prehispánicos: el maíz. Lo malo es que hoy el campo está en el abandono, los productos transgénicos, aquellos que son sometidos a ingeniería genética, están invadiendo las zonas productoras. Alimentos tan nutritivos y tan fáciles de preparar están quedando en el olvido. El atole de grano, los tamales nejos, el café de olla y la tortilla morada ya poco se consumen. En su lugar, hoy abunda el consumo de sopas maruchan, nescafé, hot dogs, coca cola, hamburguesas y pollo Kentucky, entre otros alimentos, que la mayoría de las veces resultan más caros que nuestros auténticos alimentos y siempre son más dañinos para nuestra salud. En lugar de ingerir ricas aguas frescas de las muy variadas frutas que se producen hasta en el patio de nuestra casa hoy consumimos en exceso refrescos, sobre todos los refrescos negros, con su consecuente perjuicio a nuestro organismo. En consecuencia, hoy somos una sociedad con altos índices de obesidad, colesterol y diabetes, entre otras enfermedades.
Hace algunos meses entró en vigor una ley para combatir el consumo de productos chatarra en niños de primaria, lo cual es muy bueno. No haría nada mal que se aplicara una ley para disminuir el consumo de estos productos, pero ahora en personas adultas, pues es común observar como en la tienda de la esquina o en los supermercados, los adultos son dados a la compra de estos productos de consumo fácil. ¿Qué acaso ya no es un derecho de todos el gozar de buena salud? ¿Qué no los médicos dicen que la mejor medicina es la preventiva? ¿No resultaría más barato al erario público destinar recursos para combatir en serio enfermedades como las ya comentadas en lugar de tratar a personas cuando ya presentan una progresiva diabetes, colesterol etc.? La lucha de Silvestre Castro, mejor conocido como “El Ciruelo”, la lucha de Feliciano Radilla y la lucha de Pablo Cabañas, entre otros guerrerenses de probada gallardía, no debe quedar sepultada en el desconocimiento de los túneles del pasado. Las tierras y las aguas de nuestra patria deben recibir el apoyo suficiente para que México ya no importe alimentos que aquí podemos producir.
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