Bienvenidas todas las personas que visiten a este blog, el cual difunde información histórica, económica, cultural y social de la Sierra de Guerrero. También se incluyen textos literarios que ayudan a promover a esta maravillosa parte del mundo que la creación nos dio. Los datos cualitativos y cuantitativos que se ofrezcan serán de acuerdo al alcance de nuestras investigaciones. Reciban un fuerte y caluroso abrazo sierreño. Fraternalmente: Esteban Hernández Ortiz.

sábado, 3 de abril de 2021

Los nexos de agentes estatales con el narcotrafico en Guerrero

Los nexos de agentes estatales con el narcotráfico en Guerrero. Esteban Hernández Ortiz. Durante los años setenta existió la desaparición forzada (Serrano, 2018, pág. 74 y 77)-, cometida a manos de agentes policiales o militares; hoy existen indicios de colusiones de grupos criminales con cuerpos de seguridad pública. En ese tiempo el ejército realizaba los vuelos de a muerte, arrojando cuerpos de personas a la mar. Si los enterraban, les llamaban mineros. La avioneta Aravá, de fabricación israelí, era la encargada de realizar los vuelos de la muerte. Esa aeronave fue detenida en 1979, en el helipuerto de la SEDENA, en Monterrey, con su tripulación, cargada de droga, cuando realizaba un viaje que despegó de Pie de la Cuesta, municipio de Acapulco de Juárez, Guerrero (Carrillo, 2004). El Departamento de Investigaciones Políticas y Sociales, informaba el 30 de junio de 1971 que agentes del ministerio público, una diputada y partidas militares evitaban combatir la siembra de mariguana en Guerrero. El sargento segundo Lucio Cárdenas Robles se coludía con los cultivadores de mariguana en Arcelia, Guerrero, refiere Osorno (Osorno, 2014, pág. 77). Zorrilla Pérez, jefe de la policía —desde donde se creó la Brigada Blanca, que encabezó la Guerra Sucia, persiguiendo a los disidentes políticos del gobierno entre 1960 y 1980, desaparecida en 1985—, fue descubierto por Buendía de tener nexos con el narcotráfico (Becerril, 2014). En aquel entonces como ahora, el Estado mexicano poco o nada ha ignorado la desaparición de personas. Las instituciones de ese ente llamado Estado se han mafiocrarizado (Reveles, Échale la culpa a la heroína. De Iguala a Chicago, 2016, pág. 83). En muchos casos, el crimen y el Estado viven en simbiosis, ocasionando el desplazamiento forzado. Anabel Hernández señala que los señores del narco no sólo son los capos, sino también los servidores públicos que se coluden con ellos (Hernández, 2012, pág. 18). Fuentes de consulta: Becerril, A. (30 de 05 de 2014). El de Buendía, el primer crimen de la narcopolítica. Excélsior. Recuperado el 19 de 06 de 2019, de http://www.excelsior.com.mx/nacional/2014/05/30/962316 Carrillo, J. A. (18 de octubre de 2004). “A la luz pruebas que vinculan al Ejército con la Brigada Blanca”. La Jornada. Recuperado el 28 de mayo de 2018, de www.jornada.unam.mx/2004/10/18/003n1pol.php Hernández, A. (2012). Los señores del narco. México: Debolsillo. Osorno, D. E. (2014). El siglo de las drogas. El narcotráfico del porfiriato al nuevo milenio. Quinta reimpresión. México: México: Plaza & Janés, 2014. Reveles, J. (2016). Échale la culpa a la heroína. De Iguala a Chicago. México: Proceso-Grijalbo.. Serrano, C. E. (2018). La desparición forzada en México como política de Estado soterrada y contínua. En C. E. Gil Arturo Ferrer Vicario, Violencia, memoria y rebeliones hacia una cultura de paz (págs. 73-102).

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