Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

miércoles, 7 de agosto de 2019

La amapola.


A excepción de la posdata, estos párrafos son parte de mi tesis que realicé para titularme como maestro en humanidades.
De Asia hacia la Sierra de Guerrero. El devenir del cultivo de amapola.
Se cree que las comunidades de cazadores-recolectores de la antigua Europa extraían goma de opio desde 4 milenios antes de Cristo. En el año 3400 A.C., al sur de Mesopotamia, donde actualmente se ubica Irak, los primeros agricultores dibujaban plantas de adormidera en tablillas de arcilla, llamándole Hul gil, “planta de alegría”. Veinte siglos después los egipcios describieron a la adormidera en el Papiro Ebers, uno de los escritos más antiguos de la medicina, señalando que la adormidera es un remedio que evita el excesivo llanto de las niñas y los niños (Grillo 2012, 47).
Wordreference define a la adormidera como: “planta herbácea anual de la familia de las papaveráceas, originaria de Oriente y propia de climas templados, de hojas anchas, flores grandes y terminales y fruto en forma de cápsula. De la adormidera se extrae el opio” (Diccionario, s.v. “adormidera” s.f.).
El consumo de opio se expandió desde Constantinopla hasta Londres, cuando se fue construyendo la civilización europea, pero fue en China donde se volvió más popular, pues sus poetas decían que la goma de opio era digna de Buda. No obstante, a finales del siglo XVIII surgieron en el gigante asiático inconformidades por el opio. En 1810, la dinastía Quing firmó un decreto que prohibía la goma, condenando a muerte a los vendedores de ese producto. El decreto decía que “el opio es un veneno que mina las buenas costumbres y la moralidad”. Era la primera ley de la modernidad que prohibía los narcóticos (Grillo 2012, 47). Eran también los tiempos en que se iniciaba la Guerra de Independencia en México.
Miles de toneladas de opio se trasladaron de la India a China, a manos de los comerciantes británicos de la Compañía de las Indias Orientales, pues en China se castigaba con pena de muerte al tráfico de drogas y aquella población oriental tenía ya lo que más tarde se conocería en México como el vicio asiático. Luego de las dos guerras del opio, la compañía se adjudicó el derecho a traficar en 1860 y los chinos siguieron fumando y diseminaron la amapola cuando ellos también emigraron a distintas partes del mundo. A partir de 1860 los chinos viajaron en embarcaciones de vapor con destino a Sinaloa, México, para trabajar en las industrias ferrocarrilera y minera. Traían consigo goma y semillas de adormidera en su largo viaje por aguas del Pacífico. Pronto los periódicos dieron cuenta de fumaderos de opio en Culiacán y en Mazatlán. Con el correr de algunos años se fundó el barrio chino de Manila (Grillo 2012, 48).
Osorno refiere que de acuerdo a Luís Astorga, un investigador mexicano nacido en Sinaloa, hay evidencias de que en 1886 entre las especies vegetales de Sinaloa ya se contaba con la adormidera blanca, lo mismo que el cáñamo indio o marihuana (Osorno, El siglo de las drogas. El narcotráfico del porfiriato al nuevo milenio. Quinta reimpresión 2014, 60-61). También se considera que al mismo tiempo que la amapola llegó a Sinaloa, también llegó a Sonora.
En 1924 se integró el Comité Antichino de Sinaloa, el cual pedía que los chinos habitaran en barrios alejados del resto de la Ciudad (Osorno, El siglo de las drogas. El narcotráfico del porfiriato al nuevo milenio. Quinta reimpresión 2014, 57-58). Los chinos fueron expulsados, primero a Nayarit, y después hasta Chiapas, en los ferrocarriles, pues dadas sus habilidades en los negocios empezaban a desplazar a los nativos de Sinaloa.
No se tiene precisión del año en que llegó el cultivo de amapola a la Sierra guerrerense. Algunos señores como don Feliciano aseguran que la amapola llegó por el año de 1965, y que la marihuana se cultivó desde 1955 ((seudónimo) 2018). Aún más, don Leonardo dice por el año de 1958, cuando él tenía diez años de edad, “salí a venadear, acompañando a un señor nativo del estado de Morelos, en las cercanías de Pueblo Viejo, municipio de General Heliodoro Castillo, cuando vimos un hermoso plantío de flores. Después nos dijo el señor de Morelos que esa planta era la amapola” (Leonardo 2018). Humberto Padget dice que el cultivo de amapola llegó en 1973 (Padgett 2015, 15).
A lo largo de su historia, la sierra ha tenido diversas actividades económicas. A principios del siglo XX fue el pastoreo la principal actividad de la Sierra, después llegó el café, en 1882 y poco a poco se fue extendiendo su cultivo en la Sierra de Atoyac (Galindo 2010, 34). Por los años cincuenta y sesenta hubo empleos de la industria maderera. Por 1955 llegó el cultivo de marihuana y más o menos, diez años después llegó el cultivo de amapola. De Sinaloa vinieron algunas personas a distintos pueblos y empezaron a promover el cultivo con fines de comerciar con el producto extraído de los bulbos. Otras voces, como don Emigdio, dicen que la amapola fue traída por michoacanos que trabajaban en las extracciones de madera en la Sierra de Guerrero, cuando transcurrían la década de 1960 (Señor Emigdio 2018).[1] Así se fue culturizando el dicho de sembrar maíz bola.
Posdata: Cuando estaba concluyendo mi tesis, alguien me comentó que posiblemente la amapola llegó a Guerrero desde cuando venía el Galeón de Manila (Siglos XVI-XVIII). Sería una enorme aventura académica investigar esa probabilidad.

(seudónimo), Emiliano, entrevista de Esteban Hernández Ortiz. Sierra de Atoyac de Álvarez, Guerrero, (11 de mayo de 2018).
Diccionario, s.v. “adormidera”. s.f. http://www.wordreference.com/definicion/adormidera (último acceso: 10 de noviembre de 2016).
Galindo, Víctor Cardona. Entre palmera y cafetal. Atoyac, historia cultura y tradición Guerrero. Chilpancingo, Guerrero, México: Editorial garrobo, 2010.
Grillo, Ioan. El narco En el corazón de la insurgencia criminal mexicana . México: Ediciones Urano, 2012.
Leonardo, entrevista de Esteban Hernández Ortiz. Sierra de Atoyac de Álvarez, Guerrero, (sábado 15 de diciembre de 2018).
Osorno, Diego Enrique. El siglo de las drogas. El narcotráfico del porfiriato al nuevo milenio. Quinta reimpresión. México: México: Plaza & Janés, 2014, 2014.
Padgett, Humberto. Guerrero. Los hombres de verde y la dama de rojo. Crónica de la nación gomera. México: Ediciones Urano, 2015.
Señor Emigdio, seudónimo. Sierra del municipio de General Heliodoro Castillo, Guerrero, (12 de junio de 2018).



[1] Entrevista que hice en la comunidad de Puerto del Gallo, municipio de General Heliodoro Castillo, Guerrero, el día 12 de junio de 2018.


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